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"Ahora vendo la talla grande de ropa que antes no encontraba"

"Ahora vendo la talla grande de ropa que antes no encontraba"

Por Fran Cano - Julio 17, 2022
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Nuria Mudarra Garrido (Frailes, 1991) es autónoma desde el pasado mes de abril, cuando abrió Colores de Frailes, una marca personal enfocada en vender ropa femenina de talla grande. Antes de ser empresaria estuvo en el lado de la clientela, y fue ahí donde detectó una necesidad. "Me costaba encontrar ropa de mi talla", dice.

La entrevista con Lacontradejaén es justo en el negocio, que está en la vivienda de Mudarra, en la calle Amargura de Frailes. Cuenta que lleve bien lo de compaginar negocio y vida familiar bajo las mismas paredes. Ya sabe qué supone tener un horario en la aventura del autoempleo.

El impacto de las redes sociales en el negocio tradicional, el regreso de las fiestas y la vida tranquila en el pueblo de siempre son temas que aborda la joven empresaria. Para conocer su consejo hay que llegar a la última línea.

—¿Cómo le llegó la idea de montar una tienda de ropa desde casa?

—Fue muy curioso. Me llamaron desde mi gestoría para contarme que una chica iba a cerrar una franquicia y me ofrecía la posibilidad de continuar yo. En un principio, la idea era hacerlo de forma conjunta, con dos socias. Finalmente, ella se echó para atrás y yo me lancé a ciegas sin experiencia en el sector del comercio de ropa.

—¿Lo pensó mucho o se tiró a la piscina?

—No, soy muy impulsiva. Suelo hacerlo así, del tirón. Y si sale mal, pues nada. Trabajar desde mi casa es muy cómodo. La inversión no es muy importante más allá de comprar la ropa.

—¿Cuál era, si existía, el temor más grande a la hora de emprender?

—Por supuesto. Aparte de la competencia, dado que la gente ya está acostumbrada a comprar por internet en páginas muy famosas, tenía que abrirme paso en un entorno medianamente conocido. De ahí que decidiera meterme en talla grande. Yo siempre he sido una chica grande y nunca encontraba ropa. La oferta en este ámbito en internet tiene un problema: no es ágil ni hay tanto abanico.

—¿Y por qué la ropa?

—Fundamentalmente por lo que decía antes: siempre he sido una chica grande y siempre me ha costado mucho encontrar ropa. A menudo tenía que ir a Granada si quería algo concreto. No es tan fácil encontrar una talla grande. Ocurre, por ejemplo, con los vestidos. Por eso aposté por esta franja.

—¿Qué tal va el negocio?

—Llevo tres meses y la cosa va bien. Me estoy basando sobre todo en la gente del pueblo y algunas ventas puntuales en internet. Es el momento de abrirse camino.

"TRABAJAR EN MI VIVIENDA ME PERMITE CONCILIAR NEGOCIO Y FAMILIAR"

—Su negocio combina la presencialidad y el comercio electrónico. ¿Qué es más importante?

—Me gustan mucho las redes sociales y no he tenido inconveniente en estar ahí. Quizá lo que más me cuesta son los directos, el hecho de tener que enseñar la tienda. Nunca he sido muy de salir en fotos y ahora cada vez que entro en Facebook hay un montón de publicaciones con mi cara. Choca un poco, sí, pero todo es acostumbrarse.

—El uso de las redes sociales está ya más que asentado en los negocios. ¿Cómo lo lleva y qué mensajes intenta mandar?

—Lo enfoco siempre con la idea de que cada cual esté cómodo con su cuerpo. Transmito que no habrá problema en encontrar una talla. "Te vas a ver bonita", suelo decir. Y es posible dar con la ropa que buscas de verdad. Quizá el reparo para alguna gente es conformarse con ropa con la que se siente más mayor o incómoda. En redes hago vídeos, directos y atiendo a la gente, igual que por teléfono.

—Usted es madre de un niño de dos años. ¿Podría conciliar su trabajo y la vida familiar si no lo hiciese desde su hogar?

—Sería difícil. Ser madre de un niño implica mucho tiempo. Si lo dejas en manos de terceras, al final no lo crías tú. Tenerlo en mi casa es perfecto para conciliar. Puedo atender a la clientela y organizarme para preparar la comida, por ejemplo. Si estuviese en otro local, tendría que centrarme en el comercio y aparcaría un poco mi casa.

—¿Pensó en esta circunstancia cuando emprendió?

—No. Cuando empecé mi idea era montar el negocio en Alcalá la Real. De hecho, estuve una semana de prueba. Pero no fue bien. La ciudad parecía muerta; no pasaba nadie. Todo el mundo conocía el local por la ropa de bebé y el cambio a ropa grande no fue compatible. Pensé en hacerlo en Frailes y decidí empezar en pequeño formato, desde casa. Si funciona, ya veremos.

—¿Y qué tal es trabajar desde casa? ¿Le cuesta desconectar más?

—Es muchísimo más difícil desconectar. Fijo el cierre a las ocho de la tarde, pero, al estar en mi casa, si viene alguien después, ¿no abres la puerta? Lo haces. Ahora es más sencillo conciliar la vida con mi hijo gracias a que mi marido tiene jornada intensiva.

"HACE FALTA QUE LAS FIESTAS DEN VIDA AL PUEBLO Y A LA PROVINCIA"

—Frailes está cada vez más inclinado al turismo. ¿Le favorece esa dirección a su negocio?

—No he notado que los turistas vengan aquí. Es cierto que no estoy en una calle muy transitada. No es lo mismo, obviamente. Pero claro que puede venir bien que haya visitantes.

—¿Alguna vez se ha planteado vivir en una ciudad?

—He vivido en Granada y en Alcalá la Real, y el pueblo tira mucho. Es muy cómodo. Conoces a todo el mundo. No es lo mismo que estar en una ciudad más grande, donde sales al vecino y no sabes absolutamente nada. Aquí sales a la calle y hablas con cualquiera. Frailes es muy cómodo.

—Vuelven este año las ferias, los festivales y los espectáculos veraniegos a la provincia. ¿Tiene ganas?

—Sí, tengo muchas ganas. Hacía falta un poco de salir después de estar tan encerrados por la pandemia. Es necesario que vuelven a 'moverse' como antes los bares y los negocios. Todo estaba muy parado. Y en el caso de Frailes, las fiestas dan vida al pueblo y a la comarca. Es necesario salir y comunicarse.

—Desde tu incipiente experiencia, ¿qué consejo le da a alguien que esté pensando en emprender?

—Que no se lo piense (risas). Estamos en una época en la que se dice que todo va mal, con la crisis, el coronavirus, la inflación... El que quiere, puede. Echándole ganas y entusiasmo todo es posible. Eso sí, hay que dedicar al negocio mucho tiempo.

Fotografías y vídeo: Fran Cano.

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