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El Rey Al Ahmar

Por Celeste Cruz Rama - Marzo 09, 2017
El Rey Al Ahmar
Celeste Cruz aborda la figura del Rey Al Ahmar.

De Arjona fuí Rey de barba roja, que por ello me llamaban el descendiente de Bermejo. De Arjona era mi padre, de la familia de los Banu Nasr. Mi madre, Fatima, de los Banu Asquilula, también nacida en esta fuerte tierra. Mi esposa se llamó A´isa, hija de un hermano de mi padre. Muhammad, Faray, Yusuf y Fatima son mis cuatro hijos. Mis restos reposan en mi sueño: la Alhambra, junto a dos de mis nietos. Me hice llamar emir sin ser hijo de reyes. Luché y conquisté mi propio reino. Y cuando llegaron las derrotas, rendí vasallaje a mi enemigo, el castellano llamado El Santo. Soy Muhammad ibn Yusuf ibn Nasr. Para vosotros, castellanos, el Rey Al Ahmar.

El destino marcó el futuro de un niño nacido en Aryuna (actual Arjona) justo el día en el que los cristianos fueron derrotados por los almohades, un 19 de julio de 1195. La batalla de Alarcos marcaría el retroceso de los Reinos de Castilla hasta otra Batalla, la que tuvo lugar en las Navas de Tolosa en 1212. Para entonces, ese niño llamado Muhammad, como su abuelo, ya se había convertido en un muchacho de diecisiete años a quien habían enseñado la labranza de la tierra y, a la par, la defensa de las fronteras. Su carácter, marcado por la austeridad y la ambición, ya dejaba entrever que en breve se convertiría en un poderoso guerrero encabezando operaciones militares ante las incursiones cristianas. En Aryuna ya ostentaba la influencia necesaria para, aprovechando la debilidad del almohade Ibn Hud (rey de la Taifa de Murcia que consiguió extender sus dominios sobre, prácticamente, todo Al- Ándalus), y con el apoyo de su familia, se proclamó sultán de la Taifa de Arjona un 16 de julio de 1232. Tres días antes de cumplir los treinta y siete años, Muhammad I siembra el germen del futuro Reino Nazarí de Granada.

La creación de un reino propio A partir de ese momento, el sultán de Aryuna inicia la conquista de territorios como Guadix, Baza y Jerez de la Frontera. En 1233 continúa su expansión territorial tomando Córdoba, Úbeda, Porcuna y Jaén, a la que nombra capital de su reino. Es en la fortaleza de Abrehui —hoy llamada de Santa Catalina— y bajo el reinado de Ibn Al Ahmar, donde nace la reconocida leyenda de Las Tres Morillas de Jaén, Aixa, Fátima y Marién, pero ese es otro cantar…

Tras algunos retrocesos territoriales y de poder ante Ibn Hud, en 1238 el sultán de Aryuna vuelve a aprovechar la coyuntura para tomar Almería, Másaga y Granada. Es en esta última ciudad donde se proclama Rey. Muhammad I entró triunfante por la Puerta de Elvira proclamando “no hay otro vencedor que Alá”. Así, ‘el victorioso por Dios’ convierte su sobrenombre en la divisa de la primera dinastía nazarí y que se imprimirá en todos los palacios nazaríes construidos a lo largo de, nada más y nada menos, doscientos años.

Sus periplos contra unos y otros para conseguir aumentar poder y territorio continuaron hasta su muerte, luchando y triunfando unas veces, las menos grandes derrotas que finalizaron rindiendo vasallaje a su enemigo acérrimo, el Rey Fernando III el Santo (Tratado de Jaén, firmado en 1246). Batallas y pactos que pasaron a la historia pero no brillan como su obra maestra, su gran sueño. El lugar donde plasmó sus conocimientos de la tierra, su carácter, sus creencias religiosas: la Alhambra de Granada. Aprovechando la fortaleza existente, Muhammad I transformó el monte de la Sabika en los cimientos de la yadida (alcazaba nueva), construyendo o restaurando fortificaciones defensivas como son la Torre de la Vela o la Torre del Homenaje, entre otros. Bajo su reinado se triplicó la población de Granada, fomentó las Artes y las Ciencias, y amplió la red de conducción de aguas procedentes del río Darro. Las heridas tras una caída trágica desde su caballo provocaron su muerte un 20 de enero de 1273, a la edad de 78 años. Dejó como heredero a su primogénito que subió al trono con el nombre de Muhammad II.

“Este es el sepulcro del rey alto, fortaleza del Islam, decoro del género humano, gloria del día y de la noche, lluvia de generosidad, rocío de clemencia para los pueblos, polo de la secta, esplendor de la ley, amparo de la tradición, espada de verdad, mantenedor de las criaturas, león de la guerra, ruina de los enemigos, apoyo del Estado, defensor de las fronteras, vencedor de las huestes, domador de los tiranos, triunfador de los impíos, Principe de los Fieles, sabio adalid del pueblo escogido, defensa de la fe, honra de los Reyes y Sultanes, el vencedor por Dios, el ocupado en el camino de Dios, Abu Abd Allah Mohammed Ibn Yusuf ibn Nasr al-Ansarí (…)” -Extracto del epitafio que reza en la tumba de Muhammad I

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COMENTARIOS

JOSE MARIA MANUEL GARCÍA-OSUNA Y RODRÍGUEZ

JOSE MARIA MANUEL GARCÍA-OSUNA Y RODRÍGUEZ Noviembre 12, 2020

Con todo respeto, como historiador profesional que soy, ¿de donde saca usted lo del retroceso de los reinos de Castilla?, SOLO HAY UN REINO DE CASTIELLA, el resto no son nada de Castiella, sino antagónicos: NAVARRA-SAnCHO VII EL FUERTE; ARAGÓN-PEDRO II EL CATÓLICO; PORTUGAL-ALFONSO EL GORDO; Y SOBRE TODO EL GRANDIOSO REYNO DE LEÓN-LLEÓN-ALFONSO IX el creador de las Cortes de León-1188 o Cuna del Parlamentarismo. En cuanto al retroceso, Fernando III el Santo de León y de Castiella llega hasta Sevilla...

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