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DE AQUELLAS AGUAS, ESTOS LODOS

DE AQUELLAS AGUAS, ESTOS LODOS

Por Esperanza Calzado - Julio 16, 2022
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El agua es vida, pero en ocasiones puede suponer una ruina. Decenas de familias de Andújar lo perdieron todo en 2010 por la furia del Guadalquivir. Emprendieron un camino del que algunos no han visto el final: cuando David venció a Goliat

"El agua deja a 400 familias de Andújar fuera de sus casas". Titular del diario Ideal de Jaén del 25 febrero 2010. Se hacía eco de una tragedia que en la Campiña pocos olvidan. Las escenas eran dantescas. Desolación e impotencia para unos iliturgitanos que lo habían perdido todo. Uno de ellos fue Francisco. 

Perdió una cosecha, medio corazón y toda esperanza. Hace tres años sus problemas de corazón se complicaron por la infección de una bacteria. Estuvo en coma tres semanas y cuando se despertó tuvo claro que ante la desesperanza hay que actuar para el futuro, según relata el periodista Alberto Costas a Lacontradejaén. “Le expliqué a mis hijos la documentación que tenía sobre las pérdidas que padecimos con las inundaciones porque estaba tardando tanto que pensaba que no vería el resultado judicial con vida”.

Pero sus hijos no tendrán que seguir solos porque como afirma Francisco: "David venció a Goliat en los tribunales".

Como reza el refrán, de aquellas aguas, estos lodos. La furia del río cuando las lluvias aprietan se dejan ver en Andújar cada cierto tiempo. En febrero de 2010 se produjo en Andújar el mayor caudal histórico del río Guadalquivir a su paso por esta localidad: más de 2.000 metros cúbicos por segundo. Un hecho que no sucedía desde 1963, año en el que esta cuenca padeció una de las más graves inundaciones de los últimos siglos, según las crónicas del momento. Las fuerzas de seguridad tuvieron que rescatar con camiones y lanchas a los 400 vecinos de Los Llanos del Sotillo y de la zona de La Isla, junto al río. Pocos episodios son tan recordados como el de aquel invierno de 2010.

Las voces reivindicativas sobre este peligro han sido muchas. Es el caso de la Plataforma de Afectados por las Inundaciones del Río Guadalquivir a su paso por Andújar. La presidió durante muchos años Juan Conde, que falleció en 2020 sin ver el resultado final de la lucha en los tribunales. 

 Juan Conde encabeza una de las múltiples protestas.
 Juan Conde encabeza una de las múltiples protestas.

Fue alcalde desde 1980 a 1983, dirigente de UPA y coordinador de la plataforma que clamaba por soluciones ante las inundaciones. Desde esta posición, exigió en los despachos, la calles y en los tribunales las soluciones a las anegaciones que amenazan al municipio.

—La gente no es consciente del peligro.

La plataforma la integran unos 120 afectados por las históricas inundaciones que acarrearon daños por valor de dos millones de euros y un terreno afectado de 300 hectáreas. Son más de un centenar de viviendas del Sotillo, en su mayoría. En una entrevista a este medio, Juan Conde no se cansó de alertar de que si vuelve a ocurrir el desastre de 2010, no son los únicos que se pueden ver afectados. La parte baja de Andújar, también.

Juan Conde resumía, allá por 2017, las exigencias en tres puntos fundamentales: limpiar el río, darle una solución a la presa de Marmolejo y llegar a un acuerdo extrajudicial para que puedan cobrar los daños. Todavía no han llegado esas medidas que erradiquen el miedo, pero sí compensaciones para el calvario de 2010 gracias a la victoria en los tribunales.

No fue la única plataforma reivindicativa. También vio la luz Izonoin. Ahora viven la alegría de la recompensa judicial después de 12 años de espera. "Muchos afectados de la plataforma me miraban con tristeza y desazón y ahora me visitan mucho. Mi casa ahora es una fiesta cada vez que me visitan", explican desde su portavocía.

