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El tren que viajaba despacito Madrid, Alcázar, Jaén

Por Jesús Antonio Rodríguez - Abril 09, 2019
El tren que viajaba despacito Madrid, Alcázar, Jaén

El tema me lo ha recordado la noticia de Esperanza Calzado, junto al famoso cómico Gila y su película, la cual me tomo la licencia de aludir como encabezado de la presente columna.

Desde los fastos de 1992, los sucesivos gobiernos han venido atrayéndose periódicamente a los respectivos electorados "con la inminente reanudación de obras según tramos". Era una especie de fábula que surtía sus efectos.

El que nos ocupa podría calificarse de uno de ellos, ya que desde los años 2007, 2008, 2015, etc., rara sería la fecha que no asumiera algún protagonismo en este sentido, junto a solemnes promesas respecto a su finalización.

Sería deseable que a los contribuyentes, y a los jiennenses en particular, se les informara lo más verazmente posible sobre las vicisitudes que conducen a todos estos retrasos.

Uno de ellos y sin necesidad de que nos lo manifiesten, resulta respecto a que la gran mayoría de este país conoce y sufre la situación económica general como causa importante y principal de muchas dificultades y también, cómo no, de tantísimos retrasos en las Obras Públicas, pero desconoce casi en masa en qué consiste un Modificado de Obra como causa principal de los retrasos de ADIF.

Recuerdo una frase de los muchos Secretarios de Estado que han desfilado por el puesto, reconociendo "que habían sido necesarios dos modificados del proyecto general para llegar al momento actual".

Debería argumentarse a grandes rasgos que el fenómeno de los Modificados de Obras, desgraciadamente tan común en España y que da lugar a una sangría permanente de los Presupuestos Generales del Estado, se debe principalmente a la carencia de una exigencia máxima en la calidad de los proyectos de obra, es decir, resultan proyectos de insuficiente calidad.
Dicha carencia, supone, según la Memoria 2016, del Consejos de Obras Públicas: riesgos e incertidumbres en la ejecución de las obras, que, de materializarse, podrían llevar aparejados problemas de índole técnica, incremento de costes, de seguridad e incluso situaciones litigiosas entre el contratista y la administración contratante.

Otra frase, genial, procedente de una Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, afirmaba respecto a las fuentes de incidencias en la ejecución de los contratos de obra, tienen su origen en las groseras deficiencias técnicas que contienen los proyectos:

-Insuficiente definición de unidades de obra.
-Estudios previos incompletos o insuficientes.
-Definiciones imprecisas de las condiciones técnicas eléctricas.
-No disponibilidad de terrenos.

Generalmente, todas estas indefiniciones desembocan con frecuencia en reclamaciones, y no siempre fáciles de dictaminar. Estamos seguros que con el seguimiento de los anteriores puntos, obtendremos dos objetivos fundamentales:
-Ahorro en el precio final.
-Cumplimiento de plazos.

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