Una década sin tranvía pero con mucho deseo

El 20 de mayo de 2011 fue la última vez que se vio al tranvía por las calles de Jaén. Una década después se abriga la esperanza de que abandone las cocheras

La última vez que los jiennenses vieron por las calles de la capital al tranvía fue el 20 de mayo de 2011. Dos años antes, habían empezado las obras. Al día siguiente, regresaba a cocheras por orden judicial y desde entonces ha sido un juguete roto en manos de la clase política. Mucho ha llovido desde que hace una década el tren urbano de la capital dejara de funcionar. Sólo lo hizo en pruebas y algunos, como quien suscribe estas líneas, llegó a montarse. ¿Lo volverá a hacer en 2021?

La indignación es creciente, comprensible cuando un proyecto permanece en cocheras diez años. La Asociación de Empresarios del Centro Müy Jáen hace hincapié en que siempre ha sido una prioridad dar uso a este sistema de transporte "muerto" desde hace tanto tiempo y que puede "resucitar" el tejido empresarial del centro. "Ahora más que nunca y sabiendo la tragedia empresarial que estamos viviendo, entendemos que tanto Junta como nuestro Ayuntamiento deben dar prioridad y celeridad a esta puesta en marcha que servirá para incentivar tanto a los supervivientes empresariales de esta pandemia como incentivar nuevos proyectos que puedan repoblar el tejido empresarial destruido durante estos últimos años", defienden.

Consideran que la puesta en marcha del tranvía, augurada por el presidente del Ejecutivo autonómico, Juanma Moreno, para este 2021, será el inicio de una nueva y esperanzadora etapa para ellos. "Vender un centro de ciudad de fácil acceso, cómodo, sostenible y de agradable paseo peatonal impulsara nuevos proyectos empresariales e incluso desestimará el cierre de grandes firmas que están a la espera de ver un cambio en la situación actual", aseverán. Una transformación que unos aguardan con mucho deseo y que otros todavía demonizan. 

Desde 2011 se ha visto de todo, hasta un exalcalde del PP, José Enrique Fernández de Moya, asegurar que nunca se iba a subir a uno de sus vagones. Hoy, es un Gobierno del PP en la Junta el que tiene el máximo interés en echarlo a andar. Se han conocido informes como el del Tribunal de Cuentas que alertaba que el tranvía comenzó a circular "sin un estudio de viabilidad previo" y "con irregularidades y desvíos de fondos"; un pronunciamiento del Juzgado de Instrucción número 1 de Jaén, que archivó las diligencias penales abiertas contra la exalcaldesa Carmen Peñalver, que aparecía como investigada como presunta autora de un delito de prevaricación, o, lo más reciente, una comparecencia en sede parlamentaria para denunciar lo que toda la ciudad ya sabía, que sólo el presupuesto inicial de la dirección de obra y de los propios trabajos pasaron de 83 a 107 millones de euros y que el tranvía acabó costando 121 millones de euros.

También ha habido momentos de esos que se califican de "históricos", como la foto entre Felipe López, por entonces consejero de Fomento; Javier Márquez, que era alcalde de Jaén, y Francisco Reyes, el único que permanece en su cargo como presidente de la Diputación. Escenificaron un acuerdo que iba a permitir sacar de las cocheras al tren urbano. Era mayo de 2018 y Susana Díaz, por entonces presidenta de la Junta, agradecía "la voluntad de diálogo y de acuerdo de todas las partes". Se cambiaron las tornas y ese deseo de buen entendimiento siguió presente, al menos, delante de las cámaras y micrófonos de los medios. 

En 2 de septiembre del año pasado, en plena pandemia, el tranvía de la Bahía de Cádiz realizó su primer viaje en pruebas hasta la capital gaditana. Un nuevo hito para su puesta en servicio que despertó la envidia (sana) de muchos jiennenses. Un día después, como mandan los cánones de coronavirus, representantes de la Consejería de Fomento y del Ayuntamiento de Jaén mantuvieron una nueva reunión técnica para poner en marcha un tranvía. Se abría una importante puerta a la esperanza porque el compromiso ya tenía el color del dinero porque ambas partes se comprometieron a plasmar en los próximos presupuestos de 2021 las partidas necesarias para ponerlo en marcha.

La consejera del ramo, Marifrán Carazo, ha reiterado en numerosas ocasiones que la actitud del Gobierno andaluz es la de seguir avanzando en el trabajo para poder poner en funcionamiento el sistema tranviario y rentabilizar así, desde el punto de vista económico, social y ambiental, la inversión de 120 millones ejecutada en esta infraestructura. Ayer fue apremiada por su jefe, por Juanma Moreno. El tren tiene que echar a andar, sí o sí, lo tienen claro. Está pendiente de cerrar con la Consejería de Hacienda el pago de la deuda, "ya pactada", de 6,5 millones que el Ayuntamiento tiene con la Junta por la construcción. ¿Será el dinero un impedimento?