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"Hay que quitarse el miedo a emprender incluso en la pandemia"

Por Fran Cano - Diciembre 13, 2020
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Se puede emprender. Incluso en la pandemia. José Manuel Alameda Contreras (Alcalá, 1980) y Rosa María Valdivia Alcaide (Alcalá, 1990) cumplirán a finales de año tres meses al frente de Cuidadorables, una empresa acunada en la segunda ola del coronavirus que pone en contacto a profesionales de la ayuda a domicilio —desde niñeras hasta psicólogos pasando por auxiliares de enfermería— con particulares y familias que demandan servicios en el hogar. La gestión de la empresa, cuenta Alameda, es telemática. El gerente ya muestra a este periódico un espacio dentro del salón de su vivienda que quizá en el futuro haga las veces de oficina.

La pareja ya ha recibido centenar y medio de currículos, señal de que hay dinamismo en el sector. De momento Cuidadorables está pensado para Alcalá la Real y municipios cercanos, pero con el tiempo puede abarcar más. La idea está pensada también para darle solución a un caballo de batalla que sigue generando conflictos: la conciliación laboral y familiar. José Manuel Alameda dice que el horizonte digital abre abanicos impensables hace 20 años. Del paso del tiempo en Alcalá y en Jaén también habla el empresario, convencido de que en Jaén hay economía más allá del olivar.

—Emprender con la que está cayendo. Qué valor.

—La verdad es que una idea que teníamos desde hace tiempo. Poco a poco lo fuimos pensando, y lo que hemos hecho en realidad es crear dos empresas (alude a Cuidadorables y a otro negocio de comida para mascotas). Era una ilusión que teníamos. Cuando llegó el confinamiento, con la primera ola, tuvimos bastante tiempo para pensar. Al final nos animamos. Creemos que puede ser un buen proyecto tal y como está la situación. Alcalá la Real es, por desgracia, un pueblo cada vez más envejecido. Considero que es un servicio necesario.

—¿Cómo surge la idea de Cuidadorables?

—Surgió el año pasado, en la época de la recolecta de la aceituna. Mi esposa y yo tenemos amigos que entonces habían tenido a sus hijos y tenían que ir a la aceituna. Los padres no podían quedarse con los niños. Mi mujer es profesora de Infantil, como mi hermana, que además imparte en Primaria. Hablamos con los amigos y nos dimos cuenta del problema que suponía buscar a una persona para cuidar a los niños. El germen fue pensar en el tema infantil, pero poco a poco fuimos ampliando los servicios y pensamos en la gente mayor.

—¿A cuántos trabajadores tienen y de qué ámbitos?

—Ahora tenemos siete trabajadores. Empezamos con diez, pero depende de las necesidades. Por ejemplo, una señora tenía rota la cadera y al recuperarse ya no le han hecho falta nuestros servicios. Tenemos niñeras, psicólogos, pedagogos, auxiliares de enfermería y profesionales de la limpieza. Es un abanico amplio del trabajador enfocado a la ayuda a domicilio. La mayoría tiene formación acreditada. Ahora contamos con 150 ó 200 currículos, y no sólo de Alcalá. También hay interesados de Frailes, de Castillo, de Alcaudete, de Jaén, de Granada e incluso de la costa malagueña.

—Llevan apenas tres meses. ¿Cómo está funcionando el negocio?

—No nos podemos quejar. La gente nos llama mucho para informarse. Somos una empresa nueva, nos estamos dando a conocer, aunque es cierto que aquí, en Alcalá, la gente ya me conoce por mis anteriores empleos. Nos piden presupuestos y se informan. Es difícil, porque son sólo tres meses. Todavía hay público que no conoce la empresa.

—Igual aún no tienen claro qué ofertan.

—Claro. Amigos míos de toda la vida con los que ahora coincido menos ven mis publicaciones sobre Cuidadorables en internet y me preguntan por la calle: "¿Qué compartes tanto en redes?". Y ya les explico lo que hacemos. Son, como digo, sólo tres meses de vida.

