Suelta de perdices para mejorar la biodiversidad en los espacios naturales protegidos

Soledad Aranda destaca la importancia de mantener el equilibrio cinegético en los ecosistemas para impulsar el desarrollo sostenible

La delegada del Agricultura, Pesca, Ganadería y Desarrollo Sostenible, Soledad Aranda, ha participado en una suelta de perdices en el Parque Natural de Despeñaperros, que celebra ahora su treinta aniversario. Se trata de una actividad que está enfocada para incrementar la biodiversidad en los espacios naturales protegidos. “Mantener nuestro patrimonio natural y la herencia de flora y fauna que hemos recibido es esencial. Trabajamos para impulsar el desarrollo sostenible en nuestro mundo rural y acciones como esta son determinantes para mantener el equilibrio en nuestros ecosistemas en favor de un correcto desarrollo”, afirma Soledad Aranda.

La Consejería desarrolla un programa de cría en cautividad de perdices con calidad genética certificada en su centro de cría de Lugar Nuevo (Andújar). El objetivo de este programa es doble. Por un lado, suministra a cotos de montes públicos y privados concertados de ejemplares procedentes de líneas autóctonas con el objetivo de la repoblación o el reforzamiento de poblaciones en cotos de caza menor.

Por el otro, se realizan sueltas en espacios protegidos con el objetivo de mejorar la biodiversidad. Con este segundo propósito se están soltando ejemplares estos días en distintos Parques Naturales de la provincia de Jaén. Ya se ha comenzado en el Parque Natural de Despeñaperros. Ya se han liberado 330 ejemplares provenientes de cría en cautividad. En este caso, su destino ha sido el de reforzar la población ya existente en ese Parque.

La consecución de una buena población de perdices resulta crucial en el ecosistema mediterráneo. Ademas de situarse en la base de la cadena alimenticia de muchas especies amenazadas, como son el águila imperial, águila real, águila perdiera, azor, gato montés, o lince, entre otras, también juega otra función, no menos importante. Su dieta está basada en los insectos, con lo que contribuye al control de plagas indeseadas, que luego podrían afectar a los cultivos (al propio olivar), y a la distribución de semillas de los frutos forestales que ingiere.

La suelta se realiza siempre en unos cercados de pequeñas dimensiones especialmente diseñados y adaptados a la perdiz, en los que se dispone agua y alimento con el objetivo de disminuir el estrés del transporte y su aclimatación al medio. Estos pequeños cercados se han construido dentro de cercados más grandes (unas 3 hectáreas aproximadamente), de tal manera que, pasadas unas pocas horas, se liberan. De esta manera, continúan aún unos días a salvo de depredadores terrestres en los cercados grandes hasta que decidan por si solas salirse volando.