Tú eres Irma Soriano

La presentadora iliturgitana es una de las cinco finalistas de GH VIP; la incertidumbre periodística es qué vía profesional seguirá después de su paso por el conocido reality

Si el GH de anónimos fabrica famosos, la versión VIP del concurso intenta revivir a quienes regresan al anonimato a su pesar. Me parece el matiz más diáfano: al de Mercedes Milá (ahora Jorge Javier) se entra para hacer carrera en la tele; el VIP es el último billete para volver a la pequeña pantalla con la tranquilidad de que el peaje no implica talento. Irma Soriano, presentadora iliturgina, rostro femenino asociado a Canal Sur, puede ganar la quinta edición de GH VIP. Es finalista.

¿Qué está haciendo Soriano en el formato de Mediaset? Me cuesta más responder qué hacía justo antes de entrar a la casa de Guadalix de la Sierra. Hay un vacío en su biografía de Wikipedia desde 2012 hasta su entrada en el concurso, este año. Dentro de la casa televisada ha llorado, se ha enfrentado con más de un compañero y, como manda la tradición del concurso, ha utilizado gafas de sol en esos momentos de introspección y de blindaje ante las cámaras. Volvamos a la gran pregunta: ¿qué hace una comunicadora como ella en un programa como el que presenta Jordi González?

Fue Alonso Caparrós, presentador desaparecido, quien se encargó de recordarle a la de Andújar qué hacía en GH VIP. La relevación del que fuera conductor de Furor ocurrió después de un bajón anímico que casi los quiebra por el mismo motivo: competían en televisión con participantes —futuros animales televisivos— más jóvenes y guapos, Aída Nizar mediante. Caparrós se vino arriba:

—Tú eres Irma Soriano —le dijo a su compañera para levantarla de una de las tantas crisis que sufren los hijos de GH entre las tumbonas, el sofá y las literas.

«Tú eres Irma Soriano» fue casi una invitación a la filosofía que la jiennense bien ha debido de sopesar. Porque si antes de GH VIP había trabajado con Jesús Hermida, había pasado por la SER, TVE y las autonómicas; si antes del Gran Ojo ganó los premio a Mejor presentadora por El gordo (1992) y al de Mejor presentadora de autonómicas por Irma de tarde (2004), ella pudo pensar que los logros puramente periodísticos podían mancharse por dos minutos en directo. Por un rato de circo libremente elegido.

Se acerca el final del reality, y quizá Irma Soriano gane: ya luce el número de teléfono asociado a su voto en la cabeza, a la manera de una corona. Reina o no, su regreso a la pantalla se reafirma. El tiempo dirá si esconde buenas noticias.