El viaje del trovador Santiago Auserón
El artista Santiago Auserón colgó el cartel de 'completo' en su actuación en los Baños Árabes de la capital, programada dentro de 'Las Noches de Palacio'
El bullicio ocupa las calles de la capital en busca de una terraza durante el sábado de la Feria Chica. No hay espacio para caminar por San Ildefonso y 'Bernabé Soriano' es un altavoz de conversaciones entre grupos de amigos. Jaén es una fiesta, pero lejos de todo el gentío, hay lugar en La Magdalena para el silencio. "Shhh", manda callar una voz, porque ya ha comenzado el viaje de Santiago Auserón en el Centro Cultural Baños Árabes, a donde el artista zaragozano llega solo con su voz y su guitarra y dos sillas, una para él y otra para su guitarrista acompañante. Y da comienzo el show, íntimo, cercano y disfrutado por cientos de personas desde su silla.
También hay quien lo tiene que ver de pie, porque la expectación de Juan Perro ha sido máxima: no quedan entradas y hay quien espera incluso en la puerta del Palacio de Villardompardo a ver si alguien tiene unas entradas "de sobra" para uno de los conciertos más esperados de 'Las Noches de Palacio', que organiza la Diputación de Jaén. Pero no hay más boletos en venta para El Viaje que Santiago Auserón, Juan Perro, ha prometido a los asistentes. Un viaje de luces de colores que guía un artista y compositor que se asemeja cada vez más a un trovador, un viajero de guitarra al hombro y sonrisa socarrona que lo mismo hace emocionarse al público con una historia de amor que los pone a reír a carcajadas con sus ocurrencias.
AHORA Y SIEMPRE
Su masculina voz se entona según lo necesite el guión de personajes, historias y anécdotas que conforma su espectáculo, a medio camino entre el show musical y el monólogo, y agarra de la mano a los asistente por canciones de su último trabajo, como Inadaptados, y otras que le han acompañado durante muchos años, como Pies en el barro. El público se las sabe todas, de "cuando era Juan Perro" y también de su último trabajo discográfico, un compendio de canciones compuestas entre finales de los 90 y 2005 y con un marcado sello intimista y rebelde que convierte las acusaciones de Auserón en un auténtico teatro.
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