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"Quiero amanecer todos los días viendo el cerro de la Mella"

"Quiero amanecer todos los días viendo el cerro de la Mella"

Por Javier Cano - Abril 23, 2023
Compartir en X @JavierC91311858

Su rostro, visto de frente, parece recién sacado de la Alegoría de la prudencia de Tiziano, y si se le mira de perfil le da un aire —un airazo— al gran Millet, el del Ángelus. Pero Francisco Carrillo Cruz (Jaén, 1954) es más jiennense que un cantón y tan de su tiempo como su propia pintura. Estos días muestra en Sala 13 Obra sobre papel, el fruto de sus últimas investigaciones plásticas.  

Envueltos por la música que ilustra la visita a su exposición y por el cercano eco de las clases de la academia de sus hijos Paco y Alberto (todo un taller renacentista en pleno casco antiguo de la capital del Santo Reino), entrevistado y entrevistador se sumergen en la biografía humana y artística de un pintor (un clásico ya) cuyo apellido puebla colecciones y catálogos 'urbi et orbi'.

—De nuevo en la palestra, señor Carrillo. Últimamente no se prodiga usted mucho.

—Bueno, yo me tiré trece años sin exponer antes de la última muestra que tuve, también en la sala de arte Carrillo, pero en la otra sede que teníamos, en el edificio donde estaba anteriormente la academia. Fue una exposición exclusivamente de acuarelas. Ahora he estado ocho años sin exponer.

—Ocho años, que se dice pronto. Eso es lo que tardó Michael Crichton en escribir su Parque Jurásico.

—Hice una exposición para celebrar mi jubilación, al año de esa expuse las acuarelas y después, ocho años sin exponer hasta ahora, con esta serie de trabajos sobre papel que me he decidido a mostrar, porque pienso que es una exposición bastante didáctica. 

—Esos silencios, esos periodos de inactividad pública, ¿son imprescindibles para el artista? Si es así, ¿qué busca el creador entre esos paréntesis?

—Sí, sí, son necesarios, aunque buscar, buscar..., a priori no buscas nada, simplemente esos silencios sirven fundamentalmente para trabajar, para investigar, porque una pintura sin investigación, para mí, no tiene sentido. ¿Sobre qué? Parece que los que investigan son solamente los científicos (¡parte de ciencia hay también, evidentemente, en el mundo del arte!). Investigar, ¿por qué? 

—¿Por qué, Francisco? Hay quien dice que ya está todo inventado.

—Porque llega el momento en que agotas posibilidades. ¿En qué sentido? En el sentido de soporte, de técnica, en el sentido de pensamiento. Entonces, lo que yo aporto ahora aquí es una investigación que está basada exclusivamente en lo que es el soporte de papel. Todo lo que hay aquí está trabajado, dibujado y pintado sobre papel entintado y gofrado. O sea, el germen, la raíz de estos trabajos es el grabado, fundamentalmente, y a partir de ahí empiezo a trabajar sobre los mismos. 

—Entrando a saco en Obra sobre papel: ¿qué hay de novedoso en esta exposición con respecto a anteriores propuestas suyas?  

—Sí hay cosas ciertamente novedosas. Tengo que hacer una aclaración: no soy el pintor que ha descubierto ahora pintar sobre papel, esto hace ya siglos que se está haciendo, no me estoy inventando nada. Pero sí le doy un giro de tuerca a las fórmulas empleadas para pintar sobre papel. La aportación que hago es de soporte, fundamentalmente; de técnica, y podríamos decir que lo que quiero expresar aquí es una obra abstracta que subyace debajo de lo que hay pintado. El papel pintado, el papel gofrado genera obras abtractas, sin ninguna connotación de forma; sobre las mismas, las sugerencias que aquellas manchas y texturas me ofrecen son lo que aprovecho para trabajar sobre ellas.    

—¿Nuevos motivos en estas obras, o en ellas obras pervive el universo Carrillo?