EL PROCESO JUDICIAL

Las inundaciones provocaron cuantiosos daños en edificios, mobiliario, enseres y maquinaria agrícola. Además, se perdieron muchas cosechas. Según la reciente sentencia de la Audiencia Nacional se reconocen unas pérdidas valoradas en 1.965.937 euros. ¿Cómo se ha llegado hasta ella?

La firma de abogados Bufete Romero Huertas de Sevilla ha logrado una indemnización millonaria. Este despacho sevillano ha conseguido demostrar que las causas de esta catástrofe patrimonial y medioambiental fue provocada por la gestión de los recursos del río Guadalquivir en la zona por parte de la Agencia del Agua de la Junta de Andalucía. Más de 500 afectados reciben una compensación de tres millones de euros después de que el propio Gobierno andaluz haya decidido no recurrir a la sentencia notificada por la Audiencia Nacional.

El procedimiento judicial ha durado doce años por la complejidad que entrañaba la responsabilidad de la gestión del río Guadalquivir.  Días antes de las inundaciones, las competencias sobre el río se asignaron del Gobierno estatal (Confederación Hidrográfica del Estado) a la Junta de Andalucía (Agencia del Agua). Según Manuel Romero Peralta, socio de Bufete Romero Huertas, durante el proceso se llegaron a tener dos resoluciones de las dos administraciones que establecían la inadmisión de la reclamación patrimonial, puesto que entendían que la competente era la otra. Y ahí es donde estuvo la clave: "seguir manteniendo la reclamación a las dos Administraciones. Y efectivamente, al final se ha estimado totalmente y todas las consecuencias económicas y los daños que nuestros representados sufrieron".

En esta exitosa reclamación patrimonial a las Administraciones ha sido fundamental el trabajo pericial realizado con cada uno de los afectados por las inundaciones. En la opinión de Manuel Romero, gracias a un arduo trabajo de investigación, se logró demostrar que las causas del desastre natural se agravaron por un desembalse no afortunado de los embalses aguas arriba del río, así como la falta de mantenimiento del cauce y de esa capacidad de desagüe hidráulico por parte de la Agencia del Agua (Junta de Andalucía).

EN PRIMERA PERSONA

En febrero de 2010, Francisco volvía de su casa de Los Llanos, donde trabajaba a diario en su actividad agrícola, en pleno aguacero. Sabía que podría haber inundaciones cercanas, pero confiaba en la experiencia con anteriores riadas. “Mis padres vivieron las riadas de 1963 y la casa no se inundó. Estábamos seguros de que no se inundaría con esa experiencia. Me fui tranquilo a mi piso de Andújar. Lo llego a saber y me vuelvo corriendo”, afirma Francisco.

Al día siguiente, no pudo correr, tuvo que nadar para intentar salvar a los animales que tenía en la casa una planta de Los Llanos porque el agua tenía más de un metro de altura. “Tuve que tirar las gallinas muertas, el gato no apareció y solo se salvó el perro que tenía el agua al cuello”.  Con el perro salvado tocó revisar daños y detectó que “hasta se cayeron los azulejos del cuarto de baño”. Se perdieron todos los muebles de la vivienda.

Doce años después, Francisco mira con sonrisa irónica una sembradora que tiene “de reliquia”. La tromba de agua destrozó sus mecanismos y se ha quedado como recuerdo de gran parte de la maquinaria que no pudo recuperar. Después de intentar salvar los animales acudió a su nave agrícola y se encontró con el panorama devastador protagonizado por unas máquinas inútiles y junto a ellas, una cosecha anegada…y perdida. “Tenía 15 hectáreas sembradas con maíz y algodón anegadas por el agua. La perdí entera”.

Francisco tuvo que pedir un préstamo para salir adelante y empezar de cero. Decidió formar parte de la plataforma de afectados IZONOIN “porque uno solo no es capaz de navegar”.  El trabajo en equipo dio sus frutos. La Justicia le dio la razón. Ahora siente una alegría inesperada. La mayor de las alegrías “porque no confiaba en que llegara, pero al final llegó y ahora me dedicaré a restaurar la casa que perdí por agua del río”.

A dos calles de la casa de Francisco se encuentra la de Miguel. Tuvo más suerte “porque la casa tenía dos plantas en vez de una. Todo el pueblo estaba inundado”. Y también la planta baja de este vecino de Los Llanos del Sotillo. “Los muebles de esa casa los perdimos, al igual que 35 árboles frutales”.

Miguel, como sus compañeros afectados, también convivieron con el pesimismo que generaba el paso de los años de pleitos y reclamaciones, pero la buena noticia de la sentencia favorable de la Audiencia Nacional ha provocado otra que ya ha notificado a su mujer: “Le he dicho que este verano por fin podremos cumplir un sueño que tenemos desde hace más de 40 años, visitar París”.

Tanto Francisco como Miguel, como el resto de los afectados por las inundaciones, consideran que para que no se repita este desastre “hay que dragar el río porque hay tanto lodo que el Guadalquivir por aquí es más alto que las tierras. Deben eliminar las dos presas que hay enterradas en esta zona para que se repita lo mismo: el río no puede avanzar porque no tiene espacio”.

Esta batalla judicial está ganada. Pero hay otras. En 2019, el Ayuntamiento de Andújar presentó un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía frente a la inactividad material de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y el Ministerio para la Transición Ecológica. Demandaban actuaciones vinculadas a su función de policía de cauces sobre el río a su paso por Andújar, su función de vigilancia e inspección y control de seguridad de la presa de Marmolejo y su función sancionadora. 

En un comunicado, el consistorio explicaba que en el recurso se incluye el “silencio” ante el escrito presentado con anterioridad, el 5 de noviembre de 2018, en el que se pedía información sobre las actuaciones en el río y la presa. Dentro de las intervenciones que el Ayuntamiento urgía que se realizaran en la reclamación de enero de este año destacan, entre otras, la inmediata reposición y reducción de los niveles de sedimentación del cauce del río al estado en que proporcionen seguridad frente a las inundaciones, así como su posterior mantenimiento en tales niveles, y que se inicie el procedimiento para la modificación de las normas de explotación de la presa de Marmolejo, que se ha comprobado que no son las adecuadas.

Los estudios elaborados por una ingeniera de Caminos, Canales y Puertos  y admitidos en el proceso judicial, confirman el aumento del riesgo de inundación para el municipio de Andújar por la existencia de la presa  de Marmolejo y la sedimentación que provoca y que se ha ido incrementando muy notablemente desde 2014. Según estos informes, "influye en tal riesgo de forma importante, la sedimentación depositada en la cola de embalse, cola situada a la altura de Andújar, junto a los puentes Romano y de la Autovía”.

Otro informe atribuía la sedimentación a la que consideraba obra de relleno de Polideportivo y anexos, así como a los polígonos industriales. Pero en la defensa del Ayuntamiento, se exponen tres razones que argumentan que la sedimentación no fue causada por el polideportivo o el polígono industrial. La primera es que el  cauce se ha desplazado 58 metros hacía el margen derecho del río (entorno polideportivo), desde 1956, por lo que no hay sedimentación en dicho margen, sino erosión; la segunda es que no se han realizado rellenos para la construcción del polideportivo, ni se modificaron los niveles topográficos que existían en el Plan General de Ordenación Urbana de Andújar de 1972 (anterior a dicha construcción). 

Por último, determinó que el polideportivo se halla por encima del nivel de las aguas del río cuando estas circulan normalmente, y la lámina de agua solo alcanzaría el polideportivo en situaciones de avenida, que implican  erosión y arrastre de sedimentos y no depósito de éstos. 

Y de aquellas aguas, estos lodos.

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