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"Mi reto es un proyecto de ciudad para generaciones futuras"

Por Javier Esturillo - Junio 08, 2017
Antonia Olivares, alcaldesa de Úbeda, responde a una pregunta.

Antonia Olivares es la alcaldesa de Úbeda. Cumple su segundo año de mandato con la sensación de que se le ha pasado volando. Nos recibe en su despacho del Ayuntamiento. La ventana está abierta de par en par. Hace un día maravilloso en la ciudad Patrimonio de la Humanidad. Tiene unas vistas envidiables, desde las que se ve el Palacio Vela de los Cobos y la famosa Alfarería Tito. Licenciada en Pedagogía, Antonia Olivares ha sido una de las grandes promesas del PSOE jiennense. Sin embargo, a diferencia de otros compañeros, nunca ha estado envuelta en intrigas, ni en tejemanejes. Antes de pasar por la Delegación de Turismo y Deporte de la Junta y la Diputación, fue concejal de Participación Ciudadana, Mujer y Juventud y portavoz del equipo de Gobierno en el Ayuntamiento ubetense de 1999 a 2003, así como jefa de la oposición en el mandato de José Robles. Ahora le toca lidiar con una responsabilidad todavía mayor: dirigir el destino de la ciudad que la vio nacer hace 45 años.

—¿Qué tal lleva el día?

—Le cuento la verdad (risas). Intento levantarme todos los días muy optimista y contenta, porque es la única manera de afrontar los problemas de otra forma. Organizar a mis niños por la mañana me da mucha energía para el resto del día.

—Estamos a punto de entrar en el ecuador del mandato. ¿Cómo ha vivido estos dos años?

—Es un contraste. Por un lado, con mucha ilusión de poder dejar huella en la ciudad en la que nací y en la que he vivido siempre. Pero, por otro lado, con mucha responsabilidad, que está presente en el día a día, con personas sin trabajo y en una situación desesperada llaman a la puerta del Ayuntamiento para que las ayudes o resolviendo problemas heredados de hace veinte o treinta años a los que tienes que dar una solución. Esa responsabilidad también entraña impulsar nuevas iniciativas y desarrollar el proyecto de ciudad que diseñamos, durante dieciocho meses, con los colectivos de Úbeda, sobre el que trabajamos y estamos cumpliendo.

—¿Qué nota se pone en estos dos primeros años de mandato?

—No me corresponde a mí puntuar o valorar el trabajo que realizo.

—¿Pero qué palpa en la calle?

—Principalmente, palpo cariño, cercanía y que la ciudad está contenta. Pero soy muy autocrítica conmigo y con mi equipo, por lo que no me siento satisfecha hasta que se soluciona realmente un problema o arreglamos una infraestructura necesaria y urgente, como es el caso de la carretera de Solana y Veracruz, cuyo estado era terrible y era una demanda de hace más de veinte años, de la que nadie se había ocupado hasta ahora. Lo que a mí me preocupa realmente es solucionar el siguiente problema, es decir no en la calle que hemos arreglado, sino en las que nos quedan por arreglar. Me pasa igual con los colectivos: pienso en el siguiente.

 La alcaldesa de Úbeda durante la entrevista. Foto: Miguel A. Rodríguez Cárdenas.
La alcaldesa de Úbeda durante la entrevista. Foto: Miguel A. Rodríguez Cárdenas.

—La veo más como una estadista.

—En líneas generales es eso, cambiar el presente para cambiar el futuro. Pensamos en los ciudadanos de ahora, pero también en la Úbeda que van a heredar nuestros hijos. Y, sobre todo, en hacer ciudadanía. También agradezco la crítica respetuosa y constructiva porque es una manera de tener los pies en la tierra.

—¿Ha madurado más en estos dos años como alcaldesa que en sus anteriores destinos como cargo público?

—Esa maduración ha sido posible gracias a la experiencia de mis cargos anteriores. No es lo mismo enfrentarte al reto de dirigir una ciudad Patrimonio de la Humanidad como Úbeda sin esa experiencia previa o sin saber dónde tocar en la Diputación o en la Junta de Andalucía para resolver un problema. Haber sido cocinero antes que fraile te da una tranquilidad y hace que el trabajo fluya de una manera más rápida.

Palpo cariño y cercanía, pero soy autocrítica y no me siento satisfecha hasta que no se soluciona el problema que tengo pendiente

—También ha tenido que lidiar con la oposición, que, en determinados momentos, ha sido especialmente dura con usted.

—Soy de las que piensa que en una democracia el papel de la oposición es tan importante como el del Gobierno. Si una oposición no hace bien su trabajo, es más fácil que el Gobierno se equivoque y no acierte. Parto de esta premisa, tanto cuando me tocó estar en un lado como ahora que estoy en el otro. Si la oposición trabaja correctamente y con lealtad a la ciudad, la democracia se fortalece y crecemos como municipio. Bien es cierto que todos no son iguales. Por ejemplo, con Izquierda Unida y con el Partido Andalucista trabajamos de manera muy positiva hasta tal punto de que incluimos en nuestros proyectos iniciativas que nos plantean y que a nosotros no se nos habían ocurrido. Pero, como son viables técnica, económica y socialmente, las aceptamos, a pesar de que tenemos una mayoría holgada.