—Los motivos que siempre he utilizado, aunque también uso unos cangrejos, una serie de elementos que han intervenido y que me parecen muy sugerentes para poderlos trabajar y dibujar o pintar; pero exceptuando eso, son los motivos que siempre he utilizado. Quizá quizá la novedad también sea romper un poco con el clásico bodegón que todo el mundo conoce y que he articulado de otra forma, distinta, más nueva. 

—No obstante el papel no es un soporte extraño para usted, no es esta la primera vez que sustenta su producción, ¿verdad?

—No, no, el soporte papel lo llevo utilizando desde que empecé a trabajar con ocho o diez años.

—Ahora que habla de sus orígenes artísticos, de sus inicios, de su 'prehistoria', como diría Rafael Alberti. Hace muchos años que decir Carrillo es sinónimo de pintura, de creación artística. ¿Cómo se lleva eso de que simplemente su primer apellido, para el común de los jiennenses y los amantes del arte en general, signifique tanto y de manera tan incontestable?

—Se lleva con naturalidad, de una forma natural. Pero si mi padre estuviese escuchando tus palabras, sentiría un gran orgullo de que su apellido (por lo menos aquí, en Jaén capital) estuviese en el aire. Yo lo llevo de una forma natural; es más, algunos compañeros que saben que mi nombre es Paco, me dicen Carrillo [ríe]. Es una cosa natural ya. 

—Una formación la suya que empezó, precisamente, muy cerca de esta academia, en la hoy Escuela de Arte José Nogué y que continuó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Sin embargo, su trayectoria profesional siempre ha estado íntimamente ligada a Jaén, a su patria chica... Es usted un pintor de Jaén. 

—Absolutamente. Yo soy un pintor de Jaén porque nací en Jaén, vivo en Jaén y mi actividad docente la he desarrollado exclusivamente en Jaén. ¿Por qué motivo? Primero por comodidad, a mí no me ha interesado irme a otras escuelas de otros sitios, de otras ciudades: mi hogar está aquí, mi tierra está aquí, mis raíces están aquí. Yo quiero vivir y amanecer todos los días viendo el cerro de la Mella. Y profesionalmente, esta tierra me está dando todo lo que necesito. 

—¿Nunca le ha tentado eso de mudarse, de probar fortuna como pintor en destinos tradicionalmente artísticos? 

—Mi producción artístisca no se ha quedado solo aquí, en Jaén, yo tengo obra repartida por todo el mundo. En ese sentido he sabido moverme, presentarme a premios muy importantes que he conseguido, y evidentemente en galerías de arte tanto nacionales como del extranjero que me han vendido bastante obra. 

—Pintor de Jaén... ¿En qué Jaén nació Francisco Carrillo Cruz? ¿En el antiguo, en el moderno, en el noble, en el proletario?

—Yo diría en el Jaén obrero, en la calle Tiro Nacional, ¡una calle más obrera que esa...! Bueno, hay muchas más  calles obreras en Jaén, quiero decir que es una calle obrera, de gente trabajadora (mi padre era funcionario del Ayuntamiento). Como decía antes, lo primero que hacía era mirar hacia el cerro de la Mella, hacia el cerro de Almodóvar, en cuanto me levantaba, y es lo que quiero seguir haciendo. Recuerdo años muy agradables, muy fructíferos en el sentido del entorno que me envolvía allí. Siempre, desde la ventana de mi casa, estuve dibujando, trabajando, luego subía al cerro... Una vida de niño, bastante agradable. 

—Quién es Paco Carrillo para Jaén parece que está claro pero, ¿qué es para usted su ciudad?

—Es una pregunta compleja. Jaén para mí es mi ciudad, donde yo quiero vivir. Es una ciudad muy bien vista para los que vienen y muy maltratada para los que están, pero es donde quiero vivir. Aquí está mi gente (mis conocidos, la gente que no nos decimos adiós pero que nos vemos prácticamente todos los días, esa es mi gente); mi familia, mis conocidos; es mi hogar, mi sitio de docencia durante muchísimos años. Todas esas vivencias procuro tenerlas siempre conmigo. El hombre, de alguna forma, siempre busca la felicidad, si es posible encontrarla. Y en cierta forma, yo he encontrado la felicidad aquí, en Jaén, y en mi pintura, y en mi trabajo... 

