Rafa Casares, un palista brillante para el tenis de mesa alcalaíno

El granadino está muy contento en su primera temporada con el Club Tenis de Mesa Alcalá la Real, donde lucha por la permanencia en División de Honor

Rafael Casares Castellano (Granada, 1997) es otro ejemplo más del vínculo entre el sur de Jaén y Granada. En su caso, el nexo es el tenis de mesa. El joven de 24 años, que logró ser campeón estatal Sub-23 en 2019, defiende los colores del Club Tenis de Mesa Alcalá la Real. Su objetivo en la primera temporada es que el equipo se mantenga en División de Honor.

"Este club es muy familiar, se nota que hay mucha ilusión y ganas. El proyecto es muy bonito", reconoce el deportistas en declaraciones a este periódico. El fichaje coincide con un cambio importante en la vida de Casares, quien pasó de competir en Madrid a vivir en Granada. "Me llamaron desde Alcalá la Real para jugar en División de honor y la verdad es que me venía muy bien", apunta.

El palista suele aprovechar los viernes para entrenar en el Silo, el espacio que emplea el club. Si se le pregunta por su principal virtud, asegura que es "muy trabajador" y que con los años ha mejorado el factor mental.

HIJO DEL CAMPEÓN ROBERTO CASARES

Rafa Casares llegó al tenis de mesa a los once años a partir de la figura de su padre, Roberto Casares, quien fue nueve veces campeón de España y representó a España en Olimpiadas. "Nunca me presionó para jugar. Siempre tuve cerca el tenis de mesa, eso sí", razona.

El joven estudia tercer año de Marqueting en la Universidad de Granada y está convencido de que el tenis de mesa siempre será mucho más que una afición para él. La vertiente profesional del juego que ama continúa dándole alegrías.