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“De Otelo se aprende a respetar más a la mujer”

Por Fran Cano - Diciembre 24, 2017
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“De Otelo se aprende a respetar más a la mujer”
La compañía de David Merlo interpretará 'Otelo' el próximo miércoles. En la imagen, una escena de la obra. Fotos: Compañía David Merlo. Fotos: Juan Manuel Serrano Arce

David Merlo (Madrid, 1964) actuó por primera vez cuando aún desconocía la frontera entre la realidad y la ficción. Un niño gritó fuera de escena al ver que las cosas no iban muy bien —en la ficción— entre sus padres, ambos actores. Años después, se convirtió en actor y director de teatro. Aún, cuenta, vive esos trances exigentes que provocan hacer como verdad lo que es mentira. La compañía que lleva su nombre estrena Otelo en Jaén el miércoles 27 de diciembre en el Nuevo Teatro Infanta Leonor.

—Jaén será la primera ciudad andaluza donde se estrene la obra. ¿Había representado otras antes en la provincia?

—No, es la primera vez que vamos a hace una función tan importante, de esta magnitud, en Jaén, con cuarenta actores. Esperamos que venga mucha gente. En Santander vivimos algo maravilloso durante un descanso: los espectadores entraron en shock.

Otelo es un clásico de Shakespeare, pero es probable que haya gente que no lo haya leído. ¿Cree que el teatro es una herramienta para acercar al público estas grandes obras?

—Sí, es un instrumento de cultura que permite a la gente conocer las obras de los grandes dramaturgos, que están aún de actualidad por temas de nuestro tiempo como la violencia machista. Por desgracia es un problema muy actual: quién no de repente quiere a la mujer y le dice que está con otro y se vuelve loco, y deja de quererla, como ocurre con Otelo. La manipulación de Yago por la envidia que siente hacia él lo vuelve loco, y un amor tan puro se convierte en un infierno.

 La ficción dura en torno a tres horas.
La ficción dura en torno a tres horas.

—Protagonista y director. ¿Es difícil aún después de hacerlo muchas veces?

—Es obra muy difícil y muy densa, sobre todo. La función dura casi tres horas. Lo doy todo al final. El desenlace es exigente: pasar de un hombre bueno a un asesino, ser alguien oscuro y volverte loco. Es muy dura, sí. Tanto que tengo que estar tranquilo veinte minutos en una silla después de la función. Realmente hay una catarsis.

—La música en directo es posible gracias al violín de Laura Palacios. ¿Qué efecto cree que genera el espectador?

—Ella es una maravilla, y ya no solo una promesa. Su arte le permite interpretar a la muerte con 16 años. En una escena hay un presagio en el que su instrumento es fundamental, como cuando él —Otelo— se derrota y dice que demuestren cómo es realmente. La influencia de la música es maravillosa. Llega mucho, porque lo barroco de Shakespeare sumado a la música del violín produce un efecto genial.

—¿Funciona la obra para todos los públicos?

—No está pensada para niños de siete años, evidentemente. Pero a partir de 16 ó 17 años sí que es apta. El mensaje sobre el machismo y la violencia puede llegar a todas las familias. No deja de ser una prevención.

 La envidia y los celos, temas de la obra.
La envidia y los celos, temas de la obra.

—Los temas son muy oceánicos: la envidia, los celos, la venganza, la desconfianza… ¿Cuál de ellos le interesa más como artista?

—Es comprometido decantarme, porque todos son defectos de carácter propios del ser humano. La envidia es diferente a los celos, que no son necesariamente lo mismo ni implican venganza. Cada cual tiene su personalidad y debe ser tratado por separado.

—¿Qué se puede aprender del personaje de Otelo?

—Lo que no se debe hacer (ríe). No puedes dejarte llevar por los defectos de carácter. Hay que confiar en la gente, pero no demasiado. Y respetar más a la mujer, porque en este caso es la protagonista. También, respetar al ser humano. Lo que de verdad me hace ver es cómo tengo que respetar a la persona y a la mujer, en especial, que para mí es superior al hombre. Ella es la luz.

—¿Usted cree que el teatro está suficientemente presente en las aulas?

—Es una muy buena pregunta. Creo que no. Le cuento que estuvimos en uno de los mejores colegios de Madrid para representar la obra y tuvimos una gran aceptación. Es muy bueno que ficciones como Otelo, Don Juan Tenorio y La Casa de Bernarda Alba lleguen a la juventud y así tenga aún más información. En Otelo no paramos de mandar mensajes.

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