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Una demostración de fe

Por Esperanza Calzado - Abril 29, 2018
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Una demostración de fe
Romería 2018. Fotografías: Esperanza Calzado

La Virgen de la Cabeza desafía al frío, la lluvia y al viento para reencontrarse con sus hijos

Hay momentos que son una auténtica demostración de fe y eso ha ocurrido hoy en el Poblado del Santuario de la Virgen de la Cabeza. Miles de romeros han demostrado que su amor por María Santísima lo puede todo. Que no hay inclemencia que se les ponga por delante cuando de rendir pleitesía a la Reina de Sierra Morena se refiere. Pero si los devotos no han fallado, Ella tampoco.

El presidente de la Cofradía Matriz, Manuel Vázquez, arrancaba las palmas de un Santuario repleto cuando anunció que la Virgen salía y que iba a hacer el recorrido completo. No todo el mundo las tenía consigo, porque fuera, durante la misa, llovía y parecía que el "milagro" de que el cielo se abre cuando sale La Morenita no se iba a cumplir este año. Pero Ella no iba a defraudar. Salió, bajo una lluvia de pétalos de agua y se reencontró con sus hijos, a los que no podía fallar. Tenía que dar respuesta a esas miles de plegarias escondidas en ojos empañados de lágrimas de esperanza.

El obispo de la Diócesis de Jaén, Amadeo Rodríguez, ya apuntaba a la lluvia al inicio de la homilía. "Esta va a ser una peregrinación de acción de gracias por la lluvia", ha auspiciado nada más empezar, agradeciendo que el agua ponga fin al temor de la sequía. Lo que no podía imaginar es que sus palabras se iban a cumplir al cien por cien en una magna procesión marcada por algunas novedades dignas de aplaudir. La primera, el repicar de las campanas durante la consagración.

La segunda, la primera vez en la historia que una mujer fiscal se ha subido a las andas de la Virgen de la Cabeza. Ella ha sido Luisa María Guerrero, vicepresidenta de La Matriz, que ha recibido el aplauso y una emotiva dedicación por parte de los anderos de la Reina de Sierra Morena.

PROCESIÓN

Y así, bajo una lluvia de pétalos, vivas y agua, la Madre María Santísima ha salido de su Santuario. A los pocos minutos, se abrió el cielo y salió el sol. Muchos vieron esa coincidencia que ha ocurrido años atrás. Sin embargo, la comitiva estaba avisada, la mayoría de los estandartes de las filiales con el chubasquero y los hermanos trinitarios preparados. Eran Sergio García, de Alcalá la Real, y Manuel García, de Villanueva del Arzobispo.

La Virgen lucía un manto realizado por el taller de una comunidad de monjas en la década de los 60. El manto y el mantolín, de terciopelo de color verde, con dibujo simétrico y bordados de ornamentos vegetales en oro fino. Además, ha portado la corona del Centenario de la Coronació Canónica, en 2009. A su lado, 69 cofradías filiales y siete agrupaciones parroquiales.

A paso ligero, con unos anderos demostrando una valentía sin parangón, la Virgen ha llegado hasta la casa del Carpio, donde una intensa lluvia le ha obligado a taparse. A partir de ahí, el manto de lluvia no ha parado y le ha obligado a acortar el camino por la Federación de Peñas. De vuelta a la explanada, a su paso por la casa de Alcalá la Real, de nuevo el sol. Y con Ella, una manera de fieles que han desafiado al intenso viento, el gélido frío y el agua para arroparla. Para devolverle todo lo que ella les regala. Una fe que se demuestra en los tiempos de vicisitudes. Y así, arropada por sus hijos, ha llegado a su Camarín pasadas las dos y media de la tarde.

Sin duda, esta Romería pasará a la historia. Los hay que se preguntan por qué no se apostó por el recorrido corto, por qué no se le puso el capote. Pero los devotos solo pueden aplaudir la valentía de la Virgen y de su Cofradía Matriz que se vieron incapaces de robar minutos a los devotos para verla.

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