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La Xauen Lírica más intercultural deslumbra en La Económica

Por Javier Cano - Febrero 26, 2020
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La Xauen Lírica más intercultural deslumbra en La Económica

La formación musical jiennense triunfa en la institución con un aplaudido concierto protagonizado por melodías y canciones de las tres culturas

Rosa das rosas e Fror das frores, / Dona das donas, Sennor das sennores, o lo que es lo mismo, Rosa de las rosas y Flor de las flores, / Dama de las damas, Señora de las señoras. De tan poética manera (de la mano del rey Alfonso X el Sabio), comenzó Xauen Lírica a conquistar al público que copó las butacas del salón de actos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País durante su actuación de ayer en la dos veces centenaria institución.  

La formación jiennense subió a su escenario para desplegar un repertorio de lo más sincrético bajo un título no meno sugerente: Las mil y Xauen músicas (melodías de las tres culturas). Sí, las históricas instalaciones de La Económica resumieron, en plena víspera del Miércoles de Ceniza, la mismísima historia de un Jaén sucedido sobre cuyo suelo convivieron, durante siglos, judíos, musulmanes y cristianos. 

Xauen Lírica derrochó calidad en sus interpretaciones, que abarcaron desde las "cantigas alfonsinas, pasando por los viejos romanceros, hasta los sonidos andalusíes y las canciones sefarditas", en palabras de Alfonsi Marín, la 'voz cantante' del conjunto. "Jaén fue un crisol de las tres culturas, estamos en el centro de ese meollo", en palabras de la soprano. 

Con ella comparecieron la también historiadora de la música Isabel Cabrera Saúco al laúd árabe, el salterio y la flauta; Violeta González, que evidenció su virtuosismo con el violonchelo, y el percusionista Álvaro García, todo un matrícula de honor del Conservatorio de Granada.

Era la tercera ocasión en que el grupo ponía en bandeja a los oídos una propuesta que, desde la primera vez, encandila a los públicos, y no hicieron sino revalidar los aplausos, que sonaron unánimes en el señero local de la calle Bernabé Soriano. Pureza y mestizaje, tolerancia, respeto... Lo que empezó en música terminó en mucho más, si es que cabe en el aire algo más alto que el fruto de los instrumentos. Fue, además, un hermoso mensaje fraterno, de esos que tanto faltan. Y sonó a gloria.

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