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MIRADA DE MIGRANTE

MIRADA DE MIGRANTE

Por Fran Cano - Enero 12, 2019
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El drama de los temporeros migrantes sin vivienda en Alcalá despierta el interés de una fotógrafa irlandesa residente en la Sierra Sur; trabajadores de la Estación de Autobuses y el Ayuntamiento remarcan la cobertura municipal en el año con más visitantes extranjeros

—Yo soy migrante. Igual que ellos, que vienen a la aceituna y duermen en la calle. Solo hay una diferencia: el dinero.

También las circunstancias.

Quien habla es Mairead McHugh, fotógrafa que nació en Irlanda hace 43 años. Ha trabajado en Tokio, París, Nueva York, Londres y Australia. Pasó de ser modelo a ponerse detrás de la cámara. Lleva afincada en Frailes algo más de un trienio. Conocía las escenas de temporeros migrantes que se refugiaban durante la recolecta en el Marino, ya extinto, en la Estación de Autobuses de Alcalá, en los cajeros y en las calles. Pero este año las escenas de precariedad, sumadas a la muerte de un temporero en Santa Ana, han llamado la atención de la irlandesa:

—Veo más temporeros que nunca. Creo que falta organización —dice a este periódico en el bar El Quinto de Cabildo de Alcalá, preocupada por la más que posible explotación de trabajadores en la que se presume como la segunda mayor cosecha oleícola de la historia de Jaén.

McHugh tiene dos hijas de nueve y cinco años. A la mayor le inquietó un episodio reciente: un temporero caminaba en las inmediaciones de una superficie comercial de Alcalá con una bolsa gigante en la cabeza. La hija mayor de la fotógrafa tenía dos preguntas para mamá: por qué llevaba esa especie de maleta en la cabeza aquel hombre negro y por qué hay personas que duermen en la calle.
La madre intenta responder.
Y por eso ha cogido la cámara de fotos.

 Mairead McHugh fotografía bolsas de temporeros en la Estación de Autobuses. Foto: Fran Cano.
Mairead McHugh fotografía bolsas de temporeros en la Estación de Autobuses. Foto: Fran Cano.

AMANECE EN LA ESTACIÓN DE AUTOBUSES

Son casi las ocho de la mañana del miércoles 12 de diciembre de 2018, y el entorno de la Estación de Autobuses de Alcalá es el de cualquier día de cualquiera de las últimas campañas, entre finales y comienzos de año: hay decenas de africanos que toman café en un establecimiento ubicado justo enfrente de la estación, al lado de una librería. El bar está repleto, y fuera hay jornaleros conectados con los auriculares a los smartphones. Es casi la hora de empezar a trabajar. La mayoría viste, aparte de con abrigos, con chándales o vaqueros. El frío es de las fechas: seco, cortante.

Cerca de los andenes de la estación hay un coche de la Guardia Civil. Está parado, con las luces puestas. Dentro de la estación duerme un hombre en una de las esquinas, junto a una puerta que permite entrar y salir. El hombre está tendido, envuelto en mantas. Otro, muy alto y de envergadura, se calza unos zapatos dejando atrás trozos de cartón.

Dos chicos negros encabezan ahora la cola en taquilla para comprar billetes rumbo a Jaén capital. Después de unos minutos en los que hablan entre sí y con el dependiente, compran los billetes y se meten en el autobús.

Son las 08:25 horas, y tres coches, dos de ellos todoterrenos con remolques, aparcan cerca de la estación, al lado de un pub. Hay un grupo de al menos diez temporeros negros ahí, esperando. ¿Cuántos de ellos tienen contrato?

"ALGUNOS PROPIETARIOS SE APROVECHAN DE LA DESESPERACIÓN"

—No es ningún secreto. Aquí hay gente que viene, sobre todo personas mayores, se llevan a unos cuantos y les ofrecen poco dinero. Se aprovechan de la desesperación. Hay que denunciar a quienes explotan así.

Habla desde su despacho Miguel Contreras (52 años), gerente de Autocares Contreras, concesionaria de la estación desde 1989. Está acompañado por el trabajador Félix Gámez (52). Atienden a este diario y a Mairead McHugh. Hoy es 8 de enero de 2019, sobre las doce del mediodía, y en la esquina en la que el pasado 12 de diciembre dormía un hombre hay ahora como una veintena de bolsas y maletas. La fotógrafa ha empezado a disparar. Como es de día, casi todos los migrantes están en los tajos.

Las instalaciones de la estación están abiertas desde las siete de la mañana hasta las ocho de la noche. Contreras y Gámez coinciden en que es el ejercicio olivarero con más visitantes extranjeros. También afirman que la respuesta está a la altura, gracias a medidas que están funcionando.

Una de las novedades habilitadas por la Concejalía de Asuntos Sociales es la consigna, una habitación donde se almacenan el equipaje y objetos de los temporeros. Hay dos conserjes encargados de la iniciativa, que ha aportado orden justo cuando la situación parecía desbordarse. La consigna estará disponible hasta el próximo 18 de enero, y los horarios están adaptados a las circunstancias de los trabajadores.

