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"Cualquier persona, en cualquier etapa de su vida, puede padecer una dislexia"

Por Esperanza Calzado - Marzo 08, 2020
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María Fuensanta Herrera Torres (Cuart de Poblet, Valencia, 1975) se apasiona cuando habla. No puede evitar que le brillen los ojos y emocionarse cuando repasa algunos de los casos que ha tratado, historias de superación que la mayoría de las veces pasan inadvertidas. Delegada en Jaén del Colegio Oficial de Logopedas de Andalucía, nos atiende a las puertas del Hospital Universitario de Jaén, donde el pasado viernes se instaló una mesa informativa con motivo del Día Europeo de la Logopedia. ¿Qué aspectos abarcan esta disciplina? ¿Qué casos se están dando? ¿Qué recomendaciones debemos seguir? Son algunas de las preguntas que abordamos de la mano de una mujer a la que le faltan horas al día pero que nunca renunciaría a su gran pasión: tratar con sus pacientes, con los que genera un vínculo muy especial.

—¿Qué le trajo a Jaén?

—Mi padre, que pertenecía a la Guardia Civil de Tráfico. Las tres hermanas mayores somos valencianas de nacimiento pero somos andaluzas porque nos hemos criado aquí. Nos trasladamos a la provincia de Jaén y a Granada.

—¿Siempre ha tenido claro que quería dedicarse a este sector?

—Siempre he tenido claro que quería dedicarme a la Sanidad. De hecho me aprobaron la plaza de Enfermería y renuncié por Logopedia. Y es que cuando entré y vi realmente qué era descubrí mi vocación. Me encantó la Logopedia. Tiene muchísimas más salidas, el contacto con el paciente es totalmente directo, notas cómo a través de la comunicación es mucho mejor establecer un vínculo muy fuerte...

—Dice que cuando conoció la Logopedia, descubrió su profesión. ¿Qué es realmente? Porque mucha gente lo desconoce.

—De hecho, yo misma lo desconocía. Cuando empecé, los estudios sólo llevaban un año en Andalucía y no teníamos información alguna. Por suerte, conseguí una de las pocas plazas que había en la única universidad andaluza que existía por aquel entonces. Cuando entré y conocí que la Logopedia no es sólo enseñar una 'r', que era lo poco que se sabía, me encantó. En los colegios, a veces, nos etiquetaban y no pensaban que éramos sanitarios. La Logopedía es una disciplina mucho más sanitaria que educativa. Somos sanitarios, no profesores. Abarca posibilidades infinitas como es la comunicación, lenguaje, habla, audición, voz, deglución, trastornos de la lectoescritura, etcétera.  

—¿Cuál es el mensaje que este año se lanza con motivo del Día Europeo de la Logopedia?

—Este año, el mensaje que queremos enviar se centra en los trastornos de la lectoescritura. Pero no lo centramos única y exclusivamente en el ámbito educativo que es mucho más conocido, como es el caso de que los niños presenten dislexia. Queremos explicar que cualquier persona, en cualquier etapa de su vida, puede padecer una dislexia como consecuencia, por ejemplo, de un traumatismo craneoencefálico.

—Si nos centramos en las etapas más tempranas de la vida, ¿qué signos deben tener en cuenta unos padres para detectar que su hijo necesita acudir a un logopeda?

—Cuando empiezan a detectar que el menor tiene problemas de aprendizaje, no tiene la misma fluidez en los inicios de la lectoescritura, no tiene fluidez lectoral, no tiene velocidad, titubea en las palabras, tiene numerosos errores ortográficos, problemas de comprensión lectora, invierte las letras... Esos signos son muestra de que existe un problema en el área de la lectoescritura pero hay que tener en cuenta que los logopedas trabajamos con pacientes desde los cero años y en los bebés, cuando se detecta que existe un problema auditivo, directamente los transfieren al área de Logopedia.

—Mucha gente puede pensar que a su hijo lo que le ocurre es que simplemente 'le cuesta un poco más' que a sus compañeros.

