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Niña Pastori intima con Alcalá

Por Fran Cano - Julio 07, 2019
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Niña Pastori intima con Alcalá
Niña Pastori actúa en Alcalá. Fotos: Fran Cano.

La artista andaluza combina las facetas pop y flamenco para seducir al público de Alcalá en un concierto cercano y familiar

Eran las diez y media de la noche y en la entrada al ferial de Alcalá había grupos dispersos. La mayoría se terminaba decidiendo por entrar hacia el patio del colegio Alonso, donde aguardaba el escenario, listo para el concierto de Niña Pastori.

Las primeras canciones que sonaron a modo de umbral fueron las de otra artista y amiga de la gaditana, Pastora Soler. El interior se fue poblando poco a poco y la barra de bebidas aprovechaba la media hora de espera que concedió la protagonista. El público, la variedad del público, dejaba entender qué cantante es Niña Pastori: tanto seduce a una pareja de mayores que tomó la primera la fila como a jóvenes que acudieron en manada.

—Ya es la segunda vez que promociona la gira Bajo tus alas. Está en un gran momento —concedió una fan procedente de Benalúa de las Villas, Granada.

Niña Pastori entró en escena combinado el blanco de cintura hacia arriba con un vestido negro. Cantó Acariciame la cara, un tema que condensa la esencia de la artista, pop y flamenco se van sucediendo.

"LA MÚSICA SE SIENTE"

Después la gaditana continuó con un clásico, Amor de San Juan, que en el imaginario colectivo evoca aquel videoclip de 2009 en el que Niña Pastori baila y canta al lado de una playa mientras habla de corazones y de monedas. Si el ambiente invitaba a la intimidad, al acústico, más abundó en la idea la primera balada de la noche: Bajo tus alas, single del último disco, con cerca de dos millones de visualizaciones en Youtube.

—¡Te como tus huesos María Rosa! —le gritaban dos fans, muy intensas, muy conectadas al espectáculo.

A la artista se la vio feliz cuando llegó el medley de temas que han marcado su carrera, como Válgame Dios y la mítica Rosa María de Camarón. Bailaba el público y disfrutaba con una de las voces más longevas de la escena nacional, aclamada también en Latinoamérica.

Lejos de ser un concierto masivo, la cercanía dejó momentos genuinos: una chica joven sentada en la plataforma más alejada del escenario rompió a llorar con Puede ser.
Porque pudo ser en Alcalá.

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