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Monólogos sin fronteras

Por Fran Cano - Abril 29, 2018
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Monólogos sin fronteras
Nacho Gómez, Rafa Frías, Joserra Garens y Christian García, monologuistas en Frailes. Fotos: Fran Cano.

La segunda semifinal del Concurso Nacional de Monológos de Frailes se convierte en un umbral estupendo para la fiesta romera

—Yo me acuerdo de cuando era niño y subía a Hoya del Salobral andando.

Rafa Frías, responsable del blog Viajes con Humor, tiró de actualidad ayer, en el inicio la segunda semifinal del Concurso Nacional de Monólogos de Frailes. El organizador del certamen, respaldado por el Ayuntamiento, alabó al público asistente, que se contaba en decenas y de diferente edad, por acudir al gimnasio del Colegio Santa Lucía en la previa de una de las fiestas más emblemáticas de la provincia.

El humorista local fue maestro de ceremonias. Entre el público, señaló, había fraileros y vecinos de otros municipios, dispuestos a descubrir quiénes eran Christian García Berenguer (Santa Fe, Granada), Joserra Garens (Écija, Sevilla) y Nacho Gómez (Madrid), los tres humoristas que se jugaban el pase a la final.

Arrancó el madrileño, alias Nacho Punto G, todo de negro, para hablar de Situaciones embarazosas.

Me encantan, me divierten, me lo paso muy bien —repetía entre escena y escena.

Nacho no paró de interactuar con el público; fue quien más lo hizo. Se llevó un amigo para toda la vida: un joven en la primera fila a quien le recordó la soltería durante toda la actuación. 

LOCALISMOS FRAILEROS EN LOS MONÓLOGOS

Frías impuso una prueba a sus colegas: tenían que colar un localismo frailero en cada monólogo. A Nacho le tocó goleor (curioso) y la cambió por goleoso. El público no tuvo inconveniente, porque estaba encantado con el desparpajo de Nacho. G, quien remató sus situaciones embarazosas sacándose la camiseta para mostrar un sujetador. 

Cogió el testigo el granadino Christian García. Qué diafragma. El de Santa Fe subió el ritmo con un palique ametrallador: las enumeraciones de García no tenían final; él seguía hablando cuando parecía que ya no le quedaban más ideas.

El andaluz le dio caña al programa Hermano Mayor con su monólogo La gente está  agilipollá. Compartió con el público cómo viven el formato una madre que no da crédito ante las barbaridades de los hijos díscolos y un padre, el marido, que lo concibe todo como pura fabulación, teatro televisivo.

El cambio de sexo y las relaciones de pareja fueron parte de la munición del granadino. Se imputó las carcajadas más sonaras de la noche, y salió del paso con colicharse (entrar con sigilo).

Joserra Garens repasó los tópicos andaluces de cada provincia con su texto Hay cosas que no son iguales:

—Huelva no me da ni para un chiste —dijo.

El público se lo pasó bien con sus interpretaciones sobre las expectativas en las parejas, pues descifró desde todos los ángulos el Día de San Valentín. Además recordó que en su pueblo, Écija, hace tanto calor que los lugareños buscan alivio en los establecimientos de kebab, y confirmó que, en tanto que sevillano, había venido a Frailes a caballo. Quizá fue quien mejor introdujo el localismo. El suyo era no me vaga (no dar abasto).

Rafa Frías intercaló breves pasajes antes de presentar a los semifinalistas. El frailero se acordó de cómo ha vivido la Feria de Agosto a medida que ha crecido: de los coches de choque a ser público fiel de La Tentación.

Brillaron las historias localistas, algunas universales. A fin de cuentas, es un certamen nacional con seis participantes celebrado en un pueblo del sur de Jaén. La Fábrica de la Risa suena y luce sin fronteras.

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