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La provincia sufre las consecuencias de siete días en aviso por calor

Por Esperanza Calzado - Junio 17, 2022
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La provincia sufre las consecuencias de siete días en aviso por calor
La sequía y las altas temperaturas de mayo y junio están afectando al olivar jiennense y a su próxima producción de aceite. Foto: COAG

La sequía y las altas temperaturas están afectando al olivar jiennense, mientras el calor sigue sin dar tregua y se combina con tormentas

Desde el físico hasta el psicológico, pasando por el económico. La provincia de Jaén encadena hoy su séptimo día en aviso, ya sea amarillo o naranja, por un intenso calor que empieza a pasar factura. Noches tropicales en las que es imposible conciliar el sueño, calles vacías con comercios sin negocio y un olivar que mira con preocupación a la próxima campaña son solo alguna de ellas. 

Todo el mar de olivos volverá a teñirse, a partir de las doce del mediodía, de naranja con el aviso por temperaturas máximas de entre 40 y 42 grados. Todo ello después de que ayer jueves, Linares alcanzará una de las más altas del país con 42.1 grados. Entre los diez puntos más caluroso de España también se coló Villanueva del Arzobispo, con 41.8. 

Además, la jornada de ayer estuvo marcada por las tormentas en varios puntos de la provincia. De hecho, en alguno fueron generosas. Según la Agencia Estatal de Meteorología, en Arroyo del Ojanco se recogieron 29.8 litros por metro cuadrado. Un agua que no alivia la sed de los embalses, que siguen perdiendo agua y se sitúan al 28,39 por ciento de su capacidad.

Para mañana sábado, el nivel de advertencia se rebaja a amarillo en buena parte de la provincia, a excepción de las sierras de Cazorla y Segura, que se mantendrán en naranja. Si no hay cambios de última hora, el domingo desaparecerán todos los avisos y el mercurio dará una tregua.

CONSECUENCIAS PARA EL OLIVAR

Mientras tanto, la situación del olivar comienza a preocupar porque, aunque es pronto para dar datos sobre producción de cosecha, sí se pueden ver las pérdidas ocasionadas por el calor de mayo en muchas zona de campiña, a lo que se une la situación de sequía desde hace años, y la falta de lluvia, sobre todo en meses críticos como el de febrero. Técnicos de COAG Jaén hablan ya de una próxima cosecha media baja, en la que los secanos son los más afectados. 

El primer episodio de calor de mayo marcó la producción en las parcelas que estaban en floración, especialmente en zonas de campiña, como Mengíbar, Villanueva de la Reina, Espeluy o Guarromán, ya que la flor se ha quemado y no ha quedado nada. Esta ola de calor del mes de junio ha afectado a algunas parcelas de zonas de sierra que florecen más tarde.

El olivar de secano se ha visto afectado por un invierno seco y unas lluvias en primavera tardías. Los olivos han movilizado la trama y florecido tarde, y con poca fuerza. Un problema que está teniendo todos los países productores de la cuenca mediterránea según los últimos informes de la Comisión Europea que aseguran que no tienen aún cuantificados los daños.

Aunque, este año hay que hablar no tanto de zonas como de parcelas, porque hay zonas donde una parcela no tiene nada y otra sí. Hay parcelas con olivares agotados tras haber tenido buena cosecha años anteriores y no poder recuperarse por el estrés hídrico, y otras que se encuentran en mejor situación.

En lo que se refiere al olivar de riego, a la sequía se une las bajas dotaciones de agua para riego, y el desorbitado aumento del precio de la electricidad que encarece los riegos. Por poner un ejemplo, una reducción de dotación de agua del 40% en el riego del olivar supone, como mínimo, una reducción del 20% de cosecha. A pesar de que el olivo es un árbol muy resistente.

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