Paz Unguetti homenajea a los sanitarios con su pintura

La artista jiennense expone en la 'galería' de sus redes sociales, en pleno confinamiento, un cuadro dedicado a quienes se baten el cobre contra el coronavirus

"Mi pequeño reconocimiento a los grandes sanitarios que nos cuidan". Con estas palabras, la pintora jiennense (afincada en Málaga) Paz Unguetti define el cuadro con el que, en pleno confinamiento contra la expansión de la pandemia del Covid-19, quiere rendir su particular homenaje a quienes se exponen cada día, en primera línea, a la enfermedad. 

La artista, que une a su prestigio personal como creadora el ser hija del gran escultor castellariego Constantino Unguetti (fallecido en 2015 y autor de obras tan significativas como el Cristo Yacente de la Cofradía de la Soledad o el Monumento a los donantes de Sangre de la capital jiennense, entre otras muchas), plasma en este "acrílico sobre lienzo de 60×60 pintado del natural" su particular tributo a los profesionales de la sanidad, en especial a los cuidadores de personas mayores:

"Lleva un collage retocado en las manos de la parte izquierda; en el ángulo superior derecho lleva una cruz..., relacionada con la Cruz Roja de la ayuda al necesitado de salud, y el verde de fondo es el de la esperanza que estos sanitarios dan a sus necesitados", describe la pintora. Un cuadro enmarcado dentro del expresionismo y de lo más emotivo, si se tiene en cuenta que Unguetti retrató en él a la persona que cuidó de sus propios padres durante dieciséis años: "Se portó muy bien", apostilla.

Y es que el arte encuentra también, según la creadora y docente jiennense, un punto de partida en situaciones tan extremas como la que vive el mundo desde que el coronavirus hizo acto de presencia en la vida de la humanidad.  "Cuando me preguntan mis amigos y familia, ¿qué tal llevas el confinamiento?, contesto: 'pues bien, entendiendo que no podemos salir'; '¿y te aburres?'... Un artista no conoce el aburrimiento..., la imaginación y los recursos creativos que tenemos nos impiden aburrirnos, cualquier motivo puede ser una inspiración. Es una riqueza natural que el artista tiene, y tal vez este obligado encierro nos centra aún más para la creación, que es tan terapéutica para los demás y tan satisfactoria para nosotros", sentencia. "Hay ruiseñores que cantan / encima de los fusiles / y en medio de las batallas", diría Miguel Hernández.