Los embalses encaran 2023 con más agua que el año pasado

La Aemet pronostica algunas lluvias para este lunes después de que el 2022 cierre como el año más cálido y uno de los más secos de la serie histórica en España

Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la provincia de Jaén es la sequía. El olivar necesita agua para poder regarse con normalidad este 2023 y evitar que la próxima campaña de recogida de la aceituna sea tan baja como la actual. De momento, los embalses encaran el nuevo año con más agua que en el arranque de 2022. Todo gracias a las intensas precipitaciones de primeros del mes de diciembre. 

Según los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir consultados por este periódico, a 1 de enero de 2023 las reservas de agua en el conjunto de la provincia son del 25,58%. El Dañador sigue siendo la única infraestructura de la comunidad autónoma que se encuentra al cien por cien de su capacidad, mientras que el Aguascebas ya se encuentra al 84,37. 

Si se compara esta situación con la del 1 de enero de 2022, se observa que las reservas de agua son ligeramente superiores. El año pasado los embalses se encontraban al 25,02%, de acuerdo con las mismas fuentes. Este incremento es posible gracias a las lluvias que se registraron a primeros de diciembre. Desde que comenzó el año hidrológico se contabiliza una media de 202,2 litros por metro cuadrado.

La predicción de la Agencia Estatal de Meteorología para este lunes es de cielos nubosos, con probables precipitaciones dispersas que se extenderán de oeste a este. Sin embargo, será el único día de la semana que lloverá.

Mientras tanto, el balance anual de la Aemet apunta a que la temperatura media anual de 2022 se situó por primera vez por encima de los 15 grados y superó a los años más cálidos hasta ahora, 2017 y 2020. Los cuatro años más cálidos se han registrado desde 2015. De manera provisional, se puede catalogar a 2022 como un año muy seco. Con los datos disponibles hasta el 15 de diciembre, solo en dos años (2005 y 2017) había llovido menos que en el actual.

Durante buena parte del otoño continuaron las condiciones inusualmente cálidas que comenzaron en mayo y prosiguieron durante la estación estival. Fue el otoño más cálido de la serie histórica, igualado con el de 1983. También fue una estación muy seca, ya que las lluvias quedaron un 24 por ciento por debajo de lo normal. España seguía en sequía meteorológica a finales de noviembre. Las abundantes lluvias de la primera quincena de diciembre no son suficientes para paliar por completo la situación.