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"Espero que hoy pueda empezar el camino de regreso a España"

Por Esperanza Calzado - Marzo 29, 2020
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No es la primera vez que ve su foto en las páginas de los periódicos. Técnico en emergencias y Protección Civil, Piloto profesional de Drones en Emergencias y Bombero del Servicio de Extinción Incendios Andújar, Juan José Martínez (Jaén, 1978) tiene una profesión que le hace ser protagonista en medio de una desgracia. Ahora, le ocurre lo mismo por algo que jamás le hubiera pasado por cabeza. Está en Bali, Indonesia, sin poder regresar. Atrapado en una isla junto con unos 150 españoles que se sienten abandonados por su Gobierno y con riesgo de contagiarse en un país donde los medios escasean. Hoy confía en poder entrar en una lista de espera que será el primer paso del viaje de regreso a España, después de otros tres intentos fallidos. Desde la distancia, con una llamada de WhatsApp se ríe cuando le preguntamos cómo está, un gesto de resignación después de días y días intentando encontrar una solución.

Esta mañana, mediodía en Bali, estaba en el aeropuerto esperando para poder coger el avión que le llevará hasta Doha. Y confía que después pueda tomar un segundo vuelo hasta Madrid.

—¿Qué le llevó hasta Bali?

—El 2 y 3 de marzo se organizó el Congreso Internacional de Drones y Emergencias en Kuala Lumpur. Aproveché los días de vacaciones y me marché para hacer esta formación. Una vez terminó el curso recorrí Malasia y me marché a Borneo. Cuando llegué a Brunéi fue cuando empecé a escuchar que la situación era cada vez más seria. Empezaron a aflorar casos aquí, una población muy pequeña, y decidí marcharme a Bali, donde vi que apenas había casos de coronavirus en proporción con la población.

—¿Cuándo supo que tenía que regresar?

—A los cinco días de estar en Bali me mandó un correo el jefe de servicio para informarme de que en Andújar cada vez la situación era más complicada y que tenía que regresar para hacer refuerzos. A pesar de que hasta el día 4 de abril estaba libre no dudé ni un segundo en empezar a hacer los trámites para volver y reincorporarme. 

—¿Ahí empezó la pesadilla?

—Sí. Me presenté en el aeropuerto con el billete que yo tenía reservado precisamente para hoy, 29 de marzo. Era cuando inicialmente iba a regresar. Fue en ese momento cuando me informaron de que mi vuelo ya había sido cancelado con anterioridad.

—¿No le habían avisado?

—Ni me habían avisado, ni yo lo había consultado en internet. Lo que hice fue intentar cambiar ese vuelo cancelado por uno para lo antes posible para poder marcharme y me dijeron que no, que los cambios no eran posibles. Lo que hice fue comprar un nuevo billete, me gasté más de 500 euros y cuando me presento de nuevo en el aeropuerto también lo cancelan. El problema radica en que los vuelos de aquí hacen escala en Dubai, Doha o Catar, espacios aéreos donde hoy por hoy no pueden aterrizar los españoles. La tercera opción fue comprar otro billete con la compañía Thai Airways que hace escala en Bangkok. Solicitaban un certificado médico, por lo que fui a una clínica privada donde me hicieron un certificado que me autorizaba a viajar porque no presento síntomas de coronavirus. Con ese papel me presenté esta semana otra vez en el aeropuerto y cuando voy a facturar nos dicen que lo que necesitamos es que se nos haga el test. Aquí no hay ni mascarillas, cómo va a haber pruebas.

—¿Tampoco funcionó?

—No. Ya empecé a hundirme, aunque yo soy muy positivo, pero ya era la tercera vez que lo intentaba y ya no sabía qué iba a hacer. Durante todo este tiempo me he puesto en contacto todos los días con la Embajada Española en Yakarta, que lo único que hacía era decirme qué compañías operaban, nada más. Yo ya no quería ni que me llevaran a España, sino que me ayudasen a buscar la vía para llegar a cualquier parte de Europa y hacer el resto del trayecto en coche. 

—¿Hoy podrás volver?

—Yo no quiero que me regalen el billete de avión, yo quiero que me busquen una vía, que yo la pago, pero quiero regresar y así llevo más de diez días. Si nada lo impide, hoy domingo podremos iniciar el regreso, no sólo yo sino los españoles que estamos por aquí, que somos unos 150. Estamos conectados por un grupo de WhatsApp y a partir del domingo entraremos en la lista de espera para regresar.

—¿Cuál es la situación sanitaria ahí?

—Aquí ha llegado el coronavirus como un bofetón e incluso nos han alertado no sólo del riesgo sanitario sino de seguridad, porque al no haber turismo empezarán a escasear los bienes de primera necesidad. Si no tienen para comer, nosotros somos un objetivo para los robos. Los hoteles están cerrados y yo me busqué un bungalow privado del que no salgo. Aquí no hay ni higiene, ni sanidad, no tienen de nada, ni máscaras. Mi miedo es que si me contagio aquí, no hay medios. Soy muy positivo y a todo le busco el lado bueno, pero hay que ser realista, aquí no tienen sanidad, ni respiradores, ni medios. 

—¿Cómo está gestionado su día a día para abastecerse?

—Tengo una moto prestada, salgo corriendo a comprar lo que necesito y aquí tengo una pequeña cocina que es con la que me voy apañando.

—¿Qué le dice su familia?

—Ellos me conocen, saben que soy muy positivo, y tampoco quiero preocuparlos.

—¿No tienes ayuda del Gobierno de España?

—Nada, pero a los del programa Supervivientes sí que se los han llevado. No nos ayudan.

—¿Cómo ves desde allí lo que está pasando en España?

—He visto países con menos recursos que España que lo han hecho mejor. Hemos tenido una mala gestión y tardía, a mi manera de entender. Sin olvidar la gente que no estamos concienciados de que no podemos salir de casa. Teníamos que haber cortado los servicios antes.

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