 Miguel Contreras, gerente de Autocares Contreras.
Miguel Contreras, gerente de Autocares Contreras.

En clave interna, la empresa ha tomado decisiones dada la cantidad de gente que se acumula en el lugar, entre usuarios habituales y los migrantes con y sin tajo. Cuando acaba el periodo lectivo, sobre las tres de la tarde, cerca de 400 menores pisan la estación para tomar el bus y volver a sus pueblos y aldeas. Una de las decisiones ha sido cerrar los baños para las mujeres. Solo se abren con llave a petición. Los trabajadores explican que la cantidad de usuarios en estas fechas provoca una suerte de monopolio en los servicios, y la única manera de evitar que se extienda al baño de las mujeres es regular el uso.

Otra realidad ha empujado en esa dirección. Hay transeúntes que acuden a la estación con cierta frecuencia, a determinadas horas. Tampoco es un secreto cuáles son las intenciones que los llevan a merodear por allí: citarse en los aseos públicos con temporeros después de una conversación amigable para ofrecerles dinero a cambio de sexo.

El servicio de limpieza se ha reforzado. Hay contacto frecuente con Asuntos Sociales y con organizaciones humanitarias del municipio. La cobertura ha crecido, exigida.

—El año pasado nos rompieron la puerta. Pero este año, con el doble de gente, no ha pasado nada. —asegura Contreras.

EL MEDIADOR: "MÁS DE 60 PERSONAS HAN BUSCADO EMPLEO"

La empresa de transporte tiene un documento que facilita a los temporeros documentados desplazarse sin coste para encontrar trabajo en municipios cercanos. Son vales de billetes cuyos itinerario es, por ejemplo, Granada-Almería.

José Luis Álvarez (25 años, Alcalá) es el mediador en Alcalá, encargado del punto de información de temporeros habilitado por la Junta durante la campaña. Hay cuatro más en Jaén, Úbeda, Martos y Villacarrillo. Álvarez lleva ya tres temporadas consecutivas en la oficina que hay en la propia estación. En Jaén capital el dispositivo de atención al temporero ha atendido a 1.490 personas; se han dado 3.482 alojamientos.

Cuenta que en diciembre han pasado por la oficina de Alcalá 63 temporeros en busca de empleo para la recolecta; el año pasado fueron 91, y hubo 201 consultas relacionadas con otros asuntos.

—Nos adaptamos a lo que hay, y lo hacemos de la mejor forma posible —expresa, el tono didáctico.

El requisito indispensable es que tengan el documento que les autoriza para trabajar en España. Álvarez los atiende en francés, está familiarizado con la insistencia de los interesados y, aunque mientras atiende a este medio no hay nadie esperando, sabe que en cualquier momento puede aparecer un migrante para pedir información.

—Algunos me dan su teléfono por si hay posibilidades de trabajar —dice.

La oficina colabora con el Servicio Andaluz de Empleo con el objetivo de mediar también entre el contratado y el empresario. También informa a los trabajadores sobre las tablas salariales y preguntas relacionadas con alojamientos.

 El mediador José Luis Álvarez atiende a Lacontradejaén.
El mediador José Luis Álvarez atiende a Lacontradejaén.

José Luis Álvarez no cree que haya 60 personas durmiendo en las calles en Alcalá, como indicaron desde IU después de una batida a finales de año. Asegura que la situación era peor antes, cuando más de cien personas dormían en una casa en ruinas —fue demolida— cerca de una superficie comercial.

—La estructura con los dos albergues activos funciona. Muchos empresarios llegan aquí para consultar si hay plazas. Es el camino seguir.

Mairead McHugh, atenta a la conversación, tiene una pregunta para el mediador:

—La gente que duerme en la calle, ¿cómo se ducha?
Álvarez, que reconoce no estar al tanto de todas las opciones en ese caso, contesta que sin una vivienda es "complicado". Más bien imposible.

ASUNTOS SOCIALES CIFRA EN 70 LOS TEMPOREROS ALOJADOS; HAY 49 PERSONAS EN LA CALLE

El Ayuntamiento de Alcalá ha alojado a 70 migrantes en lo que va de campaña, según señala la concejal de Asuntos Sociales, María José Aceituno. El dato se distribuye de la siguiente manera: 18 alojados en el albergue de El Coto, 46 en el Alojamiento Humanitario de la Avenida Iberoamérica y seis restantes en la bolsa de vivienda. Estos últimos están contratados por un único empresario en un inmueble de Fuente Álamo.

Según los registros de la Policía Local, 49 personas duermen en la calle, repartidos en la estación y en los cajeros. Servicios Sociales ha activado un plan contra la ola de frío: tres migrantes documentados dormirán en un hostal bajo la tutela de Cáritas. 