—Ese es el comentario típico y por eso pasan muchos casos desapercibidos. Es verdad que hay niños más precoces y otros menos, pero existe una normativa y si se supera un umbral de edad con ciertos problemas es cuando se puede empezar a pensar que le pasa algo. Es entonces cuando podemos hacerle una prueba y si realmente está dentro de su percentil no pasa nada. Pero si le ocurre algo hay que detectarlo rápidamente para que no vaya a más. Hay mucha gente a la que se le diagnostica la dislexia de forma tardía y suele tener problemas hasta de trabajo.

—¿Por qué?

—Le pongo un ejemplo. Tenemos el caso de una chica que se quiere presentar a unas oposiciones y quería que se le certificara la discapacidad para poder presentarse porque tiene una dislexia. 

—Pero se puede hacer un día a día perfectamente con dislexia.

—Claro que sí, pero se pueden tener errores para hacer una compra, porque el paciente va a fallar en el razonamiento lógico-matemático. Pueden tener problemas con la vida diaria.

—Cambiando de área, cada vez se dan más casos de ictus que puede afectar al paciente.

—Efectivamente, cada vez hay más casos y en personas cada vez más jóvenes. El ictus ya no sólo le da a una persona mayor, sino que tenemos casos de jóvenes de veintipocos años que nos los derivan todos los días al Servicio de Logopedia, que en el caso de Jaén es magnífico, porque si hay detección, lo cubre la Seguridad Social. Cubren las afaxias, traumatismo craneoencefálico, tumor, ictus, hipoacusia, fisura palatina, disfonías,  laringectomías y disartria, que es una afectación más neuromuscular que incluye, por ejemplo, el Parkinson o el ELA. El hándicap está en la disfagia, que es un problema de la deglución que realmente no está cubierto por Sanidad hoy por hoy en Jaén, pero debería porque se atragantan y puede generar el fallecimiento. 

—¿Cuántas personas pueden estar afectadas?

—Se estima que entre un 10 y un 15% de la población puede sufrir dislexia. Entre un 5 y un 8% de los niños escolarizados en Educación Primaria y Secundaria presentan dislexia según afirman algunos expertos en dislexia. Las derivaciones al Servicio de Logopedia desde los servicios de Neurología y Rehabilitación de los Hospitales de la provincia de Jaén (San Juan de la Cruz de Úbeda, San Agustín de Linares, Médico-Quirúrgico y Neurotraumatológico de Jaén) son del 47% respecto al resto de los servicios. De esas derivaciones, el servicio de Neurología ha derivado por afasia un 68% y el servicio de Rehabilitación, 41% durante el año 2019. Más del 60% de los usuarios derivados por afasia han presentado trastorno con la lectoescritura. Siendo éste uno de los objetivos terapéuticos de la rehabilitación logopédica.

—¿Qué importancia tiene la relación entre los profesionales de la Logopedia y las asociaciones?

—Se supone que tienen que tener un logopeda, pero que sea estable. Debe estar bien formado en la patología en que la trabaja la asociación, por ejemplo ELA, y que no lo cambien constantemente que es el miedo que tenemos. Las asociaciones hacen una gran labor y les pedimos que primen experiencia, profesionalidad y duración en el tiempo de los logopedas con los que trabajen, que no lo cambien.

—¿Y en los colegios?

—No existe la figura del logopeda y debería. Estoy recordando el caso que tuvimos en Jaén de una niña que se atragantó con el bocadillo. Si hubiera habido un logopeda trabajando esa disfaxia, a lo mejor hubiera pasado igual, pero estaría tratada. En los colegios no se puede tratar una patología clínica y el maestro de audición y lenguaje es el que ejerce de logopeda pero no lo es. 

—En el tratamiento, ¿cuán importante es el trabajo del paciente?

—Para que los objetivos de una terapia sean alcanzados el usuario debe de colaborar y siempre se le marca una pauta de ejercicios en el domicilio. Se nota mucho el usuario que las sigue del que no. Por eso también involucramos a las familias.

—¿Puede tener una afectación psicológica?

—Normalmente, la afaxia se asocia también con depresión. Imagina que hoy estamos aquí y mañana nos da un ictus. Toda nuestra vida cambia y eso es muy duro, porque muchas veces no se entiende el porqué.

Fotos y vídeo: Esperanza Calzado

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