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El Abuelo y Cebrián: dos miradas que vuelven a cruzarse

Por Javier Cano - Abril 10, 2022
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El Abuelo y Cebrián: dos miradas que vuelven a cruzarse
Unghetti junto a Francisco Cebrián, hermano del maestro, el día de la inauguración del monumento en su honor. Foto de Ortega, cedida por Paz Unghetti.

Un repaso a la historia del monumento de Unghetti dedicado al inolvidable músico, recién trasladado del Parque de la Concordia a las puertas del Camarín

Cuando Emilio Cebrián (Toledo, 1900-Liria, Valencia, 1943) estrenó su universal marcha Nuestro Padre Jesús, aquel 24 de marzo de 1935, seguramente ni se le pasaría por la cabeza la trascendencia que esperaba a esa delicadísima partitura, que junto con el Canto a Jaén (luego himno oficial de la ciudad) acabaron por convertirlo en mito de aquí, imprescindible de la memoria sentimental jiennense, con calle y hasta monumento propio en su mapa urbano. 

Un homenaje este último que, ahora, sale de su exilio de cuarenta y cuatro años en el Parque de la Concordia, donde fue inaugurado cuando todavía se llamaba de la Victoria, el mismo año en que España aprobó su Constitución y el mundo dio por erradicada la viruela.

Sí, desde el próximo Viernes Santo los ojos de bronce del maestro se cruzarán con los del inspirador de su más celebrada composición cada vez que el de los Descalzos abandone su Camarín o regrese a la capilla en la que Lucas Martínez de Frías lo soñó.

 El hermano mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús, Ricardo Cobo, interviene en el acto de inauguración del monumento frente al Camarín.
El hermano mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús, Ricardo Cobo, interviene en el acto de inauguración del monumento frente al Camarín.

OBRA DE CONSTANTINO UNGHETTI

Como tantos de los hitos monumentales que constelan la provincia, la firma del escultor castellariego Constantino Unghetti culmina el tributo con el que la ciudad testimonia su homenaje al malogrado músico, cuya banda dirigió desde el 32 hasta su trágica muerte accidental, once años después. 

"Lo encargó el alcalde Antonio Herrera García, recuerdo que salió a concurso y que lo ganó mi padre", evoca Paz Unghetti, hija del artista, para los lectores de Lacontradejaén. Ahí está, precisamente, junto a Francisco Cebrián, hermano del homenajeado, ante la obra, el día mismo de su inauguración, en la fotografía que encabeza este reportaje. 

Una sana competición por rendir honores a Cebrián a la que también concurrió el autor del monumento al Lagarto de la Magdalena, Damián Rodríguez Callejón, pero que finalmente se inclinó del lado del creador de Castellar. Municipio, por cierto, que prepara para 2023 (año del primer centenario del nacimiento del escultor) la inauguración del esperado museo de Constantino Unghetti. 

Volviendo al monumento, se trata de un trabajo realizado en "piedra de las canteras de Jamilena, con letras, escudo y retrato en bronce", aclara la también artista e historiadora del arte afincada en tierras malagueñas, que contaba alrededor de veintiún años de edad cuando su padre rubricó la pieza. 

"Le gustó hacer ese encargo, porque era un gran melómano", asegura. Tanto es así que, cuando el escultor presenciaba la Semana Santa de la capital de la Costa del Sol y sonaban las notas de El Abuelo, la emoción lo embargaba: "¡Se le caían unos lagrimones...! Al maestro Cebrián lo adoraba, me parece que me dijo que lo había conocido incluso personalmente, aunque no lo recuerdo con exactitud".

Segun Paz Unghetti, "costó una enormidad hacer las letras y el escudo" de ese monumento que el magín del artista concibió enseguida y de cuyo molde de escayola, realizado en su estudio jiennense del número 31 de la calle Sierra Mágina, salió hacia la célebre fundición Capa de Madrid. Como anécdota, apostilla, sus propias manos trabajaron en ese monumento, como tenía por costumbre cada vez que su padre afrontaba piezas de este tipo. 

Unas "letras", por cierto, que no han llegado vivas al traslado del monumento. Al parecer, y según explica a este periódico el cantero municipal, José Luis Llavero, el día que la grúa fue a retirar el monolito al Parque de la Concordia, los operarios se encontraron con que le faltaba la placa original: "La han robado", asegura.

Un extremo que el propio concejal de Cultura del Ayuntamiento de la capital, José Manuel Higueras, confirma a este periódico: "Ya se ha denunciado el robo a la Policía".

De esta forma, la pieza lucirá una nueva placa, en piedra a imitación de bronce, describe: "Para fundirla íbamos muy justos de tiempo", justifica el cantero, que ha dejado en un rincón de la placa su particular firma: esa media luna que figura también en elementos como el dragón de la fuente del Bulevar o una de las cruces del viacrucis franciscano que conduce hacia el cementerio viejo. 

"Para mí es una satisfacción haberla hecho", expresa José Luis Llavero, que al igual que Unghetti, ha contado con la 'colaboración' de su hija en la elaboración de la placa. Una pieza, eso sí, que en palabras del edil de Cultura será temporal, en tanto se acomete una nueva placa en bronce, acorde con el proyecto original. 

 José Luis Llavero, con la placa que ha realizado para el monumento. Foto: Javier Cano.
José Luis Llavero, con la placa que ha realizado para el monumento. Foto: Javier Cano.

EL EMPLAZAMIENTO "IDEAL"

Un viaje mucho más corto, de unos cientos de metros, es el que lo trasladó este fin de semana desde su anterior ubicación hasta las puertas mismas de la vieja iglesia conventual de San José, junto a los legendarios cantones nazarenos. 

"Me parece fantástico el traslado, es estupendo", celebra la hija de Unghetti. Como explica, "se puso en el parque porque allí iba a haber una fuentecita, iba a haber una musicalidad": 

"La idea era crear esa musicalidad, pero ahora, una vez habilitado el Camarín para tener allí a Jesús, la idea es estupenda. En realidad, el maestro Cebrián en gloria estará viendo allí pasar a El Abuelo, cuya marcha ha tenido tantisima trascendencia en todas las bandas de España", aplaude. 

Dos miradas, dos: la de Cebrián, que el también autor del Monumento a los Donantes de Sangre o el Cristo Yacente de La Soledad modeló sin olvidar esas insustituibles e icónicas lentes que gastaba el músico, y la de ese Nazareno anónimo y carmelitano que él mismo restauró en 1979.

Ambas volverán a cruzarse mientras, de fondo, aquellos lagrimones malagueños que se le caían al escultor en su silla de la Alameda Principal acuden a los ojos del maestro. 

 Boceto original del busto del maestro Cebrián, realizado por Constantino Unghetti. Cedido por Paz Unghetti.
Boceto original del busto del maestro Cebrián, realizado por Constantino Unghetti. Cedido por Paz Unghetti.

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