El técnico cordobés Miguel Ángel Morales se deshace en elogios hacia la plantilla y la directiva del Martos Deportivo tras ser destituido seis meses después de llegar

Miguel Ángel Morales (Córdoba, 1975) recibió ayer por la mañana una noticia tan desagradable como en cierta manera esperada: la junta directiva del Martos Deportivo prescinde de sus servicios como técnico con el condicionante de la crisis sanitaria. "Me dijeron que las dudas son económicas con vistas al siguiente proyecto deportivo", reconoce Morales en conversación con este diario. Y ya deja la puerta abierta al regreso, sea al Martos o a otro equipo de la provincia y del resto de Andalucía: "Volvería sin pensarlo", asegura.

Le tocó ayer digerir el cese desde casa e hizo la catarsis entre pinturas y reformas. Que nadie espere una palabra más alta que otra del técnico, cuya andadura se resume en apenas medio año y en 26 puntos desde su llegada; antes de Morales los marteños sólo sumaban cuatro de 24 posibles. "Con un ejercicio completo, conmigo desde el inicio, hubiésemos competido por los siete primeros puestos", dice acerca de la temporada, finalmente con los marteños en la posición trece del grupo dos de División de Honor Andaluza. "Me quedo con la espina de no haber tenido un curso completo, con la plantilla a mi gusto desde el principio", agrega.

Asegura que el balance ha sido "muy positivo" en un curso que para él ha sido capicacúa: debutó y dirigió su último partida contra el Celtic de Pulianas. "Me voy tras cumplir el objetivo. Estamos fuera del descenso, y nadie me ha dicho que está descontento con mi trabajo. Quedaban 24 puntos por disputar y creo que hubiésemos sumado 44 ó 45", expresa.

"EL MARTOS ES UNA REFERENCIA PARA LOS ENTRENADORES DE CÓRDOBA"

Morales firmó por el Martos Deportivo tras la salida de Rafa Ruano. La directiva buscó al sustituto y tras rastreos internos Darío, jugador local, aportó el nombre del mánager cordobés. Al final, la junta refrendó el fichaje. Y Miguel Ángel Morales cumplió un sueño. Asegura que el vínculo entre Córdoba y Martos se extiende tanto a futbolistas como entrenadores. "El Martos siempre fue uno de mis objetivos. Cualquiera que aspire a ser entrenador profesional necesita pasar por aquí", alaba.

Abrumado por los mensajes de apoyo y de cariño, el de Córdoba se siente "un marteño más" y así lo ha publicado en redes sociales, donde han abundado las muestras de gratitud. Se define como una persona honesta y entregada. "Quiero que me recuerden por cómo he trabajado y por cómo soy", dice. El sueño de entrenar continúa y ya espera una llamada de teléfono con vistas al curso que viene, cuando desea que la afición pueble los estadios. Morales debe estar tranquilo: los hombres de fútbol siempre vuelven al verde.