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"Con 'Historias de Jaén' he disfrutado enormemente de la ciudad"

Por Esperanza Calzado - Octubre 04, 2020
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Juan Vicente Córcoles de la Vega (Andújar, 1954) es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Salamanca. Durante treinta años ha ejercido la docencia en Secundaria, labor que ha compaginado siempre con la actividad investigadora en el ámbito de la Historia del Arte. En 1982 fue nombrado Consejero del Instituto de Estudios Giennenses.

Es fundador y secretario de la Asociación Amigos del Patrimonio de Andújar, además de autor de numerosos libros y publicaciones relacionadas con la historia, cultura y tradiciones de Andújar. Este iliturgitano de pro al que muchos paran por la calle para saciar sus curiosidades históricas, turísticas y, por qué no decirlo, culinarias, está, además, íntimamente ligado a los medios de comunicación, aparte de concejal de la oposición en el Ayuntamiento de Andújar.

Recuerda con especial emoción su etapa de docente, quizá la mejor profesión que ha conocido y recomienda paciencia y comprensión para los compañeros que hoy se enfrentan a un duro curso escolar. Si tuviera que elegir un libro de cabecera de entre los cien que ha realizado, sin duda, Andújar y la Romería de la Virgen de la Cabeza (Coautor con Juan Carlos Toribio), que fue declarado de Interés Turístico por la Secretaría de Estado del Turismo en 1982. En ciernes aguarda Historias de Jaén, su último trabajo. El último libro que está preparando es Andújar, una calle, un lugar en el que habla del origen de las calles y el porqué de su nombre.

—¿Cómo surgió la idea de escribir Historias de Jaén?

—La editorial Almuzara se puso en contacto conmigo después de que realizara el libro Cortijos, Haciendas y Lugares. Arquitectura de las grandes explotaciones agrarias en Andalucía para la Junta, que a pesar de llevar tiempo hecho se publicó en 2018 gracias al interés que puso el por entonces consejero Felipe López. Almuzara necesitaba un historiador en Jaén y firmamos un contrato de tres años.

—¿De cuándo estamos hablando?

—Nos remontamos a 2005. Se firmó un contrato de tres años y entregué mi trabajo, aunque acabó aparcado por otras prioridades. Fue pasando el tiempo y lo di por olvidado hasta el otoño pasado que compré un libro de la editorial Almuzara y vi que aparecía un correo electrónico de contacto. Así que les escribí. De inmediato me contestaron la gerente de la editorial y Manuel Pimentel, el exministro, fundador del Grupo Almuzara. A partir de ahí retomamos el trabajo, actualizado, claro está, y se entregó. El libro tenía que haber salido al mercado en mayo, pero la pandemia del Covid-19 también nos ha afectado. Así que, si nada lo impide, este otoño podremos verlo en las librerías.

—Ya estará deseando ver el libro después de esta aventura de 15 años.

—(Ríe) La verdad es que sí. Detrás de este libro hay muchas horas de trabajo, muchos paseos por Jaén... He disfrutado haciéndolo. He releído mucha bibliografía de Jaén, he actualizado muchos conocimientos y he disfrutado mucho de la ciudad, que es muy bonita para pasearla y vivirla.

 Portada de Historias de Jaén, imagen exclusiva de Lacontradejaén.
 Portada de Historias de Jaén, imagen exclusiva de Lacontradejaén.

—¿Qué se va a encontrar el lector?

—Se va a encontrar una maravilla (bromea). Es un libro de bolsillo, de unas 250 páginas aproximadamente, que le ofrece la historia de Jaén desde la Prehistoria hasta la Universidad de Jaén. Un repaso por las figuras incuestionables que han marcado la vida de la ciudad, además de los edificios más emblemáticos. 

—Si dentro de diez años le pidieran una actualización del libro, ¿incluiría la estatua homenaje a los profesionales que lo han dado todo en esta pandemia y que ha sido recientemente inaugurada?

—Sí. En una edición nueva habría que hablar del Covid-19 y todo lo que está suponiendo tanto a nivel social como económico. Este periodo de la historia ya es fundamental porque nos va a dejar marcados.

—¿Cómo contará la historia lo que estamos pasando?

—(Suspira) No lo sé. No sé si habrá que castigar y no quiero adentrarme en cómo están actuando los políticos en este asunto. Va a ser una labor complicada porque no sabemos cómo actuar y nos ha desbordado totalmente. Cuando estaba en el confinamiento, de verdad creía que lo estaba soñando porque no daba crédito a que nos pase esto en pleno siglo XXI. He estudiado las pestes, las cóleras... y nunca pensé que con los adelantos actuales podría pasar.

