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"Cuando pase la pandemia hará falta otra política, incluso otros gobernantes"

"Cuando pase la pandemia hará falta otra política, incluso otros gobernantes"

Por Javier Cano - Abril 26, 2020
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Si estuviese en su tierra ahora mismo, el periodista Juan de Dios Colmenero Ávila (Jaén, 1971), Juande Colmenero en la tele y en la radio, se asomaría a un balcón de la Plaza de las Palmeras, cada mañana a las doce, para escuchar la alabanza que, desde La Carrera, suena en honor de 'su' Virgen de la Capilla. Pero no, vive en Madrid, en la zona cero del coronavirus, donde ejerce como jefe de Nacional de los Servicios Informativos de Onda Cero Radio y, desde que comenzó la emergencia sanitaria, se bate el cobre con los políticos para sacarles la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Crítico y sin pelos en la lengua, el jiennense abandona por un rato su papel de entrevistador y se convierte en entrevistado para Lacontradejaén.

—¿Se le había pasado por la cabeza alguna vez vivir una situación como esta?

—Pues no. Imagino que a nadie. Es tremendo. Está siendo tremendo, aunque no me gusta ni comparto la similitud que se hace con una guerra. Esto es una tragedia, una pandemia catastrófica. Entre las grandes pandemias de nuestra historia. Los términos bélicos de autoayuda igual no ayudan tanto. Si fuera una guerra cabría preguntarse dónde están la munición y los chalecos para los soldados. Es decir, dónde está el material, los EPIS, los respiradores, las mascarillas para nuestros médicos...

—¿Lo veía venir, con los datos de otros países en la mano? ¿Le dio tiempo a asimilar lo que llegaba, desde su posición en primera línea informativa y en la capital de España?

—Portada del diario 'El País' el día 25 de febrero. ¡25 de febrero, varias semanas antes del estado de alarma, a cuatro columnas en portada!: "La OMS pide al mundo que se prepare para una pandemia". También se adelantó la noticia en otros diarios e informativos de radio a nivel nacional. ¿Significa eso que no estuviéramos avisados? No. ¿Significa eso también que casi nadie, ningún país de nuestro entorno, tuvo esa previsión? Pues también. Creo que lo que ocurrió fue que no lo creímos, que se minusvaloró la advertencia. En lo de la previsión ha habido mal de muchos. Otra cosa es en la gestión.

 Juan de Dios Colmenero Ávila, jefe de Nacional de los Servicios Informativos de Onda Cero.
Juan de Dios Colmenero Ávila, jefe de Nacional de los Servicios Informativos de Onda Cero.

—Si hace memoria del comienzo de la crisis, ¿cree que el Gobierno y las autoridades sanitarias españolas actuaron con reflejos ante la pandemia?

—Ningún reflejo. Es más, se cometieron imprudencias graves como la de permitir aglomeraciones deportivas y manifestaciones días antes de proclamar el primer estado de alarma. Además de difundir la idea equivocada que penetró en la sociedad de que esto era como una gripe. Nos lo dijeron, y lo creímos. Pero con todo, lo peor quizá no sea la falta de previsión, que ya ha pasado y ha ocurrido en muchos países. Lo más grave ha sido una vez que ya estábamos en la crisis. Las contradicciones, la coordinación con las comunidades autónomas, mascarillas sí, mascarillas no, mando único sí, mando único no, compra de test falsos, falta de test rápidos... Y sobre todo, falta de sensación de duelo, no hablar de los fallecidos, definir a los muertos como una curva, como un pico, como una  estadística, en lugar de personas con nombres, apellidos, tragedia, historia... Este es un asunto pendiente.

—Pocas veces como estos días la humanidad está atenta a la información que ofrecen los medios y tiene tantos focos informativos hacia los que mirar. ¿Qué papel debe jugar el periodismo en una situación como la provocada por el Covid-19?

—Importantísimo. Al comienzo de la pandemia sentía esa mezcla de miedo a lo desconocido con la responsabilidad de informar. Venimos, seguimos viniendo a la radio cada día, a los estudios centrales de Onda Cero, unas seis personas que estamos al frente de la responsabilidad de los informativos, para contar en directo la última hora, para contrastar y analizar las informaciones que nos llegan. Como un servicio público, esencial para los ciudadanos. Informando y sin renunciar al análisis.

