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Celia Muñoz y la vocación tardía del voleibol

Por Fran Cano - Junio 20, 2020
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Celia Muñoz y la vocación tardía del voleibol
Celia Muñoz, en un partido.

La vicepresidenta y jugadora del Club Voleibol Linares relata cómo se enamoró de una práctica que incluso puede llevarla a ser formadora

Hay pasiones que se hacen esperar. Quizá a la postre las que más se disfrutan. Le ha pasado a Celia Muñoz (Linares, 1993) con el voleibol. La joven entró en contacto con la práctica cuando cursaba cuarto de Secundaria en Salesianos y la perdió de vista hasta la Universidad. Una amiga le habló en 2015 del Club Voleivol Linares (CVL) y desde entonces la inmersión en la entidad continúa: hoy es vicepresidenta y jugadora del sénior femenino.

"Me encanta el compañerismo que hay en este deporte. Lo que más disfruto es conversar con mis colegas después de un entrenamiento o de un partido", valora la linarense en declaraciones a este diario.

La temporada no ha ido mal. Las mayores del club juegan una suerte de torneo provincial no oficial —sin árbitros federados— en el que han quedado segundas. Todo se fue al traste con el coronavirus, y ahora ni siquiera hay fecha de regreso para volver a la pistas. "De momento sólo podemos ir al Pabellón San José Andalucía un máximo de seis personas", indica.

El cupo de deportistas evita volver con normalidad a los entrenos de un club que cuenta con cerca de un centenar de jugadores, incluidos los sénior y el resto de canteranos. "Todos tenemos muchas ganas de volver a jugar en las condiciones de antes. No es lo mismo un dos por dos; queremos que regrese el seis por seis", concede la vicepresidenta del club.

Si piensa en el futuro reconoce que le gustaría ser entrenadora. El plan le atrae tanto como le da respeto. "Me lo han propuesto en varias ocasiones, pero aún no me veo capacitada", dice y da entender que espera todavía el momento adecuado.

También espera encontrar trabajo. De momento ultima las asignaturas que le restan de Ingeniería Química. No es sencillo conseguir un empleo en el momento actual, pero la linarense sabe que, como en el caso de la cantera, es cuestión de constancia y de paciencia. Entre tanto confía y sueña con que la temporada siguiente llegue al calendario en los plazos habituales, entre finales de septiembre y principios de octubre. "Ya hay ganas", sentencia.

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