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"Jaén es olvidadiza, pero no podemos olvidarnos de David"

Por Javier Cano - Septiembre 03, 2020
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"Jaén es olvidadiza, pero no podemos olvidarnos de David"
Francisco Carrillo, a las puertas del Museo Provincial, donde se inaugurará la exposición el próximo 8 de septiembre.

Francisco Carrillo Rodríguez (Jaén, 1981) anda estos días encantado de la vida, como si le hubiera tocado una lotería espiritual desde que se le confió el comisariado de la muestra David Padilla, la mirada de la modernidad, primera gran retrospectiva del pintor fallecido en 2016, que se inaugurará el próximo martes 8 de septiembre en el Museo Provincial de Jaén. Hondo admirador y conocedor de la obra de Padilla, Carrillo adelanta para Lacontradejaén una exposición que define como "un paseo por Jaén" de la mano del artista.

—A seis días de la inauguración de David Padilla, la mirada de la modernidad, no quedarán ya más que cuatro retoques...

—La exposición lleva un mes colgada. Estaba proyectada para mayo, así que la producción de la muestra está ya muy avanzada. Hubo que parar por la pandemia pero en verano, gracias a Francisca Hornos [directora del museo], que quiso rescatar el proyecto cuanto antes y tiró del carro, ha salido para adelante. El museo se ha portado genial.

—Y cuatro años después de su muerte, Francisco. ¿Cree usted que tan poco tiempo es suficiente para analizar en su totalidad, desde una perspectiva antológica, la figura y la obra del artista, de su legado? 

—Sí, porque en Jaén somos muy olvidadizos, y no podíamos olvidarnos de David. Si pasan unos pocos más años, su obra se empezaría a perder. Todas las exposiciones que se han hecho de Padilla desde organismos como la UPM o desde sus propios amigos eran un poco 'en plan colega'; él necesitaba más caché, que se dignificara mucho más su obra, su forma de entender la pintura, su mirada exquisita, extraordinaria: él miraba allí donde los demás no veíamos. 

—¿Todo eso que él veía está en esta exposición?

—He enfocado la muestra con una elección de temas que repasa la esencia de su obra, creo que está muy conseguida en el aspecto temático; además contaremos con las mejores piezas de David, aun sabiendo que no pueden estar todas. No hemos podido dar con algunos propietarios, y otros no han querido cederlas. En cualquier caso, a través de esta exposición, de un catálogo muy bien preparado, creo que se da un gran paso para que la ciudadanía aprenda a leer esa mirada suya.

—Gran parte de esa mirada la capitalizó su ciudad, Jaén. ¿También copa esta antológica?

—De hecho es como un paseo por las calles. Vamos a ver al David cotidiano que se fijaba en una persona tocando el trombón en la calle Cerón, al que se fijaba en un charco en la Diputación, al que se miraba en el reflejo del autobús numero 8... esa mirada tan suya, tan propia, tan excelente... y vamos a ver Jaén. Aparte vamos a descubrir otro tipo de David: el más conocido, sí, el de de las escenas cotidianas, las tizas en las barras, las baldosas... pero también al que andurreaba mucho por el casco histórico, a través de obras exquisitas.

—Habla de escenas que, para muchos, protagonizaron la producción de otro malogrado pintor de aquí, Carmelo Palomino. Una coincidencia que más de uno le echó en cara al propio Padilla, una suerte de losa que usted, como comisario de la muestra, habrá tenido oportunidad de valorar a la hora de ahondar en su obra.

—Eso es una cosa que se ha comentado en la estructura de la exposición, pero no tienen nada que ver, son miradas totalmente diferentes. 

—¿Quizá bebieron de idénticas fuentes, pero arrojaron distintas aguas?

—Tampoco bebieron de las mismas fuentes. Creo que en la exposición voy a desmontar esa teoría. El propio Carmelo (eso creo) lo acusó de que lo copiaba, cuando Palomino era muy expresivo y David no lo es. De hecho, las dificultades de Padilla con la pintura son latentes, no hay que esconderlas; empezó a coger la pintura muy tarde, pero eso sí, hacía unos acabados exquisitos que no tienen nada que ver con el mundo de Carmelo. Puede ser por el tema de las tabernas, o igual que me pasa a mí con mi padre, que todo el mundo nos compara: en ninguna profesión sale alguien solo, siempre hay una mirada donde mirar y a él se le puso esa losa, pero no es cierto, por mucho que haya temáticas que nos recuerden a Carmelo, la vibración es totalmente diferente. 

—En cualquier caso esa losa no era tan mala, ¿no cree? 

—No es negativa en absoluto esa comparación, son dos excelentes pintores: uno miraba de una forma y otro de otra, de hecho tenían amistad, no es nada peyorativo para la obra de David... pero yo creo que la mirada de Padilla supera a la de Carmelo, sin desprestigiar a este: es una mirada muy, muy culta.

—Francisco Carrillo tiene un nombre más que consolidado en el panorama de la pintura jiennense actual. ¿Cómo lleva eso de comisariar la primera retrospectiva de un pintor con el que podría haber competido, perfectamente, si la muerte no le hubiera llegado tan pronto?

—Para mí es un honor. Yo no he coincidido generacionalmente con David; coicindimos unos años como pintores, pero realmente pertenece a la generación de mi padre. Es un honor ser comisario de esta muestra, descubrir su vida, tan productiva; era un pintor incansable, trabajaba todos los días, ha dejado una obra extensísima, y eso hay que ponerlo en valor en una ciudad como Jaén, que olvida tanto a sus artistas, a sus pintores, a sus poetas...

—Resulta difícil que el coronavirus no aparezca en esta entrevista, Francisco. ¿En qué medida afectará la 'nueva normalidad' a esta exposición?

—En esta situación lamentamos muchísimo que para la inauguración no podamos atender al aluvión de personas que pensamos que querrían asistir. Las medidas las dicta el Museo Provincial, y se ha decidido que la apertura se haga en diferentes fases, en tres sesiones a las que podrán acudir solo quienes han prestado obras, las autoridades y aquellas personas que han trabajado en el proyecto. no puede pasar nadie que no sea: veinte personas por sala y horario. 

—Eso solo el primer día...

—Claro, pasada la inauguración nos gustaría que la gente no dejara de ir a verla: va a estar dos meses enteros en el museo. Además, el día 12, sábado, y el domingo habrá visitas guiadas por mí, que seguirán todos los sábados y domingos hasta que termine la exposición. Quien quiera verla por grupos, comentada, allí estaremos. Será también una manera de resarcir a todos los amigos que ha tenido, que no podrán estar el primer día.

—Una legión de amigos, ¿no?

—Era un personaje muy carismático, sí. De hecho, en esta exposición estarán también obras de su propia colección de maestros y amigos: de Luis Berges, que lo inició en la técnica del lavado de tinta; Manuel Kayser, Paco Carrillo (padre), que lo introdujo en el óleo; Blas Cabrera, Inca Quesada, Gaspar Cortés... Ojalá podamos compartir con todas las personas que lo conocieron las vivencias que tuvieron con él. 

 El artista David Padilla, fallecido en 2016, cuya muestra antológica podrá disfrutarse a partir del martes. Foto cedida por Francisco Carrillo Rodríguez.
El artista David Padilla, fallecido en 2016, cuya muestra antológica podrá disfrutarse a partir del martes. Foto cedida por Francisco Carrillo Rodríguez.

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