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Siete investigados por hacer vertidos contaminantes en Mengíbar

Por Redacción - Julio 27, 2020
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Los investigados y trabajadores de varias empresas supuestamente aprovechan los días de lluvia para efectuar los vertidos contaminantes

La Guardia Civil investiga a siete personas como presuntas autoras de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente. Los investigados y trabajadores de varias empresas supuestamente aprovechan los días de lluvia para efectuar los vertidos contaminantes. Las pesquisas comenzaron cuando agentes del Seprona inspeccionaron las instalaciones de una empresa de Mengíbar dedicada a la gestión de aceites y grasas de origen vegetal para su transformación en subproductos para la elaboración de biodiésel.

La operación, denominada "Blackwhater", ha dado como resultado a la investigación de siete personas como presuntos integrantes de una trama organizada formada por miembros de una misma familia. Supuestamente, dirigen dos empresas y efectuaban vertidos contaminantes al dominio público hidráulico aprovechando los días de lluvia y la noche para evitar ser detectados. Los investigados utilizaban un entramado de empresas para dificultar las posibles investigaciones y la acción de la justicia.

La investigación se inició cuando agentes del Seprona inspeccionaron las instalaciones de una empresa de Mengíbar dedicada a la gestión de aceites y grasas de origen vegetal para su transformación en subproductos para la elaboración de biodiesel. Observaron cómo en una balsa próxima se estaba utilizando una manguera que vertía directamente sobre el terreno una sustancia oleosa fluyendo hacia un arroyo. Procedieron a la toma de muestras de las aguas residuales que fueron entregadas para su análisis a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

También localizaron una balsa llena de un líquido oleoso de color negro intenso, en la que se acumulaban residuos plásticos procedentes de las materias primas utilizadas en la balsa sin impermeabilizar. Tenía numerosas fugas sobre una superficie no impermeabilizada que también generaba un vertido en el terreno. Loa agentes comprobaron cómo habían sido realizados varios vertidos directos de aguas residuales industriales al cauce público.

Presuntamente los hacían coincidir con periodos de precipitaciones. Los vertidos presentaban un fuerte olor y un color oscuro intenso que incrementaba el caudal del arroyo. Lograban, así, deshacerse de los residuos industriales generados en el proceso de fabricación y así diluir los residuos entre aguas pluviales. Estos vertidos desembocaban en el Río Guadalbullón, afluente del Río Guadalquivir, espacio protegido por la Red Natura 2000 (red de áreas de conservación de la biodiversidad en la Unión Europea).

Por todo ello, los investigadores sometieron a vigilancia a la empresa y detectaron cómo en los días de lluvia esta vertía aguas residuales al arroyo. Tras tomar muestras de este vertido y enviarlas para su análisis al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Sevilla, éstas resultaron tener una alta concentración de metales pesados, que debido a su especial toxicidad pueden causar daños a la calidad de las aguas receptoras. Suponen un un riesgo para el equilibrio de los sistemas naturales y que dependiendo del caudal. Su continuidad puede causar daños a la calidad del suelo. 

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