—Siempre en Jaén y con Jaén, queda claro, ¿y siempre al abrigo de esos cerros, o los años le han procurado mudanzas y nuevos paisajes, nuevas vistas? ¿Sigue viendo la Mella desde su ventana?

—No me he alejado mucho, actualmente vivo (como se suele decir) en el Jaén noble, el de la calle Llana, donde todavía, afortunadamente, existen casas palaciegas. Yo vivo en una casa del siglo XVII, muy renovada, muy remozada, muy alterada en el tiempo y en la historia. Pero bueno, ese es el Jaén que yo he vivido siempre. Si me aparté un poco de aquella zona donde viví al principio, porque hay otros intereses, te tienes que desplazar, comprender que la vida cambia y que la casa donde nacieron mis hermanos (una casa con corral, con tierra) y donde yo nací, al morir mis padres ya no era solamente mía. Decidimos venderla y cada uno se fue a otra. 

—¿Siente nostalgia cuando pasa por la que fue su calle natal?

—Solamente un dato: no he pasado por delante de esa casa desde que se vendió, ni por esa calle. Soy incapaz, me trae muchos recuerdos, muy buenos pero también alguno que otro malo. No soy capaz. Solamente he tenido intención de verla un poco de reojo, de subirme al cerro del Tambor y desde allí mirar el tejado de lo que era mi casa. Fíjate hasta dónde ha llegado mi timidez. 

—¿Quién empezó la dinastía artística de los Carrillo?

—No hay antecedentes. En todo caso, mi hermano mayor, Joaquín, sí que tenía muy buena mano para dibujar con plumilla (todavía conservo algunos de sus trabajos), estuvo en la antigua escuela de arte. Quizá mi afición a pintar venga por mi hermano Joaquín y por un pintor que tenía muy cercano, pared con pared, la casa de sus padres y de la mía eran medianería: Miguel Viribay. Quizá eso fomentó un poco mi entusiasmo por la pintura, es posible. Me acueredo perfectamente de que cuando Miguel estaba haciendo la carrera en Valencia, yo era muy niño, tendría cinco o seis años, y siempre que venía de vacaciones pasaba por mi casa a saludarme. 

—En esta Sala 13, el visitante ve cangrejos, ve frutas pero ve también paisajes, lugares de Jaén. A estas alturas, no renuncia a que su tierra protagonice no solo su vida, sino también su producción, ¿no?

—Yo espero que no desaparezcan nunca de mis cuadros, entre otras cosas porque los paisajes de Jaén tienen mucho que decir, son inagotables. Y no solamente el concepto del olivo, un árbol con una personalidad propia muy elevada, también porque hay unos paisajes en Jaén que lo hacen único. No hay en Andalucía un entorno de ciudad como el que tiene Jaén, que tenga la belleza del de Jaén. Eso, el que viene, lo ve perfectamente, sobre todo si se sube al Castillo y ve todo lo que se ve desde allí, eso lo tengo comprobado, por comentarios que se hacen. El entorno de Jaén es espectacular. El de Granada también, pero lo tiene más lejos. El de Jaén, en diez minutos te pones en un cerro, y eso es una ventaja y una belleza. Irte de aquí, ¿para qué? Yo estoy muy a gusto viviendo en Jaén. 

VÍDEO Y FOTOGRAFÍAS: ESPERANZA CALZADO

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COMENTARIOS

José Susi López

José Susi López Abril 23, 2023

Los artículos de Javier Cano me parecen excelentes en todos los aspectos. Conocimientos del personaje, de la trayectoria, del entorno y del tema que trata y he leído muchos. Creo que es un PERIODISTA con mayúsculas. ¡¡Enhorabuena Javier!!

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