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Un mundo sin luz

Por Andrés Ortiz Tafur - Mayo 23, 2017
Un mundo sin luz
'Un mundo sin luz' es la nueva opinión de Andrés Tafur.

Se ha ido la luz para siempre. Por el motivo que sea. ¿Qué importa? La noticia ya no puede expandirse: no hay internet, ni periódicos, ni emisoras de radio, ni un mísero teléfono. Hemos de regresar al fuego y a la carne y la inexactitud de todo cuando acontece a una legua de nosotros. El mundo es otro, acaba ahí, donde nuestras fuerzas; tal vez nos quedamos sin mar, porque la primera ola nos coge a cientos de kilómetros; tal vez muramos sin saber siquiera que el mar se encuentra ahí, a solo unos cientos de kilómetros.

Entonces, al pronto, nos descubrimos hablando sin dedos; no temas, los dedos continúan en su sitio, en las manos, pero ahora volvemos a emplearlos para sacarnos los mocos y labrar la tierra. ¡Milagro! La tierra se remueve y le salen pepinos, tomates y judías; y si escarbamos un poco, nos regala patatas y zanahorias. La tierra es Dios, carajo, desbanca a Sofía Lores, a Brad Pitt y a Jesús de Nazaret y se erige en la madre de todos. Y la virgen es la lluvia que nos empapa. ¡A la mierda los paraguas y la herida en la capa de ozono! Llueve a cántaros y el planeta se cura, rejuvenece.

Hablamos (decía) con la boca, con la misma boca que besamos y comemos. Besar, comer y hablar; la boca, al fin, recupera su importancia. Pensar está bien, y pensar lo que se habla, mejor que bien; pero no pensemos demasiado, que no venga ahora ningún listillo a devolvernos la luz. Sigamos a oscuras.

Hablamos para perseguir un acuerdo. Ya no nos vale discutir desaforadamente porque el mal rollo no se esfuma con un golpe de clip. Resulta que nos comportamos como una tribu y que a mí tus hortalizas me ponen cantidad y a ti te entusiasman mis legumbres; y resulta, sobre todo, que detestamos caminar con la cabeza gacha. Así que hablamos para entendernos, lo mismo que un lobo con otro lobo o que los perros. Sí, eso somos, perros con dos patas. ¿Y qué? Recuerda aquella canción de Bob Dylan: “¿Si los perros son libres, por qué yo no?” Y recuerda que persiste la oscuridad y ello nos obliga a hablar con la boca, con la misma boca que comemos y besamos. Comer, besar y hablar: el nuevo catecismo.

Es verdad que le perdemos la vista a Bertín Osborne a Pablo Motos y a Esperanza Aguirre, y que hemos de acostumbrarnos a vivir sin la llamada del teleoperador de la compañía telefónica y sin el porno. ¡No, sin el porno no, joder! ¡Sin el porno no! Apaga la luz, inventémoslo.

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