Entendemos que es más enriquecedor apoyarnos en esas propuestas que hacerlos solos porque es posible que nos equivoquemos. Luego está la oposición del Partido Popular que no es leal con la ciudad. Inventa críticas, tergiversa argumentos y no es honesto con la verdad en temas importantes para Úbeda. Veo también que su actitud es muy díscola en asuntos muy parecidos. Es decir, mantiene una u otra posición según el colectivo al que afecte, sin criterio alguno. Eso es lo que no me gusta y me enfada, al igual que cuando en las redes sociales utilizan temas personales, sobre todo cuando soy muy escrupulosa en este asunto. Trato de no sacar nada de mi vida privada en Facebook y cuando se hace alusión a temas personales me enfada mucho.

El PP no es leal con Úbeda. Inventa críticas, tergiversa argumentos y no es honesto con la verdad

—¿Tiene algún recuerdo especialmente duro de estos dos primeros años?

—Mi principal problema es el empleo y ver familias que te piden un trabajo. Saben que el Ayuntamiento no puede contratar si no cumple una serie de mecanismos y estos procesos no son rápidos para personas que necesitan de inmediato un empleo. ¿Qué hemos hecho para tratar de paliar eso? Poner en marcha una bolsa de empleo con total transparencia y que está tutelada. El pasado año partíamos con un presupuesto de 400.000 euros y ya estamos por los 700.000. Y en 2017 partimos de un presupuesto de 700.000, es decir cantidades muy importantes para hacer un montón de contratos. Estamos dando tres meses de trabajo por familia. Sabemos que no es una solución definitiva y eso es lo que más me encoje el corazón.

Considero que las administraciones y el Ayuntamiento debemos crear las posibilidades para que la ciudad sea viable para que las empresas vengan aquí, ya que es el sector privado el que puede dar un empleo mucho más estable que el que ofrecemos los ayuntamientos, que solo son meses que no arregla una solución.

—¿Y esa iniciativa privada no debería asentarse más en la industria que en el comercio?

—No solo pensamos eso, sino que trabajamos en ello a través del área de Comercio e Industria. Tratamos de fortalecernos como ciudad para que las empresas nos vean como una inversión atractiva. Eso sí, basado en nuestros principales sectores como son el comercio, el turismo y la agricultura. En este sentido, desarrollamos en herramientas que nos promocionen desde todos los puntos de vista. Le puedo avanzar que estamos trabajando en un instrumento de promoción que muestre lo atractiva que es Úbeda para que empresas de distinto tipo se instalen en nuestra ciudad.

Trabajamos en un instrumento que muestre a Úbeda atractiva para que empresas de distintos sectores se instalen aquí

—Para eso necesita infraestructuras.

—Sobre todo que se culmine la A-32, la Linares-Albacete. Es fundamental para nosotros porque es la vía de comunicación con todo el Levante. Hemos reivindicado mucho para que la Junta acabe sus carreteras y ahora hacemos lo mismo con el Gobierno central, porque nosotros exigimos igual a una que a otra Administración. Una ha tardado, pero ya ha cumplido, y esperamos que en el mismo sentido cumpla Madrid. No se puede marginar a una provincia como la nuestra que necesita más apoyo que otros territorios de España. Mientras que unos están sobradamente comunicados, nosotros no tenemos ni lo más básico.

 Antonia Olivares cumple dos años como alcaldesa de Úbeda. Foto: Miguel A. Rodríguez Cárdenas
Antonia Olivares cumple dos años como alcaldesa de Úbeda. Foto: Miguel A. Rodríguez Cárdenas

—Cuando ha visto los Presupuestos Generales del Estado, ¿qué ha pensado?

—Han sido un jarro de agua fría porque esperábamos mucho más. Como le he dicho, nos sentimos marginados, y esto duele más cuando hay dos jiennenses al frente del Ministerio de Hacienda. Creo que hace falta un poco más de sensibilidad con la tierra de Montoro y de Fernández de Moya. No solo porque son de aquí, sino porque saben que es una provincia con futuro, pero que necesita una apuesta más firme y mantenida en el tiempo.

—Volviendo a la micropolítica, ¿hay intención de peatonalizar o semipeatonalizar más calles de Úbeda?

—Nosotros, precisamente, no hemos peatonalizado o semipeatonalizado nada. Lo que hemos hecho ha sido mejorar infraestructuras viarias que eran muy necesarias y muy urgentes, y vamos a seguir en esa línea. Los recursos son limitados y, a pesar de bajar los impuestos y, por lo tanto, ingresar menos, hemos invertido veinte veces más -y me quedo corta- que el anterior equipo de Gobierno en intervenciones para el municipio. En cualquier caso, la peatonalización no es una prioridad ahora mismo para nosotros.

Estamos arreglando calles con la intención de ir probando la restricción del tráfico de manera parcial por días o por fechas concretas. Solo eso. En cualquier caso, uno de nuestros fracasos es acabar infraestructuras y que una minoría no respete el esfuerzo y el trabajo realizado. Por ejemplo, nos hemos visto obligados a poner pinetes en sitios en los que no deberían estar. Para mí, esto es un fracaso como sociedad, sobre todo cuando ves cómo los coches invaden y ocupan las aceras, obligando al peatón a salir a la calzada.

—¿Qué retos le quedan por cumplir en los dos próximos años de mandato?

—No tengo un reto, sino un proyecto de ciudad por delante porque Úbeda necesita una gran transformación. Está claro que el empleo y las infraestructuras seguirán siendo los ejes fundamentales de la gestión municipal. Todo ello manteniendo a Úbeda como referente cultural, turístico y comercial en la provincia. Úbeda, hoy por hoy, es la capital cultural de esta provincia y eso me llena de satisfacción porque, al final, son recursos que se quedan aquí.

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