"EL TELETRABAJO ES UN ALIADO PARA LA CONCILIACIÓN LABORAL Y FAMILIAR"

—Ustedes abundan en la necesidad de que haya conciliación laboral y familiar. ¿El teletrabajo puede ayudar o lo puede volver todo más complicado?

—Cuando hablo con colegas cercanos, que han tenido la opción del teletrabajo, unos me cuentan que la productividad aumenta. Por ejemplo, en el Ayuntamiento supuso que los trabajadores no tenían que recibir al público y tenían más tiempo para otras labores. La otra parte es el caso de quienes tienen a los niños en casa y teletrabajan. En general, el teletrabajo me parece un aliado para conseguir la conciliación laboral y familiar. Pero, como en todo, hay excepciones.

—La idea de su empresa es dar trabajo y ofrecer servicio en la comarca de Alcalá la Real, con Frailes y Castillo de Locubín. ¿Ve posibilidades de que crezca el abanico geográfico?

—Espero. Ésa es mi idea. No creo que podamos hacerlo de aquí a seis meses o a un año. Afortunadamente en Alcalá la Real estamos muy cerca de todo: Granada está a menos de una hora, como Jaén, y también está muy cerca Priego de Córdoba. Nuestra intención es ampliar poco a poco, pero ahora debemos centrarnos en Alcalá y en los municipios próximos.

—De momento la empresa se organiza de forma exclusivamente telemática. ¿Les está resultando cómodo?

—Sí, la verdad es que es muy cómodo. A través de la web los interesados nos envían sus currículos y también hacemos los presupuestos, así como la forma de contacto. Con todos los datos ya nos ponemos en contacto con el profesional en función del perfil que busque la persona o la familia contratante de los servicios. De hecho, nos gusta que haya un previo contacto entre las dos partes.

—¿Cree que la gente ya está formada en las lides digitales o queda camino aún por aprender?

—Queda muchísimo. Muchísimo. La gente joven está más preparada que la mayor, pero es complicado. Mi madre se defiende con WhatsApp y un poco con Facebook, pero no sabe abrir un correo electrónico o descargar archivos de una web. Estoy convencido de que el futuro es el trabajo online, negocios desde la vía digital. Y más aún con el asunto del coronavirus. A mi juicio es un futuro a medio o largo plazo.

"LOS HIJOS ESTAMOS PARA CUIDAR A LAS PERSONAS MAYORES CUANDO TIENEN CIERTA EDAD"

—Llega la Navidad. ¿Le preocupa que haya desmadre y aumenten los contagios?

—Me preocupa, porque a veces ves cosas con la calle o uno mismo hace cosas que no deberíamos, como chocarle la mano a un amigo. Son detalles, como suelo decir, muy de los españoles: estamos acostumbrados a dar besos y abrazos. Nos cuesta muchísimo estar sin contacto físico. Es cierto que la segunda ola nos enseña que si se rebajan las normas todo puede ir a peor. Por otro lado, pienso que los negocios tienen que trabajar y comer. Es una tesitura compleja: comer o una tercera ola. Hay familias que dependen de que haya un bar abierto. Siempre he dicho que no se puede jugar con el trabajo de una persona. ¿Qué hacemos? ¿Una cosa u otra? Es muy complicado. Quien tenga la respuesta que la diga.

—Las administraciones apelan constantemente a la responsabilidad individual. ¿Está realmente la ciudadanía concienciada?

—Yo soy una persona que estoy todo el día en la calle. Mi sensación es que el 90% de la gente cumple y respeta las normas. Pero pasa como con el tema del alcohol y de la carretera. La mayoría no comete la infracción, pero siempre hay una cabra loca. Hay algo que hablo con mi mujer. ¿Dejaremos de usar la mascarilla cuando nos digan que ya no hace falta? Yo creo que la gente seguirá haciéndolo, porque hay miedo. A mí me ha pasado un par de veces salir de casa sin ella y darme cuenta en la calle. Son errores involuntarios.