—Los bulos, las fake news… ¿Cómo puede protegerse el ciudadano de a pie de las noticias falsas? ¿De qué manera deben actuar el Estado, en su opinión, y los propios medios de comunicación?

—Para eso estamos precisamente, entre otras cosas, los medios de comunicación. Para contrastar la información que nos llega, para no hacernos eco de los bulos. Pero ojo, una cosa es renunciar y distinguir los bulos y las noticias falsas y otra bien distinta es no contar las noticias negativas por el hecho de lo que sea. A ver si con la excusa de luchar contra los bulos se coarta la libertad de expresión, la libertad de información o la libertad de opinión. 

—Las declaraciones del general Santiago, de la Guardia Civil, han hecho correr ríos de tinta estos días. En general, y desde la trinchera cotidiana en la que usted se desenvuelve, ¿cree que la gestión institucional de la información en la crisis del coronavirus es la correcta?

—Una cosa son las declaraciones del general de la Guardia Civil, que ya ha matizado sus palabras, y otra bien distinta es el tratamiento y la política de información que se está siguiendo desde el Gobierno. Yo nunca he experimentado nada igual. De hecho, el tratamiento informativo de Moncloa ha originado dos comunicados de la FAPE (la Federación de Asociaciones de Periodistas) y otro de la APM (la Asociación de Periodistas de Madrid). En un principio porque ni siquiera se dejaba preguntar a los periodistas en las ruedas de prensa. Posteriormente porque esas preguntas eran seleccionadas. Finalmente ha habido una rectificación, que ha sido bienvenida, donde se deja preguntar aunque se ha ampliado el número de personas a más de doscientos periodistas, desplazando a los habituales, que hacemos turnos y sorteos para preguntar a ministros y al presidente del Gobierno. Algo que tampoco es demasiado normal.

 Colmenero, en plena labor radiofónica.
Colmenero, en plena labor radiofónica.

—Usted conoce bien a los líderes políticos. ¿Dan la talla, a su parecer, ante lo que está ocurriendo?

—Pues no. Y lo lamento. Lamento la falta de coordinación y la falta de unidad. Ojalá ahora, con la constitucion de una comision especial en el Congreso, se pueda avanzar. Lo que está claro es que la legislatura ha saltado por los aires. Nada será igual. Este Gobierno no estaba diseñado para afrontar una crisis de este tipo. Era el gobierno de la coalición con Podemos apoyado por los independentistas para avanzar en lo que denominaban  'España plural' y creciendo economicamente casi al 2 por ciento. Ahora, cuando pase la pandemia, tendremos un país distinto con cientos de miles de muertos, una recesión económica histórica del -10 por ciento y con más de 5 millones de parados. Hará falta otra política, o incluso otros gobernantes.

—Personalmente, ¿ve la luz al final del túnel? ¿Cómo cree que será la nueva normalidad a la que se enfrentan España y el resto del mundo?

—La solución definitiva sólo vendrá con la vacuna. Hasta que no eso no ocurra es muy probable que nada sea igual. Pero poco a poco volveremos a esa 'nueva normalidad' donde la distancia y la protección en las relaciones sociales serán lo predominante. La otra dura realidad vendrá con la situación económica. Ahí la gestión del Gobierno, tenga la composición que tenga, será fundamental.  

—¿Se acuerda de alguien, especialmente, desde que comenzó la crisis del coronavirus?

—Pues de mucha gente. Aquí en Madrid es raro ya encontrar a alguien que desgraciadamente no tenga un familiar directo que haya fallecido, o que esté ingresado. Y lógicamente, en estos días me acuerdo de mi familia en Jaén. Una de mis hermanas, médico, ha pasado y superado la enfermedad. He visto de cerca la labor impagable de los sanitarios. 

—Y de Jaén… ¿Se acuerda mucho, en plena zona cero de la pandemia?

—De Jaén me acuerdo a diario. Haya o no pandemia. Haya o no estado de alarma. Aquí en Madrid también se escuchó el himno de El Abuelo durante la Semana Santa desde alguna de las ventanas. Y por supuesto me acuerdo de Jaén por el hecho de que sigue viviendo allí toda mi familia y amigos. Sólo espero que Jaén, castigada en tantas ocasiones, salga pronto de esta crisis sanitaria y también de la económica. 

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