Mancha Real vive el momento con la pipirrana flamenca

Lidia Pérez, Fina de Ángeles, Manuel Cuevas, Pele y Paula Rodríguez Lázaro protagonizan la 49 edición de la pipirrana flamenca

Arte, jondura y duende flamenco se citaron en la 49 edición de la pipirrana flamenca de Mancha Real. El arte volvió a recorrer el Auditorio después del paréntesis obligado de dos años por culpa de la pandemia. Lidia Pérez, Fina de Ángeles, Manuel Cuevas, el maestro Pele y la bailaora Paula Rodríguez Lázaro, desplante minero 2021 en la Unión, fueron protagonistas. El cante puro, jondo, sosegado y sin adornos ni estridencias volvió a poner el vello de punta a los numerosos aficionados que se dieron en el auditorio de Mancha Real.

Ángel Jiménez Tirado, presidente de la peña El Trillo, agradeció, durante su presentación, el apoyo del Ayuntamiento en uno de los festivales "más arraigados de la provincia y de Andalucía". El próximo año será cincuentenario de la pipirrana flamenca, que vio la luz por primera vez en los comienzos de los años 70.

Tirado se acordó de los directivos que han pasado por la peña y que han fallecido en los dos últimos años: Antonio Luis Gómez, Francisco Ramírez e Ildefonso Gutiérrez López.

Tomó las riendas del evento Manuel Bohórquez Casado, quien agradeció la presencia del presidente de la confederación de Peñas Andaluzas, Francisco Viedma, y la gran asistencia, con María del Mar Dávila, alcaldesa del municipio, quien también tomó la palabra.

EL ESPECTÁCULO

Paula Rodríguez abrió el tarro de las esencias con su baile ágil y fresco despertó los primeros oles entre el público. Lidia Pérez tomó el relevo acompañada a la guitarra por el maestro Eduardo Rebollar e interpretaron nana, granainas, alegrías de Cadiz y fandangos de Huelva.

Manuel Cuevas volvió a meterse el público en el bolsillo. El saetero del rey, como se le conoce desde que en la Campana Sevillana improvisara una estrofa alusiva al rey en una saeta cantada al paso de María Santísima del Rocío. Estuvo acompañado a la guitarra por el maestro Paco Cortés, que volvió a estar sublime con su toque llevando en volandas al cantaor. Hicieron malagueñas, soleá, bulerías, alegrías, tarantas y fandangos.

Le siguió la torrecampeña Fina de Ángeles que con su voz "reonda”, con excepcionales registros que consigue en los bajos y la facilidad que tiene a la hora de alargar los tercios la llevan a conseguir meter al público en ese clímax flamenco que tanto emociona a los aficionados, la acompañó Paco Cortés y deleitaron a la afición con cantes de Trilla, tangos, granainas, fandanguillos de Cadiz, soleá de Triana y fandangos.

Cerró la noche el maestro Pele, quien tiene la cualidad de conectar rápidamente con el público y transmitir su arte con suma facilidad. Lo acompañó la sonanta del Niño Seve, sublime y genial como el propio Pele. Fue el colofón a una gran noche de flamenco cuyo fin de fiestas fue el baile de Paula Rodríguez, arropada por el Niño Seve y por el cuadro flamenco que la acompaña.