El albergue de El Coto, incluido en la red de la provincia, ofrece a coste cero cuatro días y tres noches a los migrantes que llegan en busca de trabajo. Se dio por cerrado el 4 de enero, ya con la cosecha en marcha.

Aceituno remarca que el centro de la Avenida Iberoamérica tuvo en principio 34 plazas el año pasado. Pasaron a ser 38.

—Constatamos que funcionaba sensacional, y después del incendio en la nave de Santa Ana realojamos a ocho personas —especifica la edil desde su despacho en La Tejuela. Los datos son a fecha 10 de enero de 2019, el día de la entrevista con Lacontradejaén.

Asegura la responsable de Asuntos Sociales que en Alcalá se han alquilado más viviendas este año. Y aprovecha para desmentir las palabras que dijo Yacouba Moro, temporero de Malí, quien aseguró que en Alcaudete los propietarios sí daban alojamiento, mientras que en la ciudad de La Mota hay, según señaló, "casas vacías". El maliense lo dijo a los medios el pasado 3 de enero, cuando IU convocó una concentración para pedir la apertura de El Silo como refugio para los jornaleros sin casa.

 El billete para ayudar al temporero a viajar libre de coste.
El billete para ayudar al temporero a viajar libre de coste.

"NO CONSENTIRÉ QUE UN MIGRANTE DUERMA EN UN SITIO PÚBLICO INADECUADO"

El discurso de Aceituno acerca de las opciones de El Silo es calcado al que ha repetido la administración local desde que IU convocó la concentración:

—Esa idea me parece un despropósito. No vamos a consentir que un migrante duerma en un espacio público que no es el adecuado —subraya la política socialista.

El asunto fue abordado en la Comisión Local de Inmigración justo el día de la convocatoria de IU. Cáritas, Cruz Roja, Policía Local, Guardia Civil, Servicios Sociales y organizaciones agrarias tomaron parte. De acuerdo con la versión de la concejal, hubo unanimidad: El Silo, competencia del Estado, no es un lugar óptimo. Acondicionarlo, agrega, conllevaría una inversión que descartaría el uso como espacio joven que ahora tiene. El último pleno, celebrado el pasado jueves, ha evidenciado las posturas antagónicas entre el PSOE, en el poder, e IU, tercer grupo político municipal. El alcalde, Carlos Hinojosa, subraya la "demagogia" que envuelve, a su entender, la propuesta; Rafi López, líder de IU, pidió la dimisión del máximo responsable municipal.

Los planes del Ayuntamiento pasan por construir un albergue que dé cobertura a más de un centenar de jornaleros. El proyecto está en trámites en la oficina técnica. El equipo de Gobierno aún no ha comunicado cuál es el lugar elegido.

Aceituno admite que le preocupa la alarma social que se crea cuando tanto ciudadanos como periodistas abordan el asunto de la migración. Le incomodan las reacciones xenófobas, los análisis sin rigor y la dimensión internacional de un problema que en Alcalá, como en el resto de la provincia, aparece en invierno y desaparece antes incluso de que la estación expire.

Coinciden el mediador y la concejal en que hay una línea de trabajo que da resultado. ¿Es posible evitar que haya gente en la calle? "Creo que sí, que vamos por el buen camino. Los empresarios están más concienciados. Tienen que buscar alojamientos, aunque es verdad que los pequeños propietarios cuentan con menos recursos", razona José Luis Álvarez.

Aceituno opina que la legalidad de los trabajadores es imprescindible para conseguir ese reto, así como incentivar leyes de migración justas, alejadas de las olas reaccionarias que ahora se dan en diferentes países del mundo desde partidos políticos e instituciones.

LA RED SOLIDARIA DE SOULEYMANE KANTY DEMBELE

Lleva "tres o cuatro" años, dice de memoria, como temporero en Alcalá. Souleymane Kanty Dembele, de Malí, fue la otra voz crítica en la concentración de IU. "No hemos venido aquí a robar", dijo. Sus declaraciones recuerdan a las del vídeo viral de Serigne Mamadou, el senegalés que narra cómo es trabajar a siete grados bajo cero en el campo. También contesta a la política migratoria de Vox.

Kanty Dembele es miembro de la Asociación Benkadi, centrada en dar apoyo a compatriotas que viven en España. "Cada año mandamos dinero a nuestro pueblo. Ahora tenemos medio centenar de socios jóvenes que pagan 10 euros. Es una red de solidaridad", explica a este medio por teléfono.

Si se le pregunta por cómo es el trabajo con los olivos, contesta como cualquier jornalero. "Muy duro, amigo", dice, y pospone un encuentro en persona con este reportero que aún no se ha celebrado. "Quizá cuando llueva", sugiere.

Mairead McHugh tiene en la cabeza a un temporero africano que ha conocido en Frailes. Dice que siempre que lo ve en la calle está sonriendo. Es la sonrisa que le gustaría fotografiar. La imagen que quizá algún día resuma esta historia.

Fotografías: Mairead McHugh.

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