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Por qué invertir en un producto financiero con tipo de interés negativo

Por Juan Alberto González - Junio 05, 2021
Por qué invertir en un producto financiero con tipo de interés negativo
Foto: Pixabay.

Existen dos clases de tipos de interés negativos: nominal y de rentabilidad.

Aquí surgen varias preguntas importantes:

¿Qué son los tipos de interés negativos, y por qué alguien compraría un instrumento de renta fija con un tipo de interés negativo?

Un tipo de interés nominal negativo es el contractual (tipo de interés acordado entre prestamistas y prestatarios). Esto significa que prestamistas (inversores) y prestatarios (emisores de un valor de renta fija) acuerdan un tipo de interés negativo. Por el contrario, un tipo de interés de rentabilidad negativa es el resultado de las fluctuaciones de precios en los mercados de renta fija. En este caso, se produce tal exceso de demanda de un instrumento de deuda en particular en relación con la oferta que, el aumento del precio del instrumento de renta fija resulta en un tipo de interés negativo. Hay que recordar que los rendimientos de los bonos se mueven en sentido inverso a los precios.

Los tipos de interés se pagan a los inversores para compensarles por no tener acceso a su dinero en efectivo, lo que se denomina “coste de oportunidad”, así como por el riesgo de que no se les pudiera satisfacer el monto total de su inversión, el denominado principal. En este contexto, los tipos de interés negativos no tienen mucho sentido. Literalmente, significa que los prestamistas pagan por prestar dinero a los prestatarios.

¿Por qué un comprador adquiriría un determinado valor a un tipo de interés negativo? Existen razones por las que un inversor quiera comprar valores para los que están garantizados por el prestatario pagarle menos de su inversión inicial.

En primer lugar, los inversores pueden anticipar que las tasas de interés, en realidad, pueden ser más negativas. Por ejemplo, si los inversores invierten en un producto al -0,15%, pero anticiparan que los tipos de interés bajarán al -0,30% entonces experimentarían una plusvalía de 0,15% por activo al final de un año. Así, aunque un inversor está dispuesto a pagar por prestar dinero a una entidad, hecho que parece extraordinario, el inversor obtendrá ganancias de capital si los tipos de interés se vuelven aún más negativos.

En segundo lugar, en momentos de gran volatilidad de los precios en los mercados financieros, o cuando la situación económica esperada es grave, los inversores buscan “refugios seguros” para invertir, incluso a pesar de que no podrán obtener un rendimiento. En este sentido, la operación se asemeja más a comprar una póliza de una compañía de seguros en lugar de un prestamista que proporciona fondos a un prestatario. Desde esta perspectiva, podríamos esperar que sólo los prestatarios muy solventes podrían emitir activos con tipos de interés negativos.

Conclusión:

Los tipos de interés negativos evidencian la existencia de condiciones extremas en los mercados, bien financieras o económicas. Estas condiciones invierten la relación normal entre los inversores (prestamistas) y los emisores de valores de renta fija (prestatarios). Con tipos de interés negativos, los inversores pagan por prestar dinero, ya sea para especular con que esos tipos de interés negativos serán aún mayores o para garantizar la seguridad de su principal.

Así, aunque los tipos de interés negativos pueden parecer extraños, en los mercados pueden ser vistos como un movimiento lógico y racional.

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