La adaptación al cine no es el relato

El equipo del cortometraje S revela las claves de la adaptación al cine de un relato y relata la experiencia para lograr visibilidad fuera de España

¿En qué se parece un relato a su adaptación cinematográfica? Previsiblemente en nada. Lo demostró ayer en la librería Madre Tierra el equipo que grabó S, cortometraje dirigido por Juan José Patón, con guión de Verónica Cervilla, autora del cuento homónimo. Cambia el formato, el lenguaje, y en consecuencia, el producto.

Patón, Cervilla, Tania Serrano (actriz) Rocío García-Pérez (directora de fotografía) y Ana Cobo Arana (auxiliar de fotografía) compartieron con los asistentes al evento las claves del proceso de adaptación. Primero, el público tuvo la oportunidad de leer el cuento de Cervillo, incluido en una antología de relatos sobre Satanás. Después se proyectó el cortometraje. Todos los espectadores coincidieron: el paso de la literatura al cine cambiaba la historia.

Cervilla explicó que había escrito el relato en primera persona, y que ya en el punto de vista de la narración estaba la primera gran diferencia de la obra en el cine: "No queríamos una voz en off. Había que contar la historia de otra manera", señaló. "Pensamos en recrear la atmósfera de terror", aportó Patón, quien destacó las influencias que ha recibido del cine de John Carpenter en su forma de hacer contar historias.

VISIBILIDAD EN FESTIVALES DE ESTADOS UNIDOS

El elenco narró cómo fue el rodaje, durante diez días, en un antiguo geriátrico de Linares. La mayoría de la grabación se dio en horario de madrugada. "Tuvimos que adaptarnos a la agenda de los actores y a la del propio centro", indicó el director.

Consultado por este medio acerca de la elección del inglés como el idioma principal del corto, el equipo destacó que buscaba ganar visibilidad en los festivales de Estados Unidos. La apuesta ha resultado exitosa, pues S ha sido seleccionado en más de una quincena de festivales.

Tania Serrano, actriz protagonista, contó una de las anécdotas del rodaje: sufrió un golpe en la cabeza, necesitó atención médica y enseguida se puso de nuevo a las órdenes de Patón. La dirección llegó a hacer 21 versiones diferentes, y remarcó una idea en este sentido: no suelen coincidir las versiones del guionista, del director y del productor. "En este caso, Juan José Patón y yo sí que estuvimos muy conectados en el proceso creativo. Incluso la protagonista mantuvo reuniones con nosotros", reveló Cervilla.

El corto contó con un presupuesto de 4.000 euros que fueron posibles gracias a una campaña de mecenazgo. El equipo también tuvo la ayuda del Ayuntamiento de Linares y de la Junta, que cedió el geriátrico. Patón y los suyos están ahora inmersos en el largometraje de la ficción. Demostraron que lo hacen sin pensar en el aspecto económico.