—¿Jaén logrará una capitalidad como la que se merece y la provincia un hueco destacado?

—Claro que sí. Tenemos una cantidad de parques naturales increíbles y el paisaje de Jaén es precioso. Tuve la suerte de conocerlo, fotografiarlo y recorrerlo para realizar el libro Cortijos, Haciendas y Lugares. Arquitectura de las grandes explotaciones agrarias en Andalucía, y es maravilloso. Es muy desconocido y junto con el arquitecto Jacobo Berges hemos pateado caminos y montes impensables. Tengo fotos impresionantes de los paisajes de Jaén hechas durante ese trabajo. Una parte se las cedí a la Junta de Andalucía pero otra me la quedé. Entre Juan Eslava Galán y yo estamos intentando hacer algo bonito con los paisajes físicos, geográficos e históricos... Ya se desvelará.

—¿Por qué no acabamos de despegar?

—Pues no lo sé pero, repito, tiene mucha naturaleza, mucho arte, sus pueblos son tan bellos que sorprenden... No sé qué pasa.

—Entremos ahora en la figura de Juan Vicente Córcoles. ¿Es capaz de recordar cuántos libros ha escrito?

—Entre libros y artículos más de cien, pero el número exacto no sabría decírtelo ahora mismo. Empecé a escribir cuando todavía era estudiante en Salamanca y el Diario Jaén me pedía colaboraciones. Hay uno muy importante que escribí con Juan Carlos Toribio para la editorial Everest. Es el de Andújar y la Romería de la Virgen de la Cabeza, que fue declarado de Interés Turístico por la Secretaría de Estado del Turismo en 1982.

—Historiador, profesor, investigador, periodista, fotógrafo... ¿Con cuál de sus múltiples facetas se quedaría?

—Creo que la de docente e historiador. Llevo cinco años jubilado pero yo he disfrutado mucho enseñando, me he divertido mucho con mis alumnos. Mi última docencia fue en Alcaudete, donde he hecho grandes amigos, y el Instituto Nuestra Señora de la Cabeza me dio el homenaje porque ha sido donde más tiempo he permanecido. Esa distinción fue muy significativa para mí. 

—¿Y sus colaboraciones con los medios de comunicación?

—Todavía hago algo porque la gente me llama creyendo que estoy en activo. Yo lo desvío a los compañeros de la prensa. Todavía sigo haciendo algunos obituarios.

—Sus obituarios son parte de la historia...

—Hay gente que me pide que se los escriba cuando se mueran (ríe). En Alcaudete escribí el obituario de Carlos Mata y la gente lo llevaba recortado en la cartera. Son cosas muy significativas que te quedan. También recuerdo con mucho cariño mi etapa de colaboración con el Diario 16 con noticias de agricultura y de tauromaquia. 

—¿Qué le aconsejaría a los docentes de ahora?

—Paciencia y comprensión con los alumnos. Cada estudiante es un mundo y tiene una historia detrás. Viven en una sociedad difícil y hay que intentar comprenderlos y darles apoyo.

—¿Podríamos decir que sus esfuerzos, ahora, están volcados en la Asociación Amigos del Patrimonio?

—Sí. Es un proyecto muy bonito, estamos vivos, estamos comprando cosas y restaurando otras. Hacemos una labor importante. La Junta y el Ayuntamiento arreglan cosas pero nosotros ponemos nuestro granito de arena. Llevamos 60.000 euros, con la cuota de los socios y las ayudas que nos da el Ayuntamiento, con jornadas y guías que realizamos, y empresarios que nos respaldan.

—En cuanto a esas guías, ¿nota desconocimiento de la ciudad entre los andujareños?

—Sí, sobre todo en una generación que empezó a trabajar muy joven y que, ahora, con la jubilación, están adentrándose en el ámbito cultural.

—La última pregunta, me va a permitir el atrevimiento, ¿cuánto hace que no se ha afeitado el bigote? ¿Piensa hacerlo?

—(Ríe) El bigote me salió cuando estaba estudiando COU. Había una epidemia de gripe muy grande y la cogí. Me salieron pupas en la boca y el bigote me lo tapaba. Las últimas fotos que tengo sin bigote es en COU, de la matrícula. Hubo un paréntesis que me operé del tabique nasal, que fue en 1983, pero casi no hay pruebas gráficas de ello. Hace un año estuvimos en Egipto y me paraban para hacerse fotos por mi bigote. 

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