Cerrar Buscador

Música del más alto nivel desde un balcón urgabonense

Por Javier Cano - Abril 03, 2020
Compartir en X @JavierC91311858
Música del más alto nivel desde un balcón urgabonense
El trombonista urgabonense Juan Francisco Aránega.

El trombonista de la Banda de Madrid Juan Francisco Aránega deleita cada noche a sus vecinos con piezas populares y el Himno de los Santos de Arjona

Nunca como en esta cuarentena han gozado los balcones de la consideración que se les tiene ahora. Gregarios eternos de las bondades de las casas, el coronavirus los ha convertido en alivios del agobio, lugares de supervivencia, peanas del aplauso y hasta escenarios insustituibles contra el tedio. Sí, a ellos se asoma cada tarde noche el talento de amateurs y profesionales que, parafraseando a Tolstoi, taquigrafían en directo la emoción hasta hacerla gotear sobre el silencio vacío de las calles. 

Unos y otros, aficionados y gente de renombre, ponen al servicio de sus vecinos sus habilidades, y si los primeros han encontrado incluso una plataforma de lanzamiento tras las barandas y un público fiel que los jalea hasta hacerlos sentirse en una nube, los segundos derrochan generosidad hasta el punto de reducir sus cachés a unas palmas, eso sí: sinceras y agradecidas como nunca antes.

Por arte de birlibirloque, uno de estos artistas consagrados logró zafarse del confinamiento en tierra extraña y desde el pasado 7 de marzo se encuentra en su pueblo, Arjona, al que ama y regala, desde entonces, su calidad. Se llama Juan Francisco Aránega y es trombonista de la Banda Sinfónica Municipal de Madrid, una centenaria institución cuyo prestigio entre las formaciones musicales de toda España hacen de sus atriles el destino deseado por cualquier profesor.    

"Cogí unos días libres justo antes del confinamiento e, intuyendo lo que podía pasar, me vine de Madrid a mi pueblo", aclara el instrumentista". A partir de la declaración del estado de alarma (recuerda), no ha faltado ni una sola noche, a eso de las nueve, a la cita que sus vecinos esperan ya como una brevísima tradición: "Interpreto piezas conocidas, lo mismo de La Morenita que alguna canción popular o marchas de procesión, ahora que estamos en Cuaresma". Un 'repertorio' variado que, eso sí, termina siempre con los mismos ecos: el Himno de los Santos de Arjona. "A esa hora es cuando, en agosto, sale la procesión", evoca Aránega.

Sencillo, humilde, se confiesa "uno más" de la nutrida cantidad de músicos que tocan desde los balcones urgabonenses estos días, a los que reivindica a la vez que celebra el amor que su municipio destila por todo lo que suena a viento, cuerda o percusión: ahí está la tradición bandística de los arjoneros, todo un estandarte. "Se trata de entretener a la gente con cosas nuestras, es lo que hemos hecho los músicos siempre, estar con la gente en cualquier momento. Hay musica en los entierros, en las procesiones, en cualquier evento hay música y ahora, pues también", sentencia.

Lejos de su pareja, que optó también por regresar con la familia, vuelca sus sentimientos en su otro amor de toda la vida: la música, y lo hace de manera solidaria, compartiéndola. "Es una cosa que se hace espontáneamente, sale sin uno proponérselo, sale solo": "Yo, cuando llega Año Nuevo, he sacado a veces el trombón al balcón y he tocado, pero ahora te sale para que la gente escuche música, con tanto silencio en las calles; los balcones se han puesto interesantes, por desgracia", concluye Aránega. ¡Menos mal que asomarse no es delito.

 

He visto un error

Únete a nuestro boletín

COMENTARIOS


COMENTA CON FACEBOOK