La calle Virgen de la Cabeza ya recuerda a Carlo dos Santos

El Ayuntamiento de Jaén y la HOAC homenajean la figura del trabajador portugués que murió en 2007 al caer de una altura de 10 metros cuando trabajaba

Vínculo cargado de significado. La calle Virgen de la Cabeza de Jaén capital ya recuerda a Carlos dos Santos, el obrero portugués que perdió la vida en un accidente laboral en marzo de 2007. El Ayuntamiento y la Hermandad Obrera de Acción Católica estuvieron ayer, con motivo del Día Internacional del Trabajo Decente, presentes en el acto para inaugurar la calle.

La propuesta de recordar al malogrado obrero se aprobó en el anterior mandato a partir de Jaén en Común, grupo que recogió las sensibilidades de la HOAC y de otros colectivos como Cáritas Diocesana y Confer. "Dedicar la calle Virgen de la Cabeza, patrona de Jaén, a Carlos dos Santos, es poner en los brazos de la Virgen a quienes pierden su vida, como la perdió Carlos, en accidente de trabajo", expresó Maru Megina, presidenta de la HOAC Andalucía.

Dos Santos pertenecía a una cuadrilla de trabajadores lusos desplazados para faenar en el encofrado del edificio de El Corte Inglés. "En lo que llevamos de año 2020 en nuestra provincia ya han muerto seis trabajadores en accidente laboral. Es una injusta sangría que no podemos permitirnos como país. No es fatalidad, no es mala suerte. Es inseguridad laboral, es precariedad laboral, son indecentes condiciones de trabajo", abundó Megina.

Por su parte, Julio Millán manifestó que se cierra "en justicia" con el reconocimiento un doloroso capítulo del pasado reciente de la ciudad. "No podemos hacer nada por cambiar lo que ya pasó pero sí hacer lo posible por cambiar lo que pueda venir", dijo Millán en alusión a la importancia de combatir la precariedad laboral. "Ahora afrontamos una etapa complicada para el mercado laboral donde poner el recuerdo de Carlos do Santos en primería nos sirve para advertir de que no pueden darse pasos atrás en la decencia del desempeño del puesto de trabajo", recalcó.

El alcalde recordó a los trabajadores temporeros que acudirán próximamente en plena pandemia a trabajar en la campaña oleícola. "En estos momentos, la seguridad en el trabajo se mide también por la seguridad frente al Covid-19 y el miedo a perder un empleo nunca debe pasar por el chantaje para aceptar condiciones indignas de desempeño o de flagrante peligro", concluyó.