El aceite de oliva cierra el año a la baja una vez más

El sector olivarero despide un 2019 marcado por el descenso de los precios, manifestaciones, los efectos de los temporales y los aranceles de Estados Unidos

Los olivareros cierran un año para olvidar. Un 2019 marcado por una profunda crisis de precios del aceite de oliva que les ha llevado a echarse a la calle hasta en tres ocasiones. El "espíritu de las batallas" lo bautizaron, en honor al lugar donde se llevó a cabo la primera de las protestas, en mayo, en Jaén. Luego marcharon a Sevilla y miles de jiennenses se subieron a los autobuses para inundar las calles de Madrid, después. 

Han pasado los meses y las semanas y el precio del aceite de oliva no remonta, sino todo lo contrario. A pesar de dos licitaciones de almacenamiento privado, el sector sigue en unos límites que no alcanzan a cubrir los costes de producción. Es una muestra más de que el actual sistema no funciona y que se requieren medidas estructurales, no coyunturales, como demandan las organizaciones agrarias desde hace tiempo. Todo ello sin olvidar los efectos en las exportaciones como consecuencia de la subida de aranceles impuesta por Estados Unidos. 

Durante la semana del 24 al 30 de diciembre, el virgen extra bajó a los 2,230 euros, según los datos facilitados por Asaja. El virgen se situó en los 1,753 euros y el lampante en 1,712. En el caso de las operaciones se redujeron de las 49 de la semana anterior a las 29 de esta, y las salidas disminuyeron de las 4302 a las 1504.

Una situación similar se da en el caso del picual de Jaén. El virgen extra disminuyó a los 1,953 euros, mientras que el virgen bajó a los 1,755 y el lampante a los 1,749. En cuanto a las operaciones, disminuyeron de las 16 de la semana anterior a las 6 de ésta, y las salidas de las 1442 toneladas a las 253.

Las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA, Infaoliva y Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén han vuelto a reforzar la unidad de acción del sector olivarero. Productores, cooperativas y fabricantes de aceite se han reunido en Jaén para comenzar la planificación de un nuevo proceso nacional de movilizaciones en 2020. Quieren trasladar a las administraciones la decepción del sector frente a los "vergonzosos resultados del almacenamiento privado", el malestar por la crisis de bajos precios que seguimos sufriendo desde hace un año y medio y por la incertidumbre que generan las futuras amenazas que se ciernen sobre los olivareros.