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Mis películas favoritas de Martin Scorsese

Por Pablo Díaz Tena - Agosto 21, 2022
Mis películas favoritas de Martin Scorsese
Elenco de ‘Uno de los nuestros’, película de Martin Scorsese.

El crítico Pablo Díaz Tena repasa en orden de preferencia las cinco películas que mejor explican la carrera del director italoamericano

1)Uno de los nuestros

Quizás la película de Martin Scorsese que más recorrido tiene en la cultura popular. Una obra que supuso un cambio de paradigma en varias direcciones; por un lado representa una visión antagónica de la que hasta el momento era la cinta de mafia por excelencia, El padrino, ya que si en ésta última el ecosistema de los gángsters desprendía elegancia y –a pesar de las traiciones de rigor– la conducta de los mafiosos tenía una suerte de código deontológico, en el filme de Scorsese la romantización de la mafia propia de Coppola, se sustituye por una visión sórdida y carente de clase, donde la traición no es una excepción, sino un modus operandi; por otro lado Scorsese realiza su película más moderna hasta esa fecha: con un montaje brusco, que redunda en la hiperviolencia narrada; un narrador en primera persona, que rompe la cuarta pared en varias ocasiones para interpelar directamente al espectador y una cámara, que traduce en pantalla a la perfección el ritmo vertiginoso y la fugacidad de la vida del gángster.

Una cima absoluta del cine sin apellidos genéricos –no es solo una de las mejores películas sobre la Cosa Nostra– , que además contó con un reparto en estado de gracia: De Niro, Liotta y un Pesci que interpreta un personaje desquiciado y desquiciante.

Disponible en HBOX MAX.

2)Taxi Driver

Una de las obras más esquinadas y con más lecturas del director norteamericano. Taxi Driver es un estudio analítico de cómo se crea el héroe contemporáneo. De Niro, en una interpretación salvaje y arriesgada, compone un antihéroe que es producto directo del detritus de una Nueva York cuyas calles están atravesadas por una sordidez que las texturas fotográficas de la película hacen casi tangible. Un personaje, que es hijo aventajado del contexto del que parte y que, en su forma lunática de actuar, no hace más que reproducir los códigos lunáticos del mundo que le rodea. Un (anti)símbolo lúcido de los tiempos que corren. No es casualidad que el último Joker se inspirase en Travis Bickle.

La obra de Scorsese también incide –como gran parte de su filmografía–, en diseccionar la ultraviolencia y sus consecuencias desde un prisma adulto; no hay estilizaciones gratuitas del estallido violento o ironía posmoderna, sino que la violencia y su reproducción se captan en su esencia más pura y brutal.

Taxi Driver sigue siendo una película de referencia para muchos creadores y su insano magnetismo –como el de su protagonista–, sigue ejerciendo una influencia enorme en la cultura contemporánea. Quizás porque como en su escena cumbre, el espejo en el que se mira Travis, también nos refleja a nosotros, y eso nos aterra y fascina por igual.

Disponible en Movistar+.

3)Toro salvaje

Y seguimos con la violencia. Scorsese hace la mejor película de boxeo, y que a la vez no es de boxeo, de la historia. Toro salvaje es un complejo retrato de la decadencia y la autodestrucción que esta lleva implícita. La historia de un hombre que ejerce la violencia como profesión y sin profesión. De Niro encarna a un personaje con pocas luces y muchas sombras, que seguramente sería imposible de mostrar en tiempos actuales. Un maltratador que no es una caricatura. De nuevo la violencia y sus perpetradores no admiten atajos; no hay simplificaciones cuando se trata de algo tan serio.

La conexión De Niro-Scorsese –una de las más prolíficas y sustantivas de la historia del cine– vuelve a resultar en otra obra maestra; un blanco y negro luminoso, fruto de una fotografía refinadísima, que consigue que hasta los objetos hablen; las secuencias de los combates de boxeo, con una cámara que invade cada rincón del espacio personal de los contendientes, en una salvaje y épica muestra de la violencia en el ring o –de nuevo– una interpretación colosal de De Niro, dan forma a otra obra cumbre del celuloide.

Y en su escena final de nuevo el espejo, pero esta vez refleja el intento patético de conservar algo de dignidad ante la imposibilidad de asimilar la inexorable decadencia.

Disponible en Movistar+, Amazon Prime y Filmin.

4)El lobo de Wall Street

Es el cierre de la trilogía involuntaria que comenzó con Uno de los nuestros y prosiguió con Casino. Una película, que como las dos citadas anteriormente, posee una violencia desatada. El montaje vuelve a ser de nuevo brusco y frenético, la cámara transita espacios con la velocidad propia del tiempo en fuga –si es que acaso hay otro– y el nuevo De Niro –Leonardo DiCaprio– culmina una interpretación que, de brillante y desquiciada, está en pura consonancia con la forma narrativa.

DiCaprio interpreta a Jordan Belfort, bróker que es alabado por masas amorfas, que aún sabiendo que su riqueza proviene de estafar a otra gente lo elevan a categoría mesiánica, riéndole todas las gracietas y vitoreando cada una de sus fechorías. Otro falso becerro de oro.

Sólo hay una pequeña diferencia con las películas mencionadas en el primer párrafo. Y como sabemos, Dios está en los detalles. El lobo de Wall Street es en apariencia una comedia libérrima, que en ningún momento juzga o hace disertaciones morales sobre el contenido de la historia. Tres horas de puro esperpento en bucle. Pero no hay que dejarse fiar por las apariencias, y menos cuando se trata de un director de este calibre. Realmente, estamos ante una tragedia que adopta la forma de una comedia negra. Y aquí reside el verdadero logro de la película. No hay mayor tragedia que aquella que nunca alcanza reconocimiento, porque no se reconoce como tal. ¿Acaso no es ésta la verdadera tragedia de nuestros tiempos?

Disponible en Netflix.

5)El Irlandés

El eterno retorno por caminos distintos. De Niro, Pesci y Keitel vuelen a trabajar para Scorsese. Y por si fuera poco, un excelso Pacino realiza una de las interpretaciones más hipnóticas de su prolífica carrera.

Como ocurre con Uno de los nuestros, El Irlandés no es una película sobre la mafia. A diferencia de la película de los 90, la última obra del maestro italoamericano relaja la forma para hablarnos sobre el paso del tiempo y sus consecuencias; la cámara se mueve con calma y elegancia, el montaje reniega del vertiginoso ritmo pretérito y los personajes han perdido la llama de la juventud que los caracterizaba en otros filmes –especial atención a la contención de Pesci–.

Ahora se trata de retratar las heridas que produce el paso del tiempo y que cristalizan en la vejez. La redención imposible, la búsqueda del perdón en los lugares equivocados y a la postre, la soledad como consecuencia de los pecados acumulados. Quizás la película más lírica y paradojicamente sintética de Scorsese, con un final donde un lento traveling y una puerta medio cerrada son capaces de condensar más cine que toda la obra de varios directores. El Irlandés es una obra maestra de más de tres horas que transcurre con la fugacidad con la que pasa la vida.

Disponible en Netflix.

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