—Usted tiene 40 años y es de Alcalá la Real de toda la vida. ¿Ha cambiado mucho el municipio en los últimos 20 años?

—Muchísimo, muchísimo. Recuerdo cuando salía del 'Alonso' y me iba por la zona que llamábamos 'el campillo verde', cuando todo era barro. Me acuerdo también de la fábrica de aceite en la que nos metíamos a jugar de pequeños. A veces nos saltábamos la valla del colegio para jugar a fútbol, estaban las puertas abiertas y no pasaba absolutamente nada. Antes existía el espacio recreativo Alcalá Cuatro. Hoy día la gente joven tiene que ceñirse más al deporte. Veo poco entretenimiento para un sábado por la noche. Por otro lado, la modernidad ha llegado al pueblo. Antes las familias tenían como mucho un coche y ahora no dejamos de ver patinetes eléctricos por mitad del pueblo. Es cierto que en cuestión de 20 años Alcalá ha avanzado muchísimo. Recuerdo la llegada de internet, por ejemplo.

—Cuando había que desconectar el cable del teléfono.

—Sí, sonaba como si mandaras un fax. En la televisión decían que en internet íbamos a poder consultarlo todo, y yo me preguntaba cómo sería eso. ¿Quién meterá las cosas para que yo pueda verlas? Y hoy hay vídeos de política internacional y de cualquier tema. Es una maravilla, si se tiene conocimiento. A veces me pregunto que más adelantos habrá de aquí a 20 años.

—Hemos hablado de Alcalá y le quiero preguntar por la provincia. En Jaén siempre está el foco económico sobre la dependencia del olivar. Hace falta para evitarlo que prosperen propuestas como la suya, ¿no?

—Debemos de invertir más tanto en proyectos de mi ámbito como en la industrialización en general de la provincia para no depender tanto del campo. Tal y como están los precios del aceite, hay que industrializar un poco más. Y no para quitar el campo, sino para que todo no dependa de lo mismo. Tengo amigos que tienen mucha tierra y se quejan de la falta de rentabilidad en los últimos años. Le hablo de gente que lo único que ha vivido es el tema agrícola. Me parece interesante quitarse el miedo a emprender incluso en la pandemia. Vale la pena decirse a uno mismo: 'Al menos lo he intentado'. Es positivo tener buenas ideas, madurar un proyecto con paciencia y cariño. Al principio siempre metes la pata, porque uno no lo sabe todo y el paso del tiempo te da las pautas correctas. Es importante emprender. Aunque ser autónomo es un poco caro (ríe).

—Cuidadorables tiene un pálpito social evidente. ¿Cuidará la gente mejor a los mayores tras el virus?

—A la gente mayor hay que cuidarla bien antes, durante la pandemia y después. Es mi manera de verlo. No se me ocurre cuidar mejor a mis padres ahora por el coronavirus. Yo los he intentado cuidar mejor siempre antes. No lo concibo de otra manera. Cuando las personas mayores llegan a una edad los hijos están para cuidarlas. Es lo que me han enseñado en mi casa. No soy 'anti' nada, pero a mis padres no los metería jamás en una residencia. Tendrían que cambiar mucho las circunstancias. Bien es cierto que hay casos donde no queda otra. Mientras yo viva en Alcalá ni lo contemplo. Ojo, en las residencias la gente mayor es atendida estupendamente, con grandes profesionales. Pero yo tengo la ventaja de vivir en mi pueblo y estoy con mis padres.

—¿Quiere añadir algo más?

—Que aquí estamos. Nuestro número de contacto es el 605/289/571 para cualquier consulta o cualquier duda. Y además la gente nos puede conocer a través de la web de Cuidadorables.

Fotografías y vídeo: Fran Cano.

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