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Ni el aire ni la lluvia pueden con el tributo de los vecinos a 'su' tienda

Por Javier Cano - Abril 22, 2020
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Ni el aire ni la lluvia pueden con el tributo de los vecinos a 'su' tienda
Detalle del homenaje vecinal a la tienda. Foto: Francisco Escribano.

Residentes en la zona de Adarves Bajos dan las gracias a los trabajadores de un supermercado con unos carteles pegados en el escaparate del establecimiento

"Yo fui la primera que lo vi, porque soy la que abro; llegué con mi compañero Ángel y al ver los carteles, se nos saltaron las lágrimas, llevábamos unos días un poco agobiados por el trabajo, muy estresados, y fue muy emocionante. La verdad es que nos dio muchos ánimos". Así recuerda Emilia Gallego, encargada de tienda del Supermercado MasyMas de la calle Adarves Bajos de Jaén, el detallazo que unos vecinos de la zona tuvieron con los trabajadores, en nombre del barrio.

"Sabemos quiénes son", aclara Gallego. Y quienes son tienen nombres y apellidos: Javier Paredes, Agustín Carrillo y Gabriel Díaz, tres amigos residentes en un bloque de pisos de la calle Vicente Montuno (antigua Empedrada de San Ildefonso) que no han parado de inventar entretenimientos desde que comenzó la cuarentena y a cuya iniciativa se debe el sencillo homenaje que, desde hace veinte días, campea sobre el escaparate del supermercado: "Muchas gracias por vuestro trabajo; los vecinos".

"Hemos visto que se le han hecho homenajes a todo el mundo, nadie de los que están en primera línea se ha quedado sin su pequeño homenaje, y se nos ocurrió hacer unos cartelitos; los colocamos aprovechando que salimos por la noche a tirar la basura; lo hicimos con todo el desinterés del mundo y la intención de que cuando llegaran por la mañana los vieran y se llevaran una sorpresa. Se trata de que la gente sepa también el gran trabajo que están haciendo en los supermercados", explica Paredes, que reside a cuatro pasos del MasyMas desde hace once años, aproximadamente.

Sí tendrá fuerza simbólica lo que han hecho que, después de veinte días a la intemperie pegados sobre el cristal exterior del local, los carteles y el corazón que muestra a los empleados el respeto de sus clientes sigue ahí, sin inmutarse, pese al viento, la lluvia y hasta la a veces falta de civismo: "Esto te da muchos ánimos, ha habido días que nos ha costado venir, a mí al menos me ha pasado, he estado supercansada y psicológicamente también, tienes familia... pero estas cosas te recompensan", confiesa la encargada de la tienda.

Se lo han ganado a pulso, día a día al pie del cañón recibiendo gratitud y, también, a fuerza de aguantar alguna salida de tono: "La verdad es que este es un barrio muy acogedor y los vecinos son muy cariñosos, nos tratan muy bien, tenemos buena conexión con los clientes. Un día nos regalaron también unas flores de su campo unos vecinos, los de enfrente. Pero siempre hay alguna excepción", asegura Gallego. Esas, las excepciones, las olvidan en un minuto, y prefieren quedarse con todo lo bueno que derrochan los residentes en la zona.

"Están trabajando sin parar, han reforzado, no falta de nada. Para nosotros es una tienda de barrio, no se asimila tanto a un centro comercial, es mucho más cercano, y somos todos habituales. La verdad es que nos están dando la vida, por aquí casi todos vamos a comprar allí y no tenemos que trasladarnos tanto. En este barrio vive mucha gente mayor, y MasyMas hace una labor espectacular", celebra Javier Paredes. 

Una gente de lo más activa, que no deja de darle vueltas al magín para ver con qué sorprenden al personal entre semana y los findes, explica Paredes: "Convivimos todos en los balcones y hacemos muchas cosas, desde un bingo hasta una fiesta de disfraces, concurso de chistes. cumpleaños...". ¡Que no decaiga!

 Los carteles campan sobre la puerta de entrada. Foto: Francisco Escribano.
Los carteles campan sobre la puerta de entrada. Foto: Francisco Escribano.

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