Poisón pone sus pinceles al servicio de los 'Confinados'

El pintor ubetense ofrece cada día, en las redes sociales, una sesión artística sobre un cuadro en torno al aislamiento, para llenar las horas de cuarentena de sus seguidores

Si la pintura universal tiene a Poussin, el arte jiennense tiene a Poisón, dos creadores a cuál más diferentes: el primero, francés, el segundo de Úbeda; el galo, de los siglos XVI-XVII y el ubetense, del XX-XXI. Puestos a encontrar lo que los separa, este reportaje no terminaría nunca, pero si se trata de hallarles puntos en común, en la obra de ambos palpita un pulso trágico que los emparenta.

Manuel Poisón, que conoce el significado de la palabra 'confinamiento' hasta el extremo, pone su arte al servicio de la gente en estos días de cuarentena a través de su pintura, de forma que llenar las largas horas de lucha contra el coronavirus sea, además de una obligación, un disfrute. Sí, cada día, desde que comenzó el aislamiento, el creador ubetense entra en contacto con el mundo a través de sus redes sociales para ofrecer una serie de claves con las que culminar un cuadro: Confinados. 

"Hay que tener la idea muy clara de lo que se quiere transmitir en la obra, de manera que el esbozo ha de ser firme respecto de los sentimientos que se quieren volcar. En esta obra dibujaré el miedo, el amor, la inocencia de los niños, el vicio, la cultura y el deseo de de comunicación...", dice el pintor. Con música de fondo (a veces) y un pequeñísimo pincel en la mano deconstruye el dibujo inicial, al que se suman elementos propios de esos conceptos (miedo, amor, inocencia...) hasta culminar una obra que, una vez concluida, será todo un himno pictórico a este trance por el que pasa la humanidad. 

"Es una serie de sentimientos que puede albergar las personas que están confinadas; en uno de ellos reflejo el miedo que tienen a este tema, en otro el amor que tienen las personas y que, por tenerlo, lo pasan superior, con creces, respecto a los que tienen miedo. Y no solo el amor físico, sino a todo, a la vida, que creo que es lo que nos puede salvar; la inocencia radical, que es la que conservan los niños... Como es un proceso tan lento, por sesiones cortitas de seis o siete minutos, lo voy haciendo con idea de llenar toda la cuarentena y que al final, el cuadro quede hecho", aclara.

Por supuesto, pinta con mascarilla (una mascarilla, como el propio artista, original a más no poder), y no precisamente para cubrirse de las gotas de pintura, no: "Quiero decirle a la gente que tienen que ir protegidos y proteger a los demás; yo estoy en mi casa y tengo esto puesto, que la gente sepa y sea consciente de que esto no es ninguna broma. La gente se muere por el coronavirus", sentencia.