El artista jiennense Antonio Maya consigue el Premio Emilio Ollero de pintura

Itaca, una obra que reflexiona sobre el regreso, se hace con la trigésimo tercera edición del prestigioso certamen

"La amplia trayectoria artística" que proyecta el pintor Antonio Maya Cortés sobre su obra le ha valido, en palabras del jurado, uno de los galardones pictóricos más importantes del panorama actual, el Premio de Pintura Emilio Ollero. No en vano, Maya ha expuesto a lo largo de su carrera salones como la Feria Arco, de Madrid, o el Congrescentrum Elzenveld, de Amberes (Bélgica) y algunas de sus piezas cuelgan en la Academia de España en Roma o el Museo Itinerante Salvador Allende.

El galardón, convocado por el Instituto de Estudios Giennenses (IEG), está dotado con diez mil euros y distingue al artista por su obra Itaca, que se ha erigido vencedora sobre los más de treinta participantes de diferentes provincias españolas. Una convocatoria que, según la vicepresidenta de la Diputación, Francisca Medina, presidenta del tribunal calificador, ha contado con trabajos de gran calidad, "siguiendo así la tendencia registrada por este certamen y haciendo posible, una vez más, que este concurso siga manteniendo e incrementando su prestigio".

Maya, jiennense de nacimiento aunque reside en Madrid, ha manifestado su satisfacción por el premio obtenido en declaraciones a este periódico: "Estoy muy contento, es un premio de mi tierra, que yo estaba buscando siempre". Y añade: "Ese cuadro estaba exclusivamente destinado para mi tierra, Jaén; por el título". Lo dice mientras celebra la concesión del premio junto con su familia en la capital española. Allí llegó cuando solo tenía catorce años, y allí sigue. "Pero la base imaginaria está en Jaén", apostilla el artista. 

En sus palabras, Itaca es el regreso al paraíso perdido ("eso que todo hombre necesita llevar en su alma", escribió Coelho), y el "producto de una frustración": "Esa mujer vestida de blanco sobre un fondo ingrávido, que está embarazada, y una niña vestida de blanco también que toca, de una manera casi no creyendo, como Santo Tomás tras la resurrección de Cristo, con temblor... No se lo cree, porque efectivamente es imposible el regreso al vientre de la madre", explica el artista.

Antonio Maya Cortés, nacido en 1950, se formó en la madrileña Academia de Bellas Artes de San Fernando y es uno de los creadores más internacionales del mar de olivos, si se atiende a la cantidad de obra que tiene repartida por el mundo y a su presencia en un buen número de muestras internacionales. Sin embargo, tanto caminar y por lugares tan distintos no le han hecho perder ni un ápice de querencia al terruño: "Todas las personas tenemos nuestro origen, pero la connotación cultural ejerce sobre nosotros unas variantes en donde el origen, en algunos, puede traducirse en una descripción que se puede verificar, pero en otras no. Todas las personas tenemos esa actitud de regreso"; lo cantaba Violeta Parra: "Todos vuelven al lugar donde nacieron, al embrujo incompable de su sol, todos vuelven al lugar donde vivieron, donde acaso floreció más de un amor".

Todo eso, y mucho más, lo que solo la poesía puede intentar aprehender, está en Itaca: "Sí, el cuadro tiene una tensión biográfica, doliente y se dirige de alguna manera al cuerpo geográfico donde uno nació", concluye Maya.  

PALMARÉS DEL CERTAMEN

El palmarés se completa con un galardón para Jóvenes Talentos Andaluces, dotado con cinco mil euros, para el granadino Ignacio Estudillo, por Torso femenino. Amarillo de sodio, “una síntesis rigurosa del cuerpo humano tanto anatómico como cromático”, según el jurado. Estudillo posee, entre otros premios, la medalla de oro de la Exposición de Otoño de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría o el Premio Caneja de Pintura de la Fundación Díaz Caneja; alguna de sus obras se pueden contemplar en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga o la BMW Ibérica.

Por su parte, Manuel Castillero, de Córdoba, con su obra Espinete was here y José Piñar, de Granada, se llevan sendos accésits de dos mil euros. En esta ocasión, el tribunal ha estado formado, junto con Medina, por la directora del IEG, Adela Tarifa; Salvador Contreras, gerente del instituto, y los consejeros Pedro Galera y Miguel Viribay, además del doctor en Historia del Arte Gabriel Ureña.