Silencio y duelo en la parroquia de El Salvador

Cientos de vecinos de la Sierra Sur despiden a José Martín, el joven que perdió la vida en el accidente

Luto en la esquina de la Plaza del Ayuntamiento

Suenan las campanas de la iglesia de El Salvador, en Alcalá, justo a las once de la mañana, la hora prevista para despedir en misa fúnebre a José Martín, el joven de 21 años que perdió la vida la madrugada de ayer tras un accidente laboral en una empresa de plásticos del municipio.

Hoy, desde los bares próximos a la Estación de Autobuses, grupos de gente acuden a la parroquia, y los márgenes de la Avenida de Iberoamérica son transitados por vecinos de la Sierra Sur que se acercan a dar aliento a la familia, rota tras la pérdida.

—Va a ser difícil entrar ahí.

Habla un señor, unos 40 años, a los pies de la iglesia. Los círculos de personas se forman a un lado y al otro de la parroquia, porque, como advierte el vecino, ya es imposible acceder dentro.

El coche fúnebre está aparcado, con las coronas símbolo de la tragedia, a la espera de que concluya la misa para trasladar los restos mortales del fallecido a Pinos Puente (Granada). En la cera de enfrente de El Salvador, hay decenas de ciudadanos que participan del momento con cierta distancia. El rostro de una mujer mayor se puede ver desde la ventana desde el balcón de su casa, en un primero; quizá es una forma de estar ahí, pero desde el máximo respeto. Es un sábado de sol, y hay bullicio de fin de semana en torno a los establecimientos de la avenida, como en una farmacia y en un receptor de lotería del Estado, ambas muy ocupadas.

Destacan los grupos de jóvenes, amigos o conocidos del joven, que están a la orilla de El Salvador para despedirse. Un chico con el pelo color platino se derrumba cuando aparecen los padres y el ataúd, trasladado por seres queridos, baja las escaleras de la parroquia hasta entrar en el automóvil de la funeraria ASV Funeser. El trayecto, tan corto, se intuye eterno para la familia.

Un niño pequeño que camina de la mano de su madre, al otro lado de la avenida, le recuerda otra tragedia reciente en la provincia, que acabó con la vida de cuatro jóvenes de Jódar.

—También ellos se murieron —le dice.

La gente abandona El Salvador poco a poco.