Cerrar Buscador

Otro año pendientes del vuelo de la pava

Por Esperanza Calzado - Febrero 02, 2019
Compartir en X @Esperanza44
Otro año pendientes del vuelo de la pava
Lanzamiento de la pava desde el tejado de una casa.

En 2016 el Obispado dio la orden de cerrar el campanario, pero los vecinos de Cazalilla luchan por mantener su tradición frente a las críticas de los animalistas

Fue en 2016 cuando el Obispado tomó cartas en el asunto. Decidió que durante San Blas el campanario de la iglesia de Santa María Magdalena permaneciese cerrado. De esta manera, se evitaba la polémica. Sin embargo, los vecinos de Cazalila, que año tras año ven cómo se convierten en el foco de los medios de comunicación cuando llega el mes de febrero, se resisten a romper con la tradición. Mañana volverán a ser protagonistas por lanzar, o no, la pava.

Y es que tirar la pava desde el campanario de la iglesia es, a ojo de los animalistas, una tradición que debe ser erradicada ya que, a su entender, se maltrata al animal. Sin embargo, buena parte de los vecinos del municipio no están de acuerdo con tal afirmación. 

Al año siguiente de la decisión del Obispado, los vecinos cumplieron con la tradición, pero a su manera. Acudieron al tejado de una casa y la lanzaron desde allí, en medio de la polémica que siempre surge con los animalistas, que denuncian el maltrato al ave. El animal no llegó a la multitud, sino que dio una pequeña volada y se quedó en el tejado. Entonces, tres vecinos fueron sancionados. El que la soltó, el que la cogió y el que la paseó. A cada uno de ellos se le impuso una sanción de 2.001 euros por vulneración de la Ley de Protección Animal y otros 600 euros más por alteración del orden público. 

El año pasado, pasó tres cuartos de lo mismo. Se soltó el animal desde un edificio aledaño una vez terminada la procesión, que comienza a las cinco de la tarde. Lo que hicieron los vecinos fue recolectar el dinero para hacer frente a las sanciones. ¿Qué pasará esta vez?

SAN BLAS

Cazalilla celebra, cada 3 de febrero, la Festividad de San Blas, muy querido por los vecinos no solo del municipio, sino también de los pueblos limítrofes, como Espelúy, Villanueva de la Reina y Mengíbar. La tradicional bendición de las rosquillas del Santo culmina con la conservación por parte de las madres durante largo tiempo de estas rosquillas de pan "bendecidas por el santo", que son comidas a pedacitos por los niños como eficaz remedio cuando se ven afectados por un golpe de tos. Del mismo modo se utilizan las cintas de colores que ha sostenido el santo en su mano, para que una vez colocadas en el cuello sirvan para curar y prevenir las afecciones de garganta.

 

He visto un error

Únete a nuestro boletín

COMENTARIOS


COMENTA CON FACEBOOK