El 'espíritu de las batallas' ruge con fuerza con nuevas movilizaciones

El sector olivarero refuerza la unidad de acción para planificar un proceso nacional de movilizaciones para el año 2020 contra la actual crisis de precios

Se sienten engañados y están desesperados. Los precios del aceite de oliva no levantan cabeza tras dos licitaciones de almacenamiento privado que organizaciones y cooperativas consideran una tomadura de pelo. Según los últimos datos del sistema Poolred, del 17 al 23 de diciembre, el virgen extra subió a los 2,268 euros, mientras que el virgen se situó en los 1,780 y el lampante a 1,682. 

Una situación similar se da en el caso del picual de Jaén. Según los datos facilitados por Asaja, el virgen extra aumentó a los 2,194 euros por kilo, mientras que el virgen bajó a los 1,771 y el lampante a los 1,709. Precios insuficientes, que no cubren costes y que despiertan, una vez más, el 'espíritu de las batallas' que nació en Jaén y viajó hasta Sevilla y Madrid. 

Las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA, Infaoliva y Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén han vuelto a reforzar la unidad de acción del sector olivarero. Productores, cooperativas y fabricantes de aceite se han reunido en Jaén para comenzar la planificación de un nuevo proceso nacional de movilizaciones en 2020. Quieren trasladar a las administraciones la decepción del sector frente a los "vergonzosos resultados del almacenamiento privado", el malestar por la crisis de bajos precios sufrida desde hace un año y medio y por la incertidumbre que generan las futuras amenazas que se ciernen sobre los olivareros.

El "espíritu de las batallas", que arrancó en mayo de 2019 con la primera gran concentración en Jaén y tuvo su continuidad con otras acciones, dará un nuevo paso en 2020 con otro proceso de movilizaciones bajo la unidad de acción y el trabajo, de forma paralela, con las estructuras nacionales de todas las organizaciones reunidas hoy en Jaén. El objetivo de los colectivos agrarios, de industriales y de cooperativistas sigue siendo el mismo de entonces: poner freno a la irracional e ilógica caída de precios en origen del aceite de oliva, además de reclamar a las administraciones el apoyo y la puesta en marcha de los mecanismos que estén a su alcance para que haya una estabilidad en el mercado.

El problema es tan serio y la situación se está complicado tanto cada día que pasa que el sector está obligado a salir de nuevo a la calle para reclamar medidas reales y viables, porque existen normativas que pueden evitar esta situación y no funcionan. Entre todos persiguen una rentabilidad justa para todos los eslabones de la cadena alimentaria.