Solidaridad bañada en oro líquido

Castillo de Canena envía aceite a Meki (Etiopía) a través de la Fundación Pablo Horstmann para colaborar en su proyecto de acceso a la alimentación, escolarización y sanidad por parte de familias desfavorecidas

Cada grano de arena cuenta para hacer un mundo mejor. Cada gesto solidario, por insignificante que parezca, es un rayo de esperanza para aquellos que no tienen prácticamente nada. Para la olivarera Castillo de Canena es un "orgullo" hacer llegar su aceite de oliva virgen extra a los 55 países en los que trabajan. Pero más lo es si este oro líquido se convierte en solidaridad y baña de alegría a aquellos que más lo necesitan. 

En este gesto de responsabilidad social, la marca jiennense ha enviado aceite a Meki (Etiopía) a través de la Fundación Pablo Horstmann para colaborar en su proyecto de acceso a la alimentación, escolarización y sanidad por parte de familias desfavorecidas. "Es una gran satisfacción que gracias al trabajo de nuestro equipo y a la confianza de vosotros consumidores, podamos llegar también a personas que necesitan cubrir sus necesidades más básicas a través de proyectos tan maravillosos como este… en los que por supuesto seguiremos colaborando", aplauden en un comunicado publicado en su página web. 

La Fundación Pablo Horstmann tiene como misión ayudar a los más necesitados, especialmente niños, en zonas rurales africanas especialmente vulnerables como son Meki (Etiopía), así como Lamu y Turkana (Kenia). Sus diferentes proyectos tienen como objetivo aunar esfuerzos para cubrir las necesidades básicas de los niños de estas comunidades y que puedan tener acceso a la salud, la nutrición, la educación y en algunos casos, a un hogar seguro. Para ello, han construido un hospital pediátrico, así como dos escuelas preescolares en Kenia y la dirección de un orfanato y una clínica en Etiopía.