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Dulces de autor en el Bulevar

Por Javier Esturillo - Febrero 20, 2019
Dulces de autor en el Bulevar
Cati García y Curro Castro son los propietarios de Berry Taller de Dulces. Foto: Javier Esturillo

Curro Castro y Cati García son el alma de Berry Taller de Dulces, una pastelería donde todo es artesano y que coloca a Jaén en la vanguardia de la repostería

Curro Castro y Cati García se conocieron entre los fogones del restaurante que regenta Martín Berasategui en el Kursaal de San Sebastián. Él, un imberbe cocinero jiennense en prácticas; ella, una mejicana de Guadalajara apasionada de la repostería. Sus miradas se cruzaron, se gustaron y la chispa del amor comenzó a prender entre ellos. A finales de 2015 decidieron arriesgarlo todo a una carta y abrieron en el número 14 del Paseo de España de la capital Berry Taller de Dulces, un espacio donde todo es artesanal y en el que se combina la tradición con la modernidad en un empeño personal de los propietarios por alcanzar la excelencia. 

Es difícil encajar la pastelería y cafetería de Curro y Cati en una ciudad tan costumbrista como Jaén, poco dada a los cambios. Sin embargo, su idea de cómo debía ser su proyecto repostero de calidad y de vanguardia, la que rumiaron durante decenas de horas por las carreteras de España, no ha cambiado ni un ápice en estos más de cuatro años, día a día, servicio a servicio. Han transformado el concepto del bollo industrial por la elaboración sosegada, utilizando materia prima de primer nivel entre la que podemos encontrar aceite de oliva virgen extra, mantequilla fresca, pulpas naturales, frutas de temporada y el menor azúcar para hacer de sus pasteles una experiencia saludable.

 Cati García, en plena elaboración de unas torrijas.
Cati García, en plena elaboración de unas torrijas.

Pero hasta llegar aquí, Curro y Cati se lo han tenido que currar de lo lindo. Nadie les ha regalado nada. Él comenzó en el instituto El Valle, donde estudió Dirección de Cocina y Restauración. Su atracción por los dulces no iba más allá del roscón de Reyes por Navidad. Prefería lo salado. Tras formarse en su ciudad natal, comenzó un periplo por algunos de los mejores establecimientos de restauración del país, trabajando con chefs de la talla de Jordi Cruz (triple estrella Michelin) o el mencionado Martín Berasategui (diez estrellas Michelín). Entre práctica y práctica, pasó por las cocinas de L'angle y ABAC; aprobó unas oposiciones como profesor que le llevó a dar clases en Ciudad Real; se casó en Méjico, y estudió, junto con su mujer, en la afamada Escuela de Postres Espai Sucre, en el Born de Barcelona. Todo ello sin descanso y en apenas un puñado de años.

Pero Curro quería establecerse en su tierra y empezar con Cati un proyecto de vida. Así que, después de un tiempo de reflexión y muchas horas de sacrificio, decidieron trasladarse a Jaén para montar Berry Taller de Dulces. Lo abrieron con la ayuda de sus padres. La idea de negocio era clara: un espacio moderno, rompedor, cosmopolita y en el que el cliente se sintiera cómodo nada más cruzar la puerta. Encargaron las sillas, las mesas, la decoración... Todo se cuidó hasta el más mínimo detalle, nada se dejó al azar. Un local que parece sacado del barcelonés barrio de Gracia o del corazón moderno de Malasaña.

 Una empleada trabaja en la elaboración de unos dulces.
Una empleada trabaja en la elaboración de unos dulces.

Los inicios, como en cualquier actividad de la vida, no fueron nada fáciles porque la propuesta de repostería que ofrece Berry Taller de Dulces no es la más ortodoxa ni en precio ni en calidad para el jiennense acostumbrado al dulce típico o al postre congelado. Por eso, les pusieron enseguida la etiqueta de modernos y rompedores, además de caros para una zona alejada del bullicio mañanero del centro.

Curro reconoce que, al principio, costó trasladar su concepto de pastelería e incluso se vieron obligados a modificar algunos de sus planteamientos para adaptarse al mercado, aunque sin renunciar nunca a su máxima: apostar por la calidad y por una cafetería refinada, con buen servicio y mucha creatividad. Esto obviamente lejos de generar beneficios suele provocar pérdidas. Pese a ello siguieron adelante hasta ganarse la confianza de la clientela. "Hemos pasado años complicados", reconoce Curro Castro con la perspectiva que da el tiempo.

Su pareja sentimental y también en el negocio es el alma de la pastelería y la que más ha empujado a Curro para no desfallecer en los momentos más difíciles. De sus manos y el ingenio de ambos salen del horno auténticos dulces de autor con un toque personal que renuevan cada día. Su mostrador no es apto para golosos. En él, se ordenan desde tartaletas de fresas con Mascarpone hasta blondie de arándanos, pasando por deliciosos pasteles de queso y dulce de leche o su reconocida tarta de zanahoria, entre una diversa oferta. Una repostería valorada no solo por clientes y visitantes, sino por restaurantes con estrella Michelin, como el Bagá de Pedro Sánchez, al que le suministran postres. 

 Curro Castro y Cati García con la Estrella de Oro a la Excelencia Profesional.
Curro Castro y Cati García con la Estrella de Oro a la Excelencia Profesional.

Su tesón, arrojo y calidad han hecho que Berry Taller de Dulces haya sido galardonada con la Estrella de Oro a la Excelencia Profesional por su originalidad y por cumplir con unos estándares de calidad supremos. "Es la razón por la que existimos y seguimos adelante", asegura orgulloso Curro ante la mirada cómplice de Cati. "Estamos tan empeñados en la calidad que derrochamos mucho dinero que al final se traduce en deudas. Pero no pienso escatimar porque creo en la marca y en lo que hacemos", añade.

Curro y Cati no solo compiten consigo mismos, sino también con los supermercados y grandes superficies que se han subido al carro de la repostería creativa, aunque nada que ver con lo que podemos encontrar en Berry Taller de Dulces, donde lo casero y natural sale de unas manos y no de una línea de producción industrial al por mayor con ingredientes en muchas ocasiones de dudoso origen. Con todo, este binomio conformado por un andaluz y una mejicana ha conseguido colocar a Jaén en el mapa de la repostería de vanguardia en el que podemos probar propuestas originales de México, Estados Unidos, Inglaterra o Alemania y, por supuesto, del mar de olivos.

Fotos: Javier Esturillo y Berry Taller